Re: MIRG Mirgor
Publicado: Lun Jun 24, 2013 3:19 pm
Julian Guarino Sub Editor de Finanzas jguarino@cronista.com
Paren las rotativas.
El orden de los factores sí altera el producto. Desde hace tres semanas, el secretario Guillermo Moreno el hombre fuerte del Gobierno que suele utilizar el teléfono (y su temperamento) como arma de intimidación no responde a los llamados que le hacen a su oficina.
Lo buscan, con desesperación, un grupo de empresarios que cumplió al pie de la letra lo que el funcionario les solicitó, pero que, ahora, se encuentran sin respuesta frente a un escenario sabido pero no esperado: el de la falta de dólares... incluso para ellos.
Han pasado numerosos meses ya desde que Moreno aplicara una lex non scripta pero sí muy difundida: el que quiera dólares para importar debe exportar por la misma cantidad de dólares. Esta ecuación, que funcionó aceitadamente, ha generado numerosas rara avis: Hugo Pulenta, importador de la marca Porsche y bodeguero, debió multiplicar al menos por cinco sus exportaciones de vinos de alta gama para que le permitan ingresar vehículos que estaban frenados en la Aduana; Adidas también se sumó al grupo de empresas y exporta muebles; Hyundai ingresó al negocio del maní y el aceite de oliva, Alfa Romeo biodiesel, y KIA, con la exportación de películas químicas para envases de cartón, es otro de los ejemplos. Ford, Chery, Caterpillar, PSA Peugeot Citröen, Mercedez Benz, Volkswagen, Time 4 Fun que debía exportar a Charly y Fito para traer a Madonna, General Motors y decenas de empresas más son miembros del club con misma suerte...
Sin embargo, en los últimos días incluso parece haberse cerrado la ventanilla de dólares para este grupo de resignados pretendientes que, como ocurría con Penélope quien aguardó durante veinte años el regreso de su esposo Odiseo, asisten impávidos al vertiginoso espectáculo de la espera o, llevado a la Odisea, del que desteje por la noche lo que se teje durante el día. En rigor, se trata de un grupo de hombres que parece haber llevado la condición necesaria del 1 a 1 a su máxima expresión. Sabemos que el Gobierno está complicado y que Moreno hace todo lo posible para resguardar las reservas del Central, pero si no nos abren la ventanilla de los dólares no podemos hacer negocios y por ende tampoco podemos exportar, sentencia un empresario de una multinacional que se dedica a la importación de maquinaria para la construcción y a cambio ha puesto en marcha un rentable negocio de exportación de granos que en un comienzo generó pérdidas.
Los magros resultados de la balanza comercial en lo que va del año (el superávit cayó 33,8% en 5 meses respecto del mismo período de 2012), parecen sentenciar que el Gobierno ha redoblado los esfuerzos o lo que en la Casa Rosada entienden por ello para desembolsar la menor cantidad de dólares por ventanilla. Existen cientos de órdenes de compra congeladas que incluyen insumos para la industria alimenticia, farmacéutica, minera, automotriz, de obras viales, construcción, y laboratorios entre muchas otras. Las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), un formulario que brinda datos de lo que se pretende ingresar al país, deben ser autorizadas por las secretarías de Comercio Exterior e Interior, pero no tienen fecha límite para ser aprobadas.
En paralelo, el Gobierno se ha esmerado en controlar el dólar blue, pero a cambio, y paradójicamente, ha desembolsado una cantidad importante de dólares vía bonos: en las últimas cuatro semanas, la Anses comenzó a jugar fuerte para bajar el precio del dólar blue a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Lo alarmante es que los recursos utilizados no parecen sustentables en el tiempo: alcanzan, si, para repensar estrategias y desempolvar el herramental ortodoxo que ya utiliza el Banco Central y el ministerio de Economía como es subir las tasas de interés, bajar la emisión monetaria, controlar precios, desandar los subsidios, ajustar los impuestos, endurecer aún más el cepo y devaluar por encima del 20% anual. Incluso el lanzamiento del blanqueo y, por ende, del Cedin, es la evidencia de que el Gobierno necesita urgentemente dólares soslayando en los hechos la batalla cultural al dólar como moneda de refugio y reserva de valor.
No hagan olas
Desde una treintena de medidas que endurecieron el cepo y que le hicieron perder al Banco Central reservas por u$s 9.200 millones, pasando por la ventanilla cada vez más exigua que provee de dólares al turismo, las restricciones a la venta de tickets aéreos, el milagro del dólar-tarjeta que parece a punto de caer en un recargo del 40% para los consumos en el exterior, o las flamantes cuentas creadas por el BCRA para diferenciar gastos de hospedaje, traslados y consumos de aquellos que demandan las grandes agencias de turismo, todo parece traducir que se vienen tiempos con mayores restricciones derivadas de la dificultad de administrar la escasez, toda una definición económica. A ello se agrega al menos un centenar de empresas que esperan el visto bueno del Banco Central para girar dividendos en dólares. El dato es que desde comienzos de año y según datos del Banco Central oportunidad en la que el giro de utilidades al exterior registró salidas por u$s 155 millones, destacándose los giros del sector minero por u$s 105 millones la autorización del BCRA no llega. Atrás parecen haber quedado los u$s 253 millones que se giraron en 2012 y los u$s 4.495 millones del 2011, antes de que comenzara la restricción. Esas cifras, la de 2012 y 2013, han despertado inquietud y, en algún caso, la persistencia de los empresarios por integrar el listado que los bancos le giran al BCRA para ser autorizadas.
Paren las rotativas.
El orden de los factores sí altera el producto. Desde hace tres semanas, el secretario Guillermo Moreno el hombre fuerte del Gobierno que suele utilizar el teléfono (y su temperamento) como arma de intimidación no responde a los llamados que le hacen a su oficina.
Lo buscan, con desesperación, un grupo de empresarios que cumplió al pie de la letra lo que el funcionario les solicitó, pero que, ahora, se encuentran sin respuesta frente a un escenario sabido pero no esperado: el de la falta de dólares... incluso para ellos.
Han pasado numerosos meses ya desde que Moreno aplicara una lex non scripta pero sí muy difundida: el que quiera dólares para importar debe exportar por la misma cantidad de dólares. Esta ecuación, que funcionó aceitadamente, ha generado numerosas rara avis: Hugo Pulenta, importador de la marca Porsche y bodeguero, debió multiplicar al menos por cinco sus exportaciones de vinos de alta gama para que le permitan ingresar vehículos que estaban frenados en la Aduana; Adidas también se sumó al grupo de empresas y exporta muebles; Hyundai ingresó al negocio del maní y el aceite de oliva, Alfa Romeo biodiesel, y KIA, con la exportación de películas químicas para envases de cartón, es otro de los ejemplos. Ford, Chery, Caterpillar, PSA Peugeot Citröen, Mercedez Benz, Volkswagen, Time 4 Fun que debía exportar a Charly y Fito para traer a Madonna, General Motors y decenas de empresas más son miembros del club con misma suerte...
Sin embargo, en los últimos días incluso parece haberse cerrado la ventanilla de dólares para este grupo de resignados pretendientes que, como ocurría con Penélope quien aguardó durante veinte años el regreso de su esposo Odiseo, asisten impávidos al vertiginoso espectáculo de la espera o, llevado a la Odisea, del que desteje por la noche lo que se teje durante el día. En rigor, se trata de un grupo de hombres que parece haber llevado la condición necesaria del 1 a 1 a su máxima expresión. Sabemos que el Gobierno está complicado y que Moreno hace todo lo posible para resguardar las reservas del Central, pero si no nos abren la ventanilla de los dólares no podemos hacer negocios y por ende tampoco podemos exportar, sentencia un empresario de una multinacional que se dedica a la importación de maquinaria para la construcción y a cambio ha puesto en marcha un rentable negocio de exportación de granos que en un comienzo generó pérdidas.
Los magros resultados de la balanza comercial en lo que va del año (el superávit cayó 33,8% en 5 meses respecto del mismo período de 2012), parecen sentenciar que el Gobierno ha redoblado los esfuerzos o lo que en la Casa Rosada entienden por ello para desembolsar la menor cantidad de dólares por ventanilla. Existen cientos de órdenes de compra congeladas que incluyen insumos para la industria alimenticia, farmacéutica, minera, automotriz, de obras viales, construcción, y laboratorios entre muchas otras. Las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), un formulario que brinda datos de lo que se pretende ingresar al país, deben ser autorizadas por las secretarías de Comercio Exterior e Interior, pero no tienen fecha límite para ser aprobadas.
En paralelo, el Gobierno se ha esmerado en controlar el dólar blue, pero a cambio, y paradójicamente, ha desembolsado una cantidad importante de dólares vía bonos: en las últimas cuatro semanas, la Anses comenzó a jugar fuerte para bajar el precio del dólar blue a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Lo alarmante es que los recursos utilizados no parecen sustentables en el tiempo: alcanzan, si, para repensar estrategias y desempolvar el herramental ortodoxo que ya utiliza el Banco Central y el ministerio de Economía como es subir las tasas de interés, bajar la emisión monetaria, controlar precios, desandar los subsidios, ajustar los impuestos, endurecer aún más el cepo y devaluar por encima del 20% anual. Incluso el lanzamiento del blanqueo y, por ende, del Cedin, es la evidencia de que el Gobierno necesita urgentemente dólares soslayando en los hechos la batalla cultural al dólar como moneda de refugio y reserva de valor.
No hagan olas
Desde una treintena de medidas que endurecieron el cepo y que le hicieron perder al Banco Central reservas por u$s 9.200 millones, pasando por la ventanilla cada vez más exigua que provee de dólares al turismo, las restricciones a la venta de tickets aéreos, el milagro del dólar-tarjeta que parece a punto de caer en un recargo del 40% para los consumos en el exterior, o las flamantes cuentas creadas por el BCRA para diferenciar gastos de hospedaje, traslados y consumos de aquellos que demandan las grandes agencias de turismo, todo parece traducir que se vienen tiempos con mayores restricciones derivadas de la dificultad de administrar la escasez, toda una definición económica. A ello se agrega al menos un centenar de empresas que esperan el visto bueno del Banco Central para girar dividendos en dólares. El dato es que desde comienzos de año y según datos del Banco Central oportunidad en la que el giro de utilidades al exterior registró salidas por u$s 155 millones, destacándose los giros del sector minero por u$s 105 millones la autorización del BCRA no llega. Atrás parecen haber quedado los u$s 253 millones que se giraron en 2012 y los u$s 4.495 millones del 2011, antes de que comenzara la restricción. Esas cifras, la de 2012 y 2013, han despertado inquietud y, en algún caso, la persistencia de los empresarios por integrar el listado que los bancos le giran al BCRA para ser autorizadas.