Setentismo
Por Claudio Scaletta
...Siguiendo formulaciones setentistas, las publicadas por Marcelo Diamand en 1973 (Doctrinas económicas, desarrollo e independencia), se recurrió a dos instrumentos básicos de política: los tipos de cambio diferenciales (retenciones más altas al sector de mayor productividad) y compensación de la devaluación vía subsidios. Así, a la vez que el tipo de cambio favorable permitía la recuperación de las exportaciones de todas las economías regionales, tanto las de base agraria como las industriales, retenciones y subsidios posibilitaron el sostenimiento de la demanda interna.
Un verdadero círculo virtuoso que generó, a distintas velocidades, la expansión y mejora del empleo y la distribución del ingreso. Para no abrevar en el falso dilema agro-industria (falsedad ya formulada por la explicación diamandina) es necesario subrayar que la recuperación exportadora no fue sólo de la industria, sino de todos los sectores.
Dicho en términos electorales: por eso el campo votó a Cristina en 2007 y muy probablemente vuelva a hacerlo en 2011.
...La secuencia de entonces era que la economía crecía, aparecía la inflación, se producía un deterioro cambiario y recrudecía la puja distributiva que, por lo general, se resolvía con una devaluación. En la producción, en tanto, ocurría que la industria demandaba insumos importados que se compraban con las divisas que, mayoritariamente, generaban las exportaciones agropecuarias (lo que desde siempre dio pábulo a la idea falsa del “campo” como generador de “riqueza”).
Diamand sostenía que la limitación de esta industrialización “sustitutiva” era que cuanto más crecía demandaba proporcionalmente más insumos importados, agudizando la restricción externa y desencadenando las crisis. Interpretaba que no alcanzaba con proteger la producción fabril de las importaciones, sino que era necesario, también, promover sus exportaciones. Ya a fines de los ’80 remarcaba que no bastaba con “querer desarrollar el mercado interno”, sino que era necesario “conseguir las divisas para subsanar las restricciones que lo traban”. El papel de las exportaciones, explicaba, no es reemplazar el consumo interno, “sino proveer combustible necesario para que pueda mantenerse y crecer”.
...En Ensayos en honor a Marcelo Diamand (P. Chena, N. Crovetto y D. Panigo, compiladores), de reciente publicación, Fabián Amico y Alejandro Fiorito destacan algunos riesgos ya señalados por Diamand. En particular, uno de los principales problemas “característicos” de las EPD, que “el salario real puede crecer y la moneda doméstica apreciarse más allá del punto en el cual el sector industrial pierde su competitividad ya que existe otro sector (primario) más productivo por razones de dotación natural que lo permite desde el punto de vista del equilibrio externo”. Esta posibilidad, que mientras dura baja la conflictividad política y el riesgo de la inflación cambiaria (la desatada por al devaluación en un escenario de puja distributiva), es el marco de los ciclos de stop and go y es, a su vez, el “gran dilema” de las EPD:
“El objetivo de una mayor inclusión social a través de un mayor nivel de actividad y de empleo (...) puede aparecer como contradictorio con el sostenimiento mismo de la paridad cambiaria real debido al ajuste salarial que, tarde o temprano, sigue a la reducción paulatina del desempleo”. Y es precisamente de este dilema de donde surge, primero, la explicación de la inflación por puja distributiva y, luego, la aparición de la restricción externa por revaluación cambiaria.
Cualquier coincidencia de estos procesos con el presente no es sólo casualidad. El gran debate de la “agenda verdadera” es qué hacer para conducir las nuevas viejas tendencias
http://www.pagina12.com.ar/diario/suple ... 07-10.html