Shakespeare escribió:Las mejores empleadas domésticas son las Testigos de Jehová. Sólo tenés que aguantarte alguna perorata evangélica, pero es gente muy honesta e incapaces de hacerte alguna trastada.
Tal cual, varios me lo dijeron. Un domingo al mes tocan el timbre de mi casa para tratar de incorporarme a su culto, son gente muy respetuosa y varias vecinas, quizas conozcan a alguien.