Actualidad y política
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Shakespeare
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- Registrado: Mar Oct 07, 2008 9:27 pm
Re: Actualidad y política
Al Chanta este de Zloto, nunca lo escuché quejarse porque las AFJP primero y el Anses ahora, son garcados olímpicamente con el trucheo del CER, siendo como son, titulares de una parva de títulso públicos que se ajustan por Cer. De los futuros jubilados, no dice nada...
Re: Actualidad y política
Shakespeare escribió:
Este Progre también omite y es amnésico en mencionar el ahorro patriótico Vía Cer. Ahí no se "indigna". Y no me quiero imaginar que en su momento, debe haber apoyado fervientemente la pesificación en el canje de deuda de Bombita/Lavagna, sin percatarse la inflación que iban a generar por no dejar bajar al dólar primero y por el brutal gasto público/emisió que sobrevino hasta ahora. Un charlatán más, de "indignación" fácil.
Exacto, a eso es lo que apuntaba; respecto de la valoración que el autor hace del Canje, la misma queda clara en la primera parte del artículo completo, posteado por el Pincha:
Inversor Pincharrata escribió:Un error que costó miles de millones
21-09-12 00:00
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Marcelo Zlotogwiazda Periodista y economista
Uno de los logros del kirchnerismo, que la inmensa mayoría reconoce, es la política de desendeudamiento, que redujo la deuda externa en moneda extranjera con tenedores privados a menos del 10 % del Producto Bruto. Es un cambio sustancial para un país que sufrió esa carga como uno de los determinantes del fracaso económico de las tres décadas anteriores.
Aunque no hay duda de que uno de los hitos del desendeudamiento fue el muy exitoso canje de la deuda en default realizado por Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen durante la presidencia de Néstor Kirchner, también es cierto que se los ha criticado por haberles ofrecido a los acreedores, como incentivo para que acepten la operación, las Unidades ligadas al PBI, o más conocidas como Cupón PBI, que es un título con 30 años de vigencia que da derecho a un cobro anual en la medida que el crecimiento del PBI exceda una pauta previamente establecida.
Lo que se les cuestiona a los diseñadores y ejecutores de aquella megaoperación del 2005 es que la pauta de crecimiento establecida como base (la curva comenzó con 4,26 % de alza para 2005 y desciende hasta un 3 % a partir de 2015) fue mucho más baja que el crecimiento real, y eso gatilló enormes y exagerados pagos.
En efecto, hasta ahora se llevan pagados por Cupón PBI algo más de u$s 6.000 millones correspondientes al excedente de crecimiento de los años 2005, 2006, 2007, 2008 y 2010 (en 2009 el PBI creció menos que la pauta prevista), y el 15 de diciembre próximo los tenedores cobrarán otros u$s 3.500 millones correspondientes al excedente de crecimiento del año pasado. Un total imponente de casi u$s 10.000 millones. El incentivo terminó siendo demasiado generoso.
Por eso llamó la atención que sea Lavagna quien ahora critica al kirchnerismo en relación al Cupón PBI. En una reciente presentación en Córdoba acusó al gobierno de no haber recomprado esos títulos cuando convenía: Ya al momento del canje habíamos dejado explícitamente planteado un camino de recompra de deuda que apuntaba a neutralizar el efecto presupuestario del Cupón PBI. Está escrito en el prospecto de emisión, pero nada pasó. En cambio, en la usina del relato oficial hoy se debe estar analizando como presentar en sociedad a fin de año el pago anual del cupón que, como consecuencia de un crecimiento importante, se ha ido elevando en los últimos años.
El ex ministro tiene razón. El prospecto del canje prevé que a lo largo del sexenio 2006-2011 se tenía que destinar anualmente el equivalente al 5 % del exceso anual del PBI sobre el caso base exclusivamente a la recompra de bonos, y que la elección de los bonos a ser recomprados será una decisión de la República.
Tal como estaba indicado, el excedente se destinó a la recompra, pero no del Cupón PBI, sino casi por completo al rescate de bonos Discount y Par. Según un informe del estudio Gabriel Rubinstein y Asociados, en 2007 y 2008 el gobierno usó u$s 2.103 millones para recuperar Discount y Par.
Lavagna también dijo días atrás que el rescate de cupones para reducir los pagos debió hacerse como estaba previsto, el grueso no más allá de 2008.
¿Qué hubiera pasado? De acuerdo a los cálculos del estudio Gabriel Rubinstein y Asociados, si en lugar de destinar los 2.103 millones a la recompra de Discount y Par hubiesen rescatado Cupón PBI, a fines de 2008 habrían quedado apenas alrededor del 5 % de los títulos originalmente emitidos. Eso significa que el gobierno se podría haber ahorrado el pago por Cupón PBI que efectuó en 2011 y el que va a desembolsar a fin de este año por un total de casi u$s 6.000 millones. No sólo eso: el rescate casi total en 2008 también habría evitado, obviamente, todos los pagos que restan de aquí hasta el 2035 o hasta cubrir un máximo del cual todavía se está muy lejos.
Ni hace falta hacer las cuentas para concluir que la recompra de Discount y Par fue un grueso error de política financiera que costó miles de millones de dólares. Alguno estará tentado por contrastar esta pérdida con el ahorro que el gobierno consiguió en la deuda indexada con el CER al alterar los datos de inflación, pero esa comparación no puede omitir el daño imposible de cuantificar que significó la destrucción de la confianza en el Indec.
El error que mantuvo en vida al Cupón PBI lo ha transformado en uno de los títulos soberanos que más está brillando: la cotización del Cupón PBI en dólares acumula en lo que va del año un alza del 37 %; y si alguien lo compró doce meses atrás ya disfruta de una revalorización de 60 %.
Como en varios otros aspectos de la política económica, el trazo grueso del desendeudamiento apunta en sentido correcto, pero la sintonía fina no es una habilidad que abunde en el kirchnerismo.
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DarGomJUNIN
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Re: Actualidad y política
Galaico escribió:Interna familiar
El periodista Carlos Pagni divide a los Saguier, la familia dueña del diario La Nación. Fuentes cercanas al matutino afirman que Julio César Saguier defiende al controvertido periodista mientras que, en cambio, Fernán Saguier argumenta que desprestigia a la empresa.
Su firma es una de las más importantes del diario La Nación, pero hoy Carlos Pagni divide a la familia Saguier, dueña del centenario matutino. Fuentes allegadas a la dirección del diario afirman que mientras Julio César Saguier defiende al periodista con el argumento de que aporta información valiosa y sus columnas reflejan la identidad política de La Nación, Fernán Saguier lo resiste y argumenta que Pagni, en realidad, desprestigia al matutino.
En mi familia, los fines de semana (hay más tiempo para leer) recibimos el diario La Nación, desde la época menemista.
Por ese motivo, conozco bien lo que escriben sus periodistas. Pagni, es raro que lo lea, Kanenguiser es muy superior.
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Shakespeare
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Re: Actualidad y política
AKD escribió:
Lo que omite el "progre" y kirchnerista, recientemente devenido en "crítico", Zlotogwiazda es por qué en ese canje de 2005 y en otras oportunidades (como con el Boden 2014), este gobierno privilegió la emisión de deuda indexada en una moneda, el Peso, que había sufrido una devaluación brutal y que, claramente, iba a tender a apreciarse en términos reales. Más aún, gente como él, "neokeynesianos", son los que sostienen que "un poco de inflación no es mala" (claro, el "poco" de ellos termina siendo extravagante para cualquier sistema económico). Conclusión: la Deuda ajustable empezó a crecer vertiginosamente, (el "modelo" consiste en fogonear todo lo posible el consumo cortoplacista) y no encontraron mejor idea que mentir en el CER (lo cual hizo que todas las estadísticas sociales y económicas nacionales "canten" disparates, como que un a persona puede comer con $ 6 por día) para que no se vuelva impagable, cayendo así en un nuevo default, no reconocido, un año y medio después de la "renegociación" de 2005, a partir de enero de 2007. Todo un récord.
Diez años después del default de 2001, y con términos de intercambio que no registran antecedentes mejores en la historia económica argentina en 100 años, estamos totalmente fuera de los mercados, sin Crédito (Riesgo que más que duplica a España, un país al que se lo supone fundido) y sin estadísticas nacionales. O sea, totalmente fuera del mundo.
Para quien no sabe hacia dónde va, ningún viento es favorable.
Este Progre también omite y es amnésico en mencionar el ahorro patriótico Vía Cer. Ahí no se "indigna". Y no me quiero imaginar que en su momento, debe haber apoyado fervientemente la pesificación en el canje de deuda de Bombita/Lavagna, sin percatarse la inflación que iban a generar por no dejar bajar al dólar primero y por el brutal gasto público/emisió que sobrevino hasta ahora. Un charlatán más, de "indignación" fácil.
Re: Actualidad y política
AKD escribió:La batalla de los relatos
Por James Neilson
http://noticias.perfil.com/2012/09/la-b ... s-relatos/
Excelente articulo.
Lo bueno es que cada vez menos incautos se creen el relato de estos saltinbanquis.
Por eso, crece el 8N: http://twitter.com/i/#!/search/8n
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Alfredo 2011
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Re: Actualidad y política
En el segundo trimestre la inversión bajó 15% y el PBI no creció: 0,0%

http://www.lanacion.com.ar/1510683-admi ... a-economia

http://www.lanacion.com.ar/1510683-admi ... a-economia
Re: Actualidad y política
Para los que tenian alguna esperanza verde, olvidense:
http://www.lanacion.com.ar/1510852-lore ... ra-cambios
http://www.lanacion.com.ar/1510852-lore ... ra-cambios
Re: Actualidad y política
La batalla de los relatos
Por James Neilson
Manifestaciones opositoras tan multitudinarias como la que se celebró en todas las grandes ciudades del país aquel 13 de septiembre son frecuentes no solo en los habitualmente caóticos países islámicos, sino también en los Estados Unidos, España, Italia, Francia y muchas otras partes del mundo. Suelen ser impresionantes, pero los gobiernos democráticos saben que por lo común son meramente testimoniales, ya que en última instancia cuentan mucho más los votos y lo que sucede en el marco institucional. Pero la Argentina es diferente. Aunque no es una dictadura, los comprometidos con el gobierno de Cristina se aferran a ideas y valores que serían más apropiados para los líderes de un movimiento totalitario que para miembros de un partido dispuesto a respetar los límites previstos por la constitución imperante. Y, como tantos totalitarios de triste memoria, creen que quienes controlan el “relato” terminarán adueñándose de todo lo demás, de ahí la ofensiva contra los medios periodísticos que se niegan a darles el apoyo incondicional que exigen.
Puede entenderse, pues, el desconcierto que sintieron los kirchneristas cuando centenares de miles de personas, pertrechadas de cacerolas y otros utensilios, salieron de sus hogares para protestar contra la prepotencia oficial, la corrupción impúdica, la fatuidad de las arengas machaconas casi diarias de Cristina, la noción de que todos deberían temerle “un poquito”, la amenaza de la re-re, la transformación de la AFIP en una unidad policíaca dedicada a la caza de disidentes, la indiferencia aparente del gobierno ante la inseguridad ciudadana y, desde luego, la ineptitud alarmante de los encargados de manejar la economía.
Lo que vieron los oficialistas aquella noche fue el nacimiento de otro relato, uno que, andando el tiempo, podría resultar ser mucho más convincente, y más popular, que el cuento que los kirchneristas han confeccionado en base a una mezcolanza rara de ingredientes aportados por tiras cómicas, veteranos de la guerrilla neofascista de los años setenta del siglo pasado, ex marxistas que a pesar de todo aún sienten nostalgia por genocidas como Stalin y Mao, historiadores revisionistas, académicos europeos, chavistas y progres despistados.
El nuevo relato, el que están escribiendo millones de argentinos que, a diferencia de tantos amigos recién enriquecidos de la causa cristinista, no tienen el menor interés en visitar Miami (una ciudad que, acaso injustamente, a ojos de muchos latinoamericanos simboliza la vulgaridad consumista), es muy distinto del propagado por los esforzados comunicadores oficiales. Si bien es menos ampuloso que el gubernamental, a su manera es épico; lo protagoniza un héroe colectivo, el pueblo que, bien o mal vestido, se ha puesto de pie para gritar No a los abusos del poder, a la rapacidad sistemática, a la hipocresía de los oportunistas congénitos que siempre abundan, a la negativa de los kirchneristas a respetar los derechos ajenos, al desprecio por quienes no se entusiasman por la versión oficial de turno y a la obsecuencia de la que hacen gala los aduladores seriales. Lo que quiere este pueblo es que la Argentina sea un país “normal” que se destaque por algo más que las extravagancias de sus gobernantes, un país en las instituciones políticas funcionen como es debido.
En la actualidad, el clima social se parece bastante al de la fase final de la dictadura militar, cuando la clase media despertaba de una larga modorra. En aquel entonces, la mayoría repudió no solo a un régimen claramente moribundo sino también al peronismo por entender que compartía con los militares la misma mentalidad, autoritaria y violenta, que tanto había contribuido a la decadencia del país. Aunque muchos peronistas entendieron el mensaje contundente que le envió la mayoría en las elecciones de 1983, algunos grupos se negaron a cambiar. Desafortunadamente para el país, la incapacidad para manejar de forma adecuada la economía del gobierno del presidente radical Raúl Alfonsín, el hombre que supo mejor interpretar lo que quería la mayoría, impidió que la transformación se consolidara. La hiperinflación no solo tuvo un impacto cataclísmico en el nivel de vida de amplios sectores de la población; también frenó la evolución de la cultura política del país que no tardó en recaer en sus vicios tradicionales. ¿Surgirá un sucesor al Alfonsín de 1983, un dirigente con las cualidades necesarias para aprovechar el hartazgo que tantos sienten por el kirchnerismo hegemónico? Si uno apareciera, el panorama político cambiaría mucho.
Huelga decir que, entre los peronistas más reacios a abandonar las viejas modalidades, reemplazándolas con otras más acordes con los tiempos que corren, se encuentran Cristina y sus adherentes principales. Son ultraconservadores. Tanto ella como los funcionarios más locuaces, personajes como el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, viven en la Argentina de cuarenta años atrás. En cada esquina ven golpistas. Como lunáticos recluidos en un manicomio, dan por descontado que quienes a primera vista parecen ser civiles tranquilos son en verdad militares disfrazados, que el CEO de Clarín Héctor Magnetto no es el empresario anciano de salud precaria de las fotos sino en realidad –una realidad muy especial, se entiende–, un feroz general mediático fenomenalmente hábil que en cualquier momento puede llenar las calles y plazas del país de destituyentes furibundos tan disciplinados que ni siquiera pisan el césped.
En el mundo que efectivamente existe, no hay posibilidad alguna de que se produzca un golpe militar, pero sucede que, según el relato cristinista, la oposición auténtica no consiste en dirigentes de carne y hueso como Mauricio Macri que no soñarían con recurrir a la violencia, sino en la dictadura militar de los años setenta del siglo pasado. Así las cosas, a su entender se justifican plenamente medidas que acaso podrían considerarse necesarias si un gobierno “popular” luchara contra las huestes blindadas de la corporación castrense. En el mundo fantasmagórico de Cristina y sus seguidores, todo es permisible porque el enemigo es tan inenarrablemente atroz; toman el hecho de que solo ellos hayan oído el rugir de los motores de los tanques por evidencia de la astucia apenas concebible de los golpistas.
Por este motivo, ciertos funcionarios del Gobierno han reaccionado de forma tan histérica ante el cacerolazo. Si pensaran como demócratas, procurarían reconciliarse con la gente, asegurándole que entiende sus problemas y que está esforzándose por solucionarlos, pero puesto que imaginan que Cristina, acompañada por el Nestornauta y otros héroes de la mitología casera que han inventado, está llevando a cabo una especie de revolución retro destinada a probar que los montos de antes sí tenían razón, optaron por tratar a los manifestantes como si fueran aquellos militares golpistas cuya ausencia obstinada les parece tan inexplicable como inquietante.
Por tratarse a su juicio de la avanzadilla del largamente esperado ejército enemigo, los defensores más resueltos del “modelo” o “proyecto” o lo que fuera se han propuesto reconquistar la calle, algo que podrían hacer con facilidad movilizando a sus aliados piqueteros, sindicatos oficialistas, barrabravas ídem y los muchachos del Vatayón Militante. Por supuesto, las turbas así formadas no serían nada espontáneas, pero extrañaría que los soldados de Cristina se preocuparan por un detalle tan insignificante. Como diría la Presidenta, convendría que los reaccionarios inmundos sintieran un poquitín de miedo.
Para los kirchneristas, el país está dividido entre los buenos, que los adulan, y los malos, sujetos miserables de clase media que fantasean con Miami y añoran a los militares. Es una línea divisoria decididamente anacrónica. La sugerida por quienes participaron del primer gran cacerolazo de lo que podría resultar ser una serie que vaya in crescendo, es muy distinta. Por un lado están los respetuosos de la ley y de la constitución nacional, los que preferirían que manejara la economía un equipo coherente, no un cuarteto o quinteto de excéntricos pendencieros, y los que quisieran que la corrupción fuera menos flagrante; por el otro se hallan los rencorosos, los violentos, los habituados al clientelismo y aquellos que, por convicción o por oportunismo, dicen tomar en serio el cada vez más esperpéntico “relato” de los pibes de La Cámpora y, por extraño que parezca, de Cristina también.
Es de esperar que el relato de quienes se sienten humillados por lo que está ocurriendo en el país termine imponiéndose. Además de ser mejor, es menos trágico que el reivindicado por el oficialismo que, de permanecer fiel a las ediciones anteriores, culminaría con la derrota de los militantes “nacionales y populares”, o sea, con una convulsión política equiparable con la de los años setenta. Puede que, sin confesarlo, sea lo que realmente quieren ciertos oficialistas que, conscientes de que “el modelo” es insostenible que por lo tanto tiene los días contados, sueñan verse desalojados por una fuerza nada democrática, lo que les permitiría retirarse del campo de batalla con la dignidad intacta, lo que no sería el caso si no quedara duda alguna de que el fracaso de su gestión de debió a su propia inoperancia y a las deficiencias patentes de su ideario esotérico.
http://noticias.perfil.com/2012/09/la-b ... s-relatos/
Por James Neilson
Manifestaciones opositoras tan multitudinarias como la que se celebró en todas las grandes ciudades del país aquel 13 de septiembre son frecuentes no solo en los habitualmente caóticos países islámicos, sino también en los Estados Unidos, España, Italia, Francia y muchas otras partes del mundo. Suelen ser impresionantes, pero los gobiernos democráticos saben que por lo común son meramente testimoniales, ya que en última instancia cuentan mucho más los votos y lo que sucede en el marco institucional. Pero la Argentina es diferente. Aunque no es una dictadura, los comprometidos con el gobierno de Cristina se aferran a ideas y valores que serían más apropiados para los líderes de un movimiento totalitario que para miembros de un partido dispuesto a respetar los límites previstos por la constitución imperante. Y, como tantos totalitarios de triste memoria, creen que quienes controlan el “relato” terminarán adueñándose de todo lo demás, de ahí la ofensiva contra los medios periodísticos que se niegan a darles el apoyo incondicional que exigen.
Puede entenderse, pues, el desconcierto que sintieron los kirchneristas cuando centenares de miles de personas, pertrechadas de cacerolas y otros utensilios, salieron de sus hogares para protestar contra la prepotencia oficial, la corrupción impúdica, la fatuidad de las arengas machaconas casi diarias de Cristina, la noción de que todos deberían temerle “un poquito”, la amenaza de la re-re, la transformación de la AFIP en una unidad policíaca dedicada a la caza de disidentes, la indiferencia aparente del gobierno ante la inseguridad ciudadana y, desde luego, la ineptitud alarmante de los encargados de manejar la economía.
Lo que vieron los oficialistas aquella noche fue el nacimiento de otro relato, uno que, andando el tiempo, podría resultar ser mucho más convincente, y más popular, que el cuento que los kirchneristas han confeccionado en base a una mezcolanza rara de ingredientes aportados por tiras cómicas, veteranos de la guerrilla neofascista de los años setenta del siglo pasado, ex marxistas que a pesar de todo aún sienten nostalgia por genocidas como Stalin y Mao, historiadores revisionistas, académicos europeos, chavistas y progres despistados.
El nuevo relato, el que están escribiendo millones de argentinos que, a diferencia de tantos amigos recién enriquecidos de la causa cristinista, no tienen el menor interés en visitar Miami (una ciudad que, acaso injustamente, a ojos de muchos latinoamericanos simboliza la vulgaridad consumista), es muy distinto del propagado por los esforzados comunicadores oficiales. Si bien es menos ampuloso que el gubernamental, a su manera es épico; lo protagoniza un héroe colectivo, el pueblo que, bien o mal vestido, se ha puesto de pie para gritar No a los abusos del poder, a la rapacidad sistemática, a la hipocresía de los oportunistas congénitos que siempre abundan, a la negativa de los kirchneristas a respetar los derechos ajenos, al desprecio por quienes no se entusiasman por la versión oficial de turno y a la obsecuencia de la que hacen gala los aduladores seriales. Lo que quiere este pueblo es que la Argentina sea un país “normal” que se destaque por algo más que las extravagancias de sus gobernantes, un país en las instituciones políticas funcionen como es debido.
En la actualidad, el clima social se parece bastante al de la fase final de la dictadura militar, cuando la clase media despertaba de una larga modorra. En aquel entonces, la mayoría repudió no solo a un régimen claramente moribundo sino también al peronismo por entender que compartía con los militares la misma mentalidad, autoritaria y violenta, que tanto había contribuido a la decadencia del país. Aunque muchos peronistas entendieron el mensaje contundente que le envió la mayoría en las elecciones de 1983, algunos grupos se negaron a cambiar. Desafortunadamente para el país, la incapacidad para manejar de forma adecuada la economía del gobierno del presidente radical Raúl Alfonsín, el hombre que supo mejor interpretar lo que quería la mayoría, impidió que la transformación se consolidara. La hiperinflación no solo tuvo un impacto cataclísmico en el nivel de vida de amplios sectores de la población; también frenó la evolución de la cultura política del país que no tardó en recaer en sus vicios tradicionales. ¿Surgirá un sucesor al Alfonsín de 1983, un dirigente con las cualidades necesarias para aprovechar el hartazgo que tantos sienten por el kirchnerismo hegemónico? Si uno apareciera, el panorama político cambiaría mucho.
Huelga decir que, entre los peronistas más reacios a abandonar las viejas modalidades, reemplazándolas con otras más acordes con los tiempos que corren, se encuentran Cristina y sus adherentes principales. Son ultraconservadores. Tanto ella como los funcionarios más locuaces, personajes como el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, viven en la Argentina de cuarenta años atrás. En cada esquina ven golpistas. Como lunáticos recluidos en un manicomio, dan por descontado que quienes a primera vista parecen ser civiles tranquilos son en verdad militares disfrazados, que el CEO de Clarín Héctor Magnetto no es el empresario anciano de salud precaria de las fotos sino en realidad –una realidad muy especial, se entiende–, un feroz general mediático fenomenalmente hábil que en cualquier momento puede llenar las calles y plazas del país de destituyentes furibundos tan disciplinados que ni siquiera pisan el césped.
En el mundo que efectivamente existe, no hay posibilidad alguna de que se produzca un golpe militar, pero sucede que, según el relato cristinista, la oposición auténtica no consiste en dirigentes de carne y hueso como Mauricio Macri que no soñarían con recurrir a la violencia, sino en la dictadura militar de los años setenta del siglo pasado. Así las cosas, a su entender se justifican plenamente medidas que acaso podrían considerarse necesarias si un gobierno “popular” luchara contra las huestes blindadas de la corporación castrense. En el mundo fantasmagórico de Cristina y sus seguidores, todo es permisible porque el enemigo es tan inenarrablemente atroz; toman el hecho de que solo ellos hayan oído el rugir de los motores de los tanques por evidencia de la astucia apenas concebible de los golpistas.
Por este motivo, ciertos funcionarios del Gobierno han reaccionado de forma tan histérica ante el cacerolazo. Si pensaran como demócratas, procurarían reconciliarse con la gente, asegurándole que entiende sus problemas y que está esforzándose por solucionarlos, pero puesto que imaginan que Cristina, acompañada por el Nestornauta y otros héroes de la mitología casera que han inventado, está llevando a cabo una especie de revolución retro destinada a probar que los montos de antes sí tenían razón, optaron por tratar a los manifestantes como si fueran aquellos militares golpistas cuya ausencia obstinada les parece tan inexplicable como inquietante.
Por tratarse a su juicio de la avanzadilla del largamente esperado ejército enemigo, los defensores más resueltos del “modelo” o “proyecto” o lo que fuera se han propuesto reconquistar la calle, algo que podrían hacer con facilidad movilizando a sus aliados piqueteros, sindicatos oficialistas, barrabravas ídem y los muchachos del Vatayón Militante. Por supuesto, las turbas así formadas no serían nada espontáneas, pero extrañaría que los soldados de Cristina se preocuparan por un detalle tan insignificante. Como diría la Presidenta, convendría que los reaccionarios inmundos sintieran un poquitín de miedo.
Para los kirchneristas, el país está dividido entre los buenos, que los adulan, y los malos, sujetos miserables de clase media que fantasean con Miami y añoran a los militares. Es una línea divisoria decididamente anacrónica. La sugerida por quienes participaron del primer gran cacerolazo de lo que podría resultar ser una serie que vaya in crescendo, es muy distinta. Por un lado están los respetuosos de la ley y de la constitución nacional, los que preferirían que manejara la economía un equipo coherente, no un cuarteto o quinteto de excéntricos pendencieros, y los que quisieran que la corrupción fuera menos flagrante; por el otro se hallan los rencorosos, los violentos, los habituados al clientelismo y aquellos que, por convicción o por oportunismo, dicen tomar en serio el cada vez más esperpéntico “relato” de los pibes de La Cámpora y, por extraño que parezca, de Cristina también.
Es de esperar que el relato de quienes se sienten humillados por lo que está ocurriendo en el país termine imponiéndose. Además de ser mejor, es menos trágico que el reivindicado por el oficialismo que, de permanecer fiel a las ediciones anteriores, culminaría con la derrota de los militantes “nacionales y populares”, o sea, con una convulsión política equiparable con la de los años setenta. Puede que, sin confesarlo, sea lo que realmente quieren ciertos oficialistas que, conscientes de que “el modelo” es insostenible que por lo tanto tiene los días contados, sueñan verse desalojados por una fuerza nada democrática, lo que les permitiría retirarse del campo de batalla con la dignidad intacta, lo que no sería el caso si no quedara duda alguna de que el fracaso de su gestión de debió a su propia inoperancia y a las deficiencias patentes de su ideario esotérico.
http://noticias.perfil.com/2012/09/la-b ... s-relatos/
Re: Actualidad y política
Mientras algunos siguen reproduciendo a los procesados...
Sólo restan 76 días para la Libertad !! y hoy es un hermoso día!
Sólo restan 76 días para la Libertad !! y hoy es un hermoso día!
Re: Actualidad y política
y claro están pensando si apadrinan o no a un tipo procesado....
Sólo restan 76 días para la Libertad!
Sólo restan 76 días para la Libertad!
Re: Actualidad y política
Interna familiar
El periodista Carlos Pagni divide a los Saguier, la familia dueña del diario La Nación. Fuentes cercanas al matutino afirman que Julio César Saguier defiende al controvertido periodista mientras que, en cambio, Fernán Saguier argumenta que desprestigia a la empresa.
Su firma es una de las más importantes del diario La Nación, pero hoy Carlos Pagni divide a la familia Saguier, dueña del centenario matutino. Fuentes allegadas a la dirección del diario afirman que mientras Julio César Saguier defiende al periodista con el argumento de que aporta información valiosa y sus columnas reflejan la identidad política de La Nación, Fernán Saguier lo resiste y argumenta que Pagni, en realidad, desprestigia al matutino.
Esta pelea interna en la dirección del periódico podría tener su origen en aquella cámara oculta que deschavó a Carlos Pagni recibiendo dinero a cambio de difundir cierta información. En el año 2008 el periodista y algunos allegados a él fueron filmados negociando el dinero y la información. Las acciones se desarrollaron en diferentes confiterías de Buenos Aires. Dos personas, aparentemente empresarios, hicieron contacto con Fabián Falco, a quien le pidieron un periodista para llevar adelante una operación de prensa. El elegido fue Pagni. En diferentes cámaras se lo ve a Falco negociando, en otras a un cobrador que recibe sobres para el periodista.
Pagni, por supuesto, usó las páginas del diario para defenderse. “Estos individuos me contactaron a través de un agente de prensa, Fabián Falco, que me llamó para decirme que había dos personas que tenían información sobre la familia Eskenazi, y que querían hablar del tema. Los Eskenazi son los socios locales de YPF, controlan el Banco de Santa Cruz y tienen un estrecho vínculo con los Kirchner”, se defendió. Los videos pueden verse por YouTube, y las notas de Pagni, en el buscador del diario, datan del 5 y 9 de enero de 2009.
Ahora el controvertido periodista no fue filmado con cámara oculta, pero sin duda su accionar sigue generando problemas. Esta vez, nada menos que en el seno de la dirección del diario La Nación.
Sólo restan 76 días para la libertad!
El periodista Carlos Pagni divide a los Saguier, la familia dueña del diario La Nación. Fuentes cercanas al matutino afirman que Julio César Saguier defiende al controvertido periodista mientras que, en cambio, Fernán Saguier argumenta que desprestigia a la empresa.
Su firma es una de las más importantes del diario La Nación, pero hoy Carlos Pagni divide a la familia Saguier, dueña del centenario matutino. Fuentes allegadas a la dirección del diario afirman que mientras Julio César Saguier defiende al periodista con el argumento de que aporta información valiosa y sus columnas reflejan la identidad política de La Nación, Fernán Saguier lo resiste y argumenta que Pagni, en realidad, desprestigia al matutino.
Esta pelea interna en la dirección del periódico podría tener su origen en aquella cámara oculta que deschavó a Carlos Pagni recibiendo dinero a cambio de difundir cierta información. En el año 2008 el periodista y algunos allegados a él fueron filmados negociando el dinero y la información. Las acciones se desarrollaron en diferentes confiterías de Buenos Aires. Dos personas, aparentemente empresarios, hicieron contacto con Fabián Falco, a quien le pidieron un periodista para llevar adelante una operación de prensa. El elegido fue Pagni. En diferentes cámaras se lo ve a Falco negociando, en otras a un cobrador que recibe sobres para el periodista.
Pagni, por supuesto, usó las páginas del diario para defenderse. “Estos individuos me contactaron a través de un agente de prensa, Fabián Falco, que me llamó para decirme que había dos personas que tenían información sobre la familia Eskenazi, y que querían hablar del tema. Los Eskenazi son los socios locales de YPF, controlan el Banco de Santa Cruz y tienen un estrecho vínculo con los Kirchner”, se defendió. Los videos pueden verse por YouTube, y las notas de Pagni, en el buscador del diario, datan del 5 y 9 de enero de 2009.
Ahora el controvertido periodista no fue filmado con cámara oculta, pero sin duda su accionar sigue generando problemas. Esta vez, nada menos que en el seno de la dirección del diario La Nación.
Sólo restan 76 días para la libertad!
Re: Actualidad y política
Inversor Pincharrata escribió:Un error que costó miles de millones
21-09-12 00:00
Marcelo Zlotogwiazda Periodista y economista
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Ni hace falta hacer las cuentas para concluir que la recompra de Discount y Par fue un grueso error de política financiera que costó miles de millones de dólares. Alguno estará tentado por contrastar esta pérdida con el ahorro que el gobierno consiguió en la deuda indexada con el CER al alterar los datos de inflación, pero esa comparación no puede omitir el daño imposible de cuantificar que significó la destrucción de la confianza en el Indec.
El error que mantuvo en vida al Cupón PBI lo ha transformado en uno de los títulos soberanos que más está brillando: la cotización del Cupón PBI en dólares acumula en lo que va del año un alza del 37 %; y si alguien lo compró doce meses atrás ya disfruta de una revalorización de 60 %.
Como en varios otros aspectos de la política económica, el trazo grueso del desendeudamiento apunta en sentido correcto, pero la sintonía fina no es una habilidad que abunde en el kirchnerismo.
Lo que omite el "progre" y kirchnerista, recientemente devenido en "crítico", Zlotogwiazda es por qué en ese canje de 2005 y en otras oportunidades (como con el Boden 2014), este gobierno privilegió la emisión de deuda indexada en una moneda, el Peso, que había sufrido una devaluación brutal y que, claramente, iba a tender a apreciarse en términos reales. Más aún, gente como él, "neokeynesianos", son los que sostienen que "un poco de inflación no es mala" (claro, el "poco" de ellos termina siendo extravagante para cualquier sistema económico). Conclusión: la Deuda ajustable empezó a crecer vertiginosamente, (el "modelo" consiste en fogonear todo lo posible el consumo cortoplacista) y no encontraron mejor idea que mentir en el CER (lo cual hizo que todas las estadísticas sociales y económicas nacionales "canten" disparates, como que un a persona puede comer con $ 6 por día) para que no se vuelva impagable, cayendo así en un nuevo default, no reconocido, un año y medio después de la "renegociación" de 2005, a partir de enero de 2007. Todo un récord.
Diez años después del default de 2001, y con términos de intercambio que no registran antecedentes mejores en la historia económica argentina en 100 años, estamos totalmente fuera de los mercados, sin Crédito (Riesgo que más que duplica a España, un país al que se lo supone fundido) y sin estadísticas nacionales. O sea, totalmente fuera del mundo.
Para quien no sabe hacia dónde va, ningún viento es favorable.
Re: Actualidad y política
si sos critico ....sos espia
PARA ESTE GOBIERNO
siguen agregandose a la lista
con la complicidad de una jueza
http://www.laprensapopular.com.ar/6849/ ... disidentes
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