A contramano está la alta desconfianza existente en los títulos de la deuda argentina. A tal punto llegó aquélla que ahora las versiones se centraron sobre la otrora estrella del mercado, el Cupón del PBI, que paga a sus tenedores en función de la marcha de la economía local. Los temores de incumplimientos de la Argentina fueron acrecentados al descubrirse que un eventual no pago del servicio de este derivado no significa un default en los otros papeles del país. Esto quiere decir que el cupón PBI no tiene la cláusula de «cross default», cuyo no pago lleva a la categoría default a las demás emisiones del país. Además, los fantasmas del no pago aparecían al sólo poder reclamarse el monto no abonado, no los servicios futuros (cifra que se desconoce dado que no se sabe a futuro cuál será la performance de la economía argentina). Al igual que el pago de los Boden 2012 y 2015, desde el Gobierno descartan cualquier tipo de cambios respecto de lo comprometido. Pero igual, las cotizaciones de los papeles domésticos no reaccionan. Ni siquiera ante el hecho de que tras el pago de la deuda este año, el Gobierno posee suma holgura en 2013 ya sin Boden 2012 ni seguramente el servicio del cupón del PBI (este año la economía crecerá menos del 3,2%, porcentaje que gatilla el pago). Todo es posible en la plaza local para inversores extranjeros. La historia le da base a esa percepción. Por lo menos ayer el Cupón subió el 1,6% y recuperó terreno.
solo lo comparto....no opino igual, digo, para que no me salten a la yugular...
