El ciclo de las Materias Primas:
No sólo el petróleo hace wingsuit rozando las paredes del Gran Cañón del Colorado en un vuelo cuasi mortal.
 Los mercados de materias primas siguen muy difíciles al iniciar 2016. Desde el máximo provisional en 2014, 
el Índice Bloomberg de Materias Primas  ha caído en cinco de los seis trimestres, 
y la segunda mitad de 2015 resultó ser particularmente dañina. El índice ha regresado al menor nivel desde 1999, completándose así la eliminación de todas las ganancias acumuladas durante los años de expansión en los mercados emergentes, liderados por China.
Actualmente está cotizando en los 75 puntos, sin dar signos de rebote y tocando el mínimo de 1999.
Espoleados por una financiación barata en USD, y a fin de cubrir la creciente demanda de China y otras economías en crecimiento, los productores de materiales brutos se lanzaron a un aluvión de inversiones entre 2009 y 2014. 
El resultado de este exceso de inversión en la producción, junto con un enfriamiento emergente también liderado por China y un dólar más fuerte, han llevado a un círculo vicioso de caídas de precios y deflación de costes del que el mercado, y no menos el crudo y los metales industriales, se ha esforzado en salir.
Dado que la OPEP está adoptando una política de no poner topes a la producción, 
los mejores amigos del crudo son los especuladores, que tienen en sus manos la mayor esperanza de una recuperación porque durante el cuarto trimestre acumularon una posición corta récord en el crudo Brent y WTI. 
Cualquier leve variación en el panorama podría disparar una violenta, aunque breve, remontada por cobertura de cortos similar a la que vimos en agosto, cuando el precio saltó un 25% al alza en tan sólo tres días.
 El exceso de oferta puede eliminarse si hay un aumento en la demanda, o si el lado del suministro se ajusta en consonancia. Este último ajuste es particularmente difícil de lograr durante una oleada de ventas impulsada por un exceso de suministro, ya que los productores, siempre que pueden, aceleran la producción a fin de defender sus ingresos. O sea, justamente lo que está sucediendo.
Desde la profecía de los siete años de vacas gordas y siete años de vacas flacas, 
los ciclos económicos más o menos largos e intensos son una realidad incuestionable.  Estamos en mínimos. 
Y la historia debe continuar.
			
		
				
			
 
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