"¿Dónde está la norma, hijo de pu**?", fue uno de los cuestionamientos que pudo escucharse, sin esfuerzo, en toda la sede central de la DGA, pero que tuvo como epicentro la antesala del despacho de Minisini.
El retroceso oficial, no obstante, respondió a los primeros cuestionamientos sobre el sustento legal de la medida, que quedó en evidencia ante la ausencia de la "letra chica" durante toda la mañana, sin que la DGA pudiera responder las inquietudes.
NUNCA MENOS, NI UN PASO ATRAS
