Por Roberto Caballero
La emboscada Schoklender II
Una parte de la oposición cree que aliarse a Sergio Schoklender les puede garantizar algún votito más para las elecciones de octubre. Ayer lo acusaban de parricida, hoy le quieren dar estatus de “arrepentido”: así de bipolares están.
Defensores de las instituciones como Graciela Camaño –que disfruta de bienes gananciales con Luis Barrionuevo– le ofrecen a Schoklender el Parlamento para que lo utilice de caja de resonancia de su apriete al oficialismo, como si fuera una extensión del set televisivo donde Morales Solá hace su programa. Hasta Graciela Ocaña, que combatió incansablemente a las mafias del PAMI donde, dijo, Barrionuevo tenía grandes influencias, se puso de acuerdo con Camaño en indultar al ex apoderado de Sueños Compartidos para que, de sospechoso principal en una investigación judicial, pase a gozar de los beneficios de “testigo protegido” en una suerte de tribunal mediático que con la velocidad de la comida chatarra condene a Hebe de Bonafini y a Cristina Kirchner. Si no fuera porque el 14 de agosto la mitad más uno de la sociedad le dio vuelta la cara a este guión surrealista y a 347 tapas negativas de Clarín, esta fantasía tendría alguna chance de arrimar votos a los que no los tienen. Ahora, está difícil. Por el contrario, la rusticidad que demostraron los deja frente al abismo de la insignificancia política. De alguna manera, todos cayeron en la emboscada Schoklender, que adoptó el discurso de Héctor Magnetto, ese que dice que el gobierno de Cristina es una monarquía y hace falta equilibrio legislativo. Harían bien, los que hoy banalizan al Congreso, usándolo para este show electoralero, en llevar a Schoklender como candidato. Sería una forma más o menos republicana, más o menos honesta, de investirlo de fueros, que quizá le hagan falta si la justicia avanza, como debe, sin las presiones a las que se ve sometida en este caso, no por Aníbal Fernández, sino por los mismos diputados opositores que se llenan la boca hablando de independencia de poderes.
Desde esta misma columna, ayer se destacó la valerosa postura de Margarita Stolbizer y el FAP de Hermes Binner, que públicamente se negaron a convalidar la estrategia de Duhalde, Barrionuevo y De Narváez. Hoy, sin embargo, aunque sin la saña de los otros, quizás estén presentes en la comisión donde Schoklender será ungido como el vengador anónimo de los derrotados en las primarias. ¿Se puede denunciar la trampa sin caer en la tentación de meter algún gol con la mano? Es una pregunta, nomás.
El estudio de TN se muda al Congreso. El banquete está servido. De primer plato, ofrecen a Hebe y sus pañuelos, aunque es Cristina el menú principal.
El rating de este espectáculo no lo mide Ibope: lo deciden los argentinos en las urnas el 23 de octubre.
Buenísimo!! 