Un "superministro de Economía": ¿Una de las alternativas en caso de que las medidas no funcionen?
Luego del anuncio de la nuevas medidas económicas y financieras para calmar la crisis cambiaria, la gran pregunta es si con esto alcanza o el Gobierno todavía deberá dar más señales al mercado financiero y al empresariado. Por el momento lo que se observa es que el Gobierno, en este caso directamente el presidente Mauricio Macri, ha dado un fuerte respaldo a tres funcionarios: el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el ministro de Finanzas, Luis Caputo.
Pero el gran interrogante de los economistas es qué pasará si estas medidas no alcanzan para calmar la ansiedad del mercado financiero. En ese aspecto surgen tres altenarnativas: una nueva suba en el tasa de interés, un fuerte ajuste fiscal en la Administración Pública Nacional, la vuelta de un ministro de Economía fuerte que tenga las mayores atribuciones posibles para manejar la economía. En la conferencia de prensa de ayer cuando se le preguntó a Dujovne quién es el jefe del equipo económico el ministro no dejó dudas: "En cuanto al equipo económico, en la definición está la respuesta. Hay una coordinación pero el jefe del equipo es sin duda el presidente Mauricio Macri".
Con respecto a la figura del superminsitro de Economía hay que destacar que desde la vuelta de la democracia el 10 de diciembre de 1983 hasta el presente la Argentina tuvo 3 casos de ministros de Economía fuertes.
Juan Vital Sourrouille en la presidencia de Raúl Alfonsín logró una fuerte baja de la inflación desde abril de 1985 hasta setiembre de 1987 con el Plan Austral. Domingo Felipe Cavallo logró pulverizar la inflación con el Plan de Convertibilidad entre 1991 y 1995 en el primer gobierno de Carlos Menem. Por último Roberto Lavagna que en los Gobiernos de Eduardo Duhalde y luego de Nestor Kirchner logró sacar a la Argentina de la peor crisis financiera y económica de la historia y ademas logró reducir la inflación a un dígito.
Lo cierto es que luego de esas gestiones cuando los presidentes de turno nombraron a los sucesores de estos ministros todos fracasaron.
Curiosamente el caso de este Gobierno es distinto. Mauricio Macri nombró de entada a Alfonso Prat Gay como su ministro de Economía al que le había otorgado plenos poderes para salir del default, bajar la inflación y estabilizar la economía, pero lo despidió a fines del 2016.
La mayoría de los economistas y una gran parte de analistas financieros de bancos sostienen que el problema de la Argentina es fiscal y no financiero. Hay que recordar que en la Argentina los planes de estabilización más importantes llegaron luego de grandes desajustes fiscales y crisis cambiarias como los casos del Plan Austral en 1985, el Plan de Convertibilidad en 1991 y el Plan de Estabilizacion de Roberto Lavagna con Nestor Kirchner entre mayo de 2003 y noviembre de 2005.
Estos dos últimos lograron no solo bajar drásticamente la inflación, también consiguieron superávits fiscales nunca vistos en la economía argentina que solo se mantuvieron a lo largo de su gestión que luego, con la llegada de sus reemplazantes, se esfumaron.
El economista Diego Giacominni, Director de Economía & Regiones, explica que: "Por el momento el mercado se ha tranquilizado pero en caso de una una nueva crisis el Gobierno debería echar mano a algunos cambios en el gabinete económico y en particular recuperar la figura de un supermistro de Economía pero lo cierto que por ahora una situación como esa no es factible. El Gobierno ha decidido mantener el actual esquema de su Gabinete coordinado directamente desde la Jefatura de Gabinete por lo que el llama sus "seis ojos" que son el Jefe de Gabinete Marcos Peña y sus vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui quienes coordinan la actividad de los 21 ministros que tiene a cargo. En esa línea van el aval a Sturzenegger y a Dujovne y el anuncio anticipado de un veto para el proyecto opositor de tarifas que la semana próxima buscará atar la suba de las boletas a la de los salarios".
Por el momento la idea de nombrar un ministro de Economía fuerte tendría que tirar abajo ese esquema, pero no hay que descartarlo", dice el economista. Giacominni destaca que "el ajuste del 3,2 al 2,7 % del PBI del déficit fiscal no soluciona por el momento el problema ya que el déficit fiscal supera los 6 puntos del PBI si se toman en cuenta el pago de intereses de la deuda pública.
"Una nueva suba de las tasa de interés no sería una medida para convencer al mercado financiero en particular porque generaría una mayor enfriamiento de la economía que el Gobierno no quiere, considerando que el crecimiento promedio que da la encuesta del BCRA es del 2,5 % y la verdadera solución vendría por una fuerte reducción del gasto público que el Gobierno se niega a realizar", agregó Giacominni.
En los últimos días quien tiró la primera piedra sobre el manejo de la economía fue el ex ministro Domingo Cavallo quien expresó que "Mauricio Macri no puede ser su propio ministro de Economía" y que "hay que organizar la economía".
Cavallo, en plena crisis cambiaria, manifestó que lo primero que tiene que hacer el Gobierno es definir las reglas de juego de la economía. El ex ministro de Economía de Carlos Menem aconsejó también dividir el rol del Banco Central y del Tesoro y la responsabilidad de administrar la deuda pública pase a ser del ministerio de Finanzas y de Hacienda y que el Banco Central se dedique a manejar las variables monetarias pero interactuando con el sistema bancario, no con los mercados de capitales.
Cavallo advirtió que "es un peligro enorme que el Banco Central emita deuda en Lebac pagando interés para colocar fuera del sistema bancario, entre el público en general o a los que trajeran capitales del exterior. Así como entran esos capitales, se pueden ir y cuando se van, o emiten muchísimo dinero o se ve obligado a pagar tasa de interés aún más alta para que no se vayan. Ese tema es clave y el Banco Central no se tiene que meter en el funcionamiento del mercado de capitales y en el proceso de endeudamiento del Estado". También recomendó unificar los ministerios relacionados con el área económica como Hacienda, Finanzas, Producción y Modernización en uno solo.
Por su parte economista Walter Graziano sostiene que "las medidas con las que el Banco Central atajó la avalancha de compra de dólares ayer viernes son de naturaleza coyuntural y no estructural" y que "es necesario un único ministro de Economía que controle todo lo relacionado con los ingresos , las finanzas y la producción".
En referencia a la suba la tasa de Lebac el economista manifestó que "nadie puede creer que una tasa del 40% anual (promedio del corredor de pases) pueda conducir a algo estable que no sea una tasa de inflación compatible con esa propia tasa de interés: o sea, una inflación muy alta".
Graziano destacó ademas que "la medida que dispone la reducción de activos dolarizados que los bancos pueden tener sobre su patrimonio líquido del 30% al 10% afecta sobre todo a la banca pública que era la única que no usufructuaba plenamente de las tasas activas superiores al 30% que los bancos en Argentina cobraban por sus créditos en pesos. O sea, solo los bancos públicos tenían carteras apreciables de activos dolarizados en su patrimonio líquido. Son estos bancos públicos los que ahora, muy transitoriamente, reemplazan al Banco Central vendiendo dólares y activos dolarizados al resto del sistema financiero. Y ello es un factor transitorio porque la medida tiene un plazo perentorio de aplicación que comenzaba ayer viernes y vence el lunes 7 de mayo. Vale decir que desde el martes 8 de mayo no hay razones para pensar que la banca pública vaya a vender activos dolarizados como lo hizo el viernes y seguramente lo hará también el lunes".
La gran duda de los analistas financieros y consultores es saber si desde la semana que viene se reducirán las presiones cambiarias como lo hicieron ayer. Por primera vez desde que comenzó la crisis el BCRA no intervino en el mercado cambiario y el valor del dolar bajó de $ 23,30 a $22,30 y el mercado recuperó una aparente tranquilidad. En caso que las medidas no tengan el impacto deseado, habrá que buscar nuevas alternativas.
Fuente
https://www.infobae.com