Mensajepor another time » Sab Oct 04, 2014 2:26 pm
La incontinencia verbal.
La incontinencia verbal es la falta de capacidad de controlar nuestras palabras, expresar nuestras ideas de forma descontrolada o cuando menos sin el previo razonamiento de las mismas.
No son pocas las veces que las personas hubieran preferido callar o bien expresarse de otra forma en medio de determinada circunstancia, nuestras palabras hubieran sido mejor guardarlas o bien medirlas durante un instante a debida cuenta de las consecuencias posteriores.
Algunos padecen incontinencia verbal permanente y otros dependiendo de las circunstancias, somos dueños de nuestras palabras y en algunas situaciones cuando el individuo no logra ejercer un efectivo control emocional suelta lo que siente y sin pensarlo; posteriormente hay que hacerse cargo de ellas y claro, asumir las correspondientes consecuencias.
Muchos se intentan justificar esgrimiendo el argumento, poco solido a decir de verdad, que simplemente son así. Digo lo que pienso y lo que siento, al que le agrade bien y al que no también. Es una excelente fórmula, todo hay que decirlo, para no lograr establecer relaciones interpersonales saludables; salvo evidentemente que se produzcan entre individuos de la misma condición.
El efecto condicionador de las palabras se mueve en varias direcciones, hacia terceros y, eventualmente, en nuestra propia contra. Nos condicionamos permanentemente con nuestro lenguaje y al mismo tiempo condicionamos a otros. En determinados momentos incluso nuestra incontinencia verbal nos puede colocar en una situación delicada, condicionando nuestra posición y claro, determinando la etiqueta que nos será colocada a debida cuenta por ellas. Nosotros nos auto colocamos en la situación desfavorable y luego las disculpas podrán ser valoradas por el otro de diferentes formas, procediendo al aceptar nuestras disculpas o no.
El otro atiende desde sus necesidades y no desde las nuestras. Esgrimir que expresarse libremente es un derecho obviamente es más que valido, la libertad de expresión es un derecho amparado dentro de las constituciones de los países democráticos, otra cosa muy diferente son las formas de expresarnos. No debemos perder bajo ninguna circunstancia el marco del respeto y particularmente hacia nosotros mismos como seres humanos.
incontinencia verbalToda acción provoca una reacción, y lógicamente dentro de la comunicación verbal nuestras palabras son la acción las cuales generarán en el otro diferentes reacciones. El punto es tomar consciencia del hecho anterior y ser responsables de nuestros dichos.
Es muy importante meditar un instante el efecto que provocará en el otro nuestro discurso y si el mismo se ajusta a nuestras expectativas o necesidades. Las palabras salen pero no entran aunque, si entran y calan profundo en nuestro interlocutor. Las palabras generan y provocan sensaciones que pueden eventualmente perjudicar incluso la relación con el otro. Precisamente, lo anterior es un síntoma claro del deterioro que causa la incontinencia verbal en el plano de las relaciones interpersonales.
Independientemente de la relación que nos una con el otro, inclusive las filiales, debemos tener presente que la conexión de forma alguna nos permite la licencia de ser ofensivos. El lenguaje vulgar en cualquier situación nos coloca en una posición de persona vulgar, y no es una redundancia, nos auto etiquetamos como una persona la cual es incapaz de expresarse de forma educada.
Al mismo tiempo hacemos gala de de poca o ninguna inteligencia emocional, no hablo de reprimir nuestras emociones, hago referencia al auto control, escuchar y valorar para luego responder. El instante que nos tomemos para tal acción es determinante para analizar nuestra respuesta. El silencio muchas veces es una buena respuesta, puesto que a ciertas palabras o teniendo en cuenta que podemos caer en un provocación la cual nos sumergirá en una situación que no podremos controlar desde lo emocional, lo más efectivo es dejarlas pasar.
Los gritos o elevar el volumen no validan de forma alguna las palabras de nadie, al contrario, lo rebajan aún más si se puede dentro de los aspectos anteriormente citados. La regla indica que además de la carencia de inteligencia emocional del que grita la validez de sus palabras se pierde.
Muchos lo hacen por simple inseguridad o interpretando, erróneamente por cierto, que su mensaje tendrá más efectividad, es altamente probable que su mensaje sea más efectivo desde lo negativo en el efecto que provocará en su interlocutor. Determinadas carencias por otro lado provocan en algunos individuos la necesidad, ilusoria por cierto, de reafirmar o validar sus palabras con el tono de voz empleado para expresarse.
No debemos confundir el concepto de ser políticamente correcto con ser educados o prudentes. Medir nuestras palabras y valorar las consecuencias de las mismas en todo caso es síntoma de inteligencia emocional. El hacer gala de un mínimo de educación y saber estar en toda circunstancia son factores a valorar por nuestra parte.
Si padeces incontinencia verbal o conoces a alguien de tu entorno con éste problema, te interesará saber Cómo evitar la incontinencia verbal.