Mensajepor quique43 » Mié Oct 19, 2022 10:33 am
La bomba, a prepararse, está cerca la explosión.
El peronismo kirchnerista lo hizo, todo lo que tocan lo rompen o se lo roban, y falta la destrucción total como con los seguros.
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A las puertas de otra confiscación masiva
19 de octubre de 2022
Mariano Fernandez y Adolfo Paz Quesada
El “déficit cuasifiscal” consiste en absorber parte del circulante emitido vía remuneración de pasivos monetarios, ya sea con letras de liquidez, notas de liquidez u otros instrumentos monetarios Patricio Pidal/AFV
En el país rige, desde hace muchos años, un sui géneris plan económico heterodoxo basado en solventar un gasto público descomunal financiado principalmente con una monstruosa expansión monetaria, emisión de deuda y un plan sistemático de confiscaciones periódicas.
Creer que la inflación resultante de dichas políticas se quiera controlar en forma definitiva no es más que una quimera, pues solo se intenta morigerar sus efectos con medidas temporarias que solo den respiro parcial al ya esquilmado sector privado.
Los mecanismos para navegar al borde de las recurrentes crisis son reiterados y poco creativos, aun así, la clase política sigue logrando vivir a expensas de quien produce y ha sabido mantener al sistema político bajo control.
Hoy como en el pasado cercano, con Alfonsín, Macri o Fernández de Kirchner se utiliza a la política monetaria como una alfombra donde se esconden los más profundos desequilibrios.
El por todos conocido “déficit cuasifiscal” consiste en absorber parte del circulante emitido vía remuneración de pasivos monetarios, ya sea con letras de liquidez, notas de liquidez u otros instrumentos monetarios.
Por otro lado, y generando distorsiones en los precios relativos, nos enfrentamos a un cóctel de regulación de precios, prohibiciones para exportar, desacople de precios internos de alimentos y energía, en base a retenciones, subsidios y tipos de cambio diferenciados entre otras cosas, que permiten sostener un sistema de caciquismo económico donde los ganadores son siempre los mismos empresarios más allá del signo político gobernante.
Si bien, todas estas medidas son incompatibles con nuestro andamiaje legal son toleradas e incluso, muchas veces generadas y estimuladas, por nuestras propias instituciones, ONGs y empresariado, parte del cual hasta presumiblemente las promueve en el “off the record”.
Focalizándonos en la política monetaria podemos analizar el primer método que utilizan los gobiernos, de diferente color político, para intentar paliar los efectos de la desaforada emisión monetaria: esto es la absorción de los pesos resultante vía deuda del BCRA por instrumentos remunerados (pases, leliqs, etc.), caracterizados por no generar utilidades genuinas al sistema bancario dada la incapacidad del BCRA de cancelarlas con beneficios reales, situación que la ha llevado a su actual estado de virtual quiebra a la Institución.
Así, los desequilibrios monetarios, lejos de contenerse, se han agravado de manera sustantiva. Hacia los últimos días de septiembre la suma total de pasivos monetarios (leliqs más pases) duplicó a la base monetaria, llegando a la exporbitante cifra de 8,4 billones de pesos. Es importante recordar que, durante el gobierno anterior, la crisis sobre las lebacs se produjo con pasivos monetarios superando poco más del 45% de la base monetaria.
El crecimiento astronómico de dichos pasivos podría significar, en un futuro cercano, y sobre todo teniendo en cuenta las elevadisimas tasas de interes convalidadas del 107,5% anual, un grave problema bancario y el colapso del valor de los depósitos a plazo. Pocos lo declaman, pero estamos bajo una tormenta que podría desatarse en cualquier momento, siendo muy vulnerables a cualquier tipo de shock interno o externo, implicando una nueva confiscación del valor de los activos del sector privado. El mecanismo de suba de tasa de interés tiene un límite y dicho límite no es más que la golpeada confianza de los ahorristas en la solvencia del sistema financiero y en la posibilidad de acciones no esperadas de la autoridad monetaria (Lahiri & Vegh, Delaying the inevitable: Interest Rate Defense and the BoP Crises, Journal of Political Economy V,111 N2, abril 2003)
Si bien en el corto plazo, el desdoblamiento cambiario de carácter temporal logró contener a los tipos de cambio financieros parando la corrida, ha profundizado los desajustes monetarios. Queda claro que una medida de este tenor solo no podría repetirse permanentemente sin una solución a dicho desequilibrio.
Al respecto basta recordar que en el año 1990, en una situación similar, se ideo un mecanismo para “limpiar” tanto el activo de los bancos (bonos en cartera comprados con los fondos de los ahorristas) como su pasivo (depositos de sus clientes), mediante la conversion de estos ultimos en bonos de largo plazo, lo cual fue el llamado “Plan Bonex” del Ministro Antonio Erman
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