Mensajepor Shakespeare » Mar Ago 16, 2011 1:25 pm
Jotabé: No soy politólogo, apenas un aficionado de la política, de filiación radical. Te reconozco el último acierto de tu gomía Roberto. Pero si vamos al caso, también él se equivocó, el márgen de error quedó superado por el número final. Poliarquía fue la que más se acercó. Pero ni Cristina ni su séquito de encuestadores se la esperaban, luego de la larga serie de verduras publicadas, algunas asombrosas. Si a Cristina el Viernes le decían: firmá el 40% con más de 20 puntos sobre el segundo, firmaba. Sugestivamente, la última semana, nadie publicaba encuestas. En cuanto al porcentaje de participación, sin consultar cifras, me resultó inusual por lo alto. Tengo entendido que hubo distritos con más del 80% de los votos y eso hasta acá creo, no se había dado. El ausentismo esta vez fue muy inferior al que se venía dando. Si la memoria no me falla, en el 2007, el porcentaje de votantes había sido sensiblemente inferior a la de anteayer. Además, una elección presidencial por lógica, debería convocar más gente que este engendro creado de las Primarias, dónde todos los candidatos presidenciales competían consigo mismo. Por eso creo que esto fue inusual. En cuanto a lo político, la jugada le salió muy bien, y fue de una audacia mayúscula, había saltado sin red, con mucho para perder y poco para ganar. Pero ganó y con creces. Ganó en Córdoba, dónde los candidatos a gobernador recientemente se peleaban por ver quién se desmarcaba más de Ella. Una semana después, como si nada, Ella ganó caminando. Casi duplicó a su candidato, Rossi, que nada pudo hacer por más fotos y publicidad que hiciera pegando su cara a la de Cristina. Y con muchos votos de Del Sel, un ser repelente para la élite intelectual oficialista, que esta vez fueron para ella.
Se votó conservadoramente, con el bolsillo; se votó porque la oposición era anémica y ningún candidato seducía ni tenía magnetismo para atraer votos, por más dispersión de ofertas. Porque si hubiera existido un candidato opositor que traccionara, pero Duhalde, es una figura desgastada, Alfonsín un hombre bonachón pero sin charme para atraer y seducir, Binner, un tibio ético. Se votó también convalidando a los que gobiernan en sus distritos. Que se queden todos fue la consigna. Sigue vivo en la imágen popular las negras jornadas de fines del 2001 y principios del 2002 y el votante es más conservador de lo que se presupone, para no dar volantazos y seguir con lo que hay, en la medida que la guita le alcanza pese a la inflación, puede comprar en cuotas, hay más laburo que antes y el que no lo tiene, cuenta con planes y beneficios sociales que antes no había.