Mensajepor magui31 » Mar Abr 03, 2012 12:30 pm
Argentina está la deriva, con una presidenta ida y una grupo de ultraizquierdistas , llamado La Cámpora, que controlan el país. Un grupo que lidera el hijo de la presidente, Máximo Kirchner, al frente de un grupo de jovencitos con tendencias autodestructivas y un tanto maníacas.
Pues bien, La Cámpora quiere Vaca Muerta, el segundo yacimiento más importante del mundo entre todos los descubiertos en lo que va de siglo. Eso sí, lo quiere al estilo Cámpora, que no deja de ser una mafia: controlar sin poner un duro.
Página 12, el diario de izquierda más cercano a La Cámpora –aunque alguno de sus miembros considera que el periódico se está aburguesando- sentencia que Vaca Muerta debe ser administrada por el Gobierno argentino. Ahora bien, para eso se necesitan invertir 27.000 millones de dólares, y no parecen estar por la labor.
A partir de ahí Máximo Kirchner puede hacer varias barbaridades: nacionalizar YPF sin pagar a Repsol, lo que llevaría a un conflicto judicial internacional. Segundo: intervenir YPF sin comprar el 57% en poder de Repsol, una especie de golpe de Estado contra todo derecho. También puede retirar concesiones a YPF, incluida Vaca Muerta, pero, entonces, volvemos al principio: ¿quién paga?
Pues bien, en Repsol ya no saben qué hacer. Tras las intervenciones de Su Majestad El Rey de España, del ministro de Industria José Manuel Soria, del de Exteriores García Margallo, ha sido el propio Mariano Rajoy quien ha tomado la batuta. Si en Argentina mandara Cristina Fernández, su gobierno y su parlamento, podríamos esperar cierta sensatez. Pero quien manda es ‘Mínimo’ Kirchner. Y entonces...
¿La norteamericana Exxon quiere Vaca muerta? Sí, por supuesto, un yacimiento de petróleo no convencional de ese calibre apetece a la mayor petrolera del Mundo. Para ellos solitos, claro, no para operar para una YPF de titularidad estatal.
Eso sí, Exxon no admite interferencias estatales. Es decir, que a los mafiosos de La Cámpora no les sirve.
Por cierto, Exxon fue estuvo a punto de hacerse con Repsol cuando José María Aznar, enfadado porque los catalanes se hubieran hecho con la petrolera, se marchó a ver a su amigo George Bush para que Exxon lanzara una OPA sobre la primera petrolera española.