alacrán escribió:GRAMAR, mas allá de la necesidad de instrumentar legalmente un hecho de la realidad como bien decís, que ameritaba un debate serio y extenso y no a las apuradas y en dos meses y que tambien genera una clara división en la opinión pública, es evidente que el Gobierno usó y seguirá usando esta discusión para tapar las zonas más oscuras de su gestión. Había necesidad de tratar el tema y no de precipitarlo polarizando las posturas. Más de lo mismo para la gilada ( me incluyo ).
Sinceramente, yo creo que el debate se dio. Hubo reuniones en Comisión, en los medios se habló mucho, se citaron a ambas partes, en la radio hubo cualquier cantidad de cruces, con debates. Hubo marchas y contramarchas.
La polarización del debate, no fue producto del Oficialismo. O por lo menos, sólo parte de ello. La Iglesia Católica tuvo un papel nefasto en esta discusión. O por lo menos su principal referente.
Realmente es una Institución que se ha comportado muy injustamente en la historia de este país, y lo sigue haciendo.
A los Curas que hablaron a favor del matrimonio igualitario fueron sancionados y eleveado los trámites para su desacreditación. Mientras Won Venrich sigue ofreciendo misas dentro de Marcos Paz. El Padre Grassi sigue con su habilitación correspondiente. Pareciera que a aquellos que se expresan diferente a lo que defiende la Institución Madre se los castiga, pero a los que siguen a rajatabla, pero en el interín hacen otro tipo de cositas, no hay problema.
Esto es polarizar. El famoso disenso pedido al Oficialismo no se lo translada.
La Ley se debatió. Llegó a un dictamen. Y hoy, cientos de niños están más tranquilos. Cientos de parejas gozan de otra tranquilidad. El Estado escuchó un reclamo y se expidió. Igualó derechos y obligaciones a civiles. Los alcances del derecho no se determinan por la orientación sexual, etnia o religión. Nos alcanzan a todos.
A finales del siglo XX, en la Argentina el matrimonio era solo legal entre católicos. Luego de su modifiación, hubo una parodia de fusilamiento a la Constitución. La Iglesia organizó esto. Se sintió tocada y saltó a la yugular.
Hace treinta años, Alfonsin impulsaba la Ley de Divorcio y también hubo debates y discusiones. No era un llamado masivo a la disolución de parejas y a los conflictos matrimoniales. Sino que estaba la necesidad de hacer algo, y de dividir bienes entre personas que habían dejado de amarse. Y no por ello, se dijo que era una ley Radical. Hoy, el mundo ha cambiado, o por lo menos ha salido del closet. Y se aman personas de igual sexo. Y el Estado escuchó y reglamentó lo necesario para que dos personas que se aman, y quieren extender su amor, agrandando la familia, puedan hacerlo. Porque la Ley los ampará. Igualó derechos, y ante una accidente, el chico y el conyuge estarán protegidos.
Yo, en lo personal, si tengo que habilitar una adopción. Prefiero darla a un matrimonio homosexual que a Felicos Los Niños.