ferdyzx escribió:
El problema, al hacer foco en esto… es que esto es una manera de ocultar discusiones muy profundas y trascendentes que son mas importantes que la corrupción. Porque planteado así, haciendo foco en la corrupción, entonces la diferencia entre el zar y lenin era que los empleados del zar eran corruptos. Sin embargo, si el zar le hubiera dicho a Lenin: Oiga, no haga la revolución… sabe que… yo me voy a encargar de que todos mis funcionarios sean honestos. Eso si… sigamos siendo una monarquía hereditaria, con propiedad privada, con discriminación de las mujeres y con servidumbre.
Lenin seguramente le hubiera respondido: No, yo hago la revolución igual porque estoy en contra de la monarquia hereditaria, de la propiedad privada y de otro tipo de desigualdades que no surgen de que haya o no un funcionario corrupto.
Tambien a la inversa: Si uno le dijera a un liberal que se va a hacer la revolución socialista y que no va a haber mas mercado ni propiedad privada pero que se quede tranquilo que todos lo funcionarios van a ser honestisimos... seguramente no estaría de acuerdo. O si uno le dijera a una mujer que volvemos a la epoca en que las mujeres no podían votar ni tener propiedades… pero que los funcionarios van a ser todos honestisimos. Estas cosas, si tienen que ver con ideas. Y por eso es tan peligroso no discutir las ideas, aunque sea bajo la fachada de discutir la corrupción.
Disculpame por recortar tu texto pero quería centrarme en un punto. Es claro que ningún sistema está exento de corrupción. La corrupción es inherente al hombre. Yo sé que esto que voy a decir sonará supersimplificado, incluso ingenuo. La corrupción va muy ligada, no sólo con la impunidad del poder, sino con el exceso de poder. Los argentinos hemos aceptado a los militares genocidas porque sentíamos que nos salvábamos de la guerrilla, a Menem porque prometía salariazos aunque avisó que buscaba una ministro de economía en el establishment, y a los Kirchner que venían de gobiernos autoritarios en el sur. Vemos lo que queremos. Los argentinos, y también buena parte de los latinoamericanos, soñamos con el líder bueno que nos conduzca (il duce) a la felicidad que nos merecemos, que nos devuelva nuestros derechos.
Y los derechos se conquistan. Nunca se ceden. La nobleza arrancó a Juan sin Tierra su Carta Magna y de ahí en adelante todo fue igual: la Revolución Francesa, la independencia de los países americanos, si querés la Revolución Cubana, etc.
Vos planteás un dilema que parece irresoluble: aceptar un sistema socialmente igualitario con corrupción. En América Latina el líder nos cuida de la oligarquía. Luego, descubrimos que el líder y la oligarquía son socios. Es muy duro aceptar eso. El tema para mí es que se pude construir un sistema no perfecto ni social ni económicamente ni éticamente pero que ponga límites a la corrupción. Se llama reparto de poderes. Primero separemos los poderes para que ninguno prevalezca y no pueda someter al Pueblo. Luego discutamos cuánto de Estado y cuánto de mercado. En Europa lo han logrado los países escandinavos, por ejemplo. Acá decime ¿cómo puede ser que jueces que no pueden mostrar el origen de su fortuna sean quienes deciden sobre tu honor y tu patrimonio?
Es larguísimo de charlar todo esto. La corrupción siempre va a estar presente. Ese no es el problema. El problema es que como decía Mariano Moreno: "Si el pueblo no conoce sus derechos, no será su destino mudar de tirano sin mudar de tiranía?"
Y perdón por el of topic.