Galaico escribió:Muy pero muy dolorosa la muerte de Isidro, lo llena a uno de rabia e indignación, pero ojo uno tiene el deber dado que no le paso a uno y puede hacerlo medianamente, de tomar un poco de distancia y tratar de enfriarse un poco antes de tomar acción, se trata de un asesino y le debe corresponder la pena máxima pero no podemos convertirnos en lo mismo, ESTO NO SE PUEDE OLVIDAR al igual que este asesinato para que de ninguna manera quede impune.
¿Cuando van a reformar el Código de Procedimiento Penal y simplificar el reconocimiento formal del incausado?
Aquí en Junín, un asesino (admitido así en privado, por su propio abogado defensor) que le propinó una feroz golpiza a 3 hermanas viejitas enfermeras jubiladas, (entró a robar el dinero que tenía guardado en su casa un vecino de ellas y se equivocó de tapial al saltarlo), quedó en libertad.
El motivo causal, es que la última sobreviviente (en un momento de lucidez en su internación en el Hospital Zonal) lo señaló claramente en el libro de fotografías policiales ante testigos, pero se murió antes de cumplir la formalidad del ritual "reconocimiento en rueda de presos" (donde casi siempre un delincuente que tenía barba, ahora aparece afeitado, etc.).
Cabe aclarar que el ladrón tuvo la precaución de actuar enguantado y ahora camina con total libertad por las calles de Junín. Son secretos de Tribunales.
¿Cuando van a reformar el Código de Procedimiento Penal y proteger con todas las garantías la identidad de los testigos?
Un farmaceútico vecino murió al ser asaltado en su negocio. La policía con mucha eficacia logró detener al inculpado (que tuvo la precaución previa de hacer desaparecer el revolver homicida). Una vecina del mismo barrio que el malhechor, lo reconoció justo cuando salía de la Farmacia asaltada (sorprendida en su paseo, por el estruendo del disparo que había escuchado).
Lo vio cara a cara y salió de testigo del hecho. Los vecinos de su barrio semi-marginal, se enteraron y la amenazaron de muerte a ella y su esposo y/o quemarles la vivienda con ellos adentro, además de cascotearles el techo de noche.
Resultado final: el inculpado quedó libre, porque la mujer cambió su declaración original: dijo que lo vio desde media cuadra y solamente en forma fugaz de perfil, por lo que no podía afirmar su identidad. (Con identidad secreta real, era otro fallo).
Darío de Junín