inge escribió:DEBATE › EL RECHAZO DE LA DERECHA EMPRESARIA
La disputa por el Estado
Por Ricardo Aronskind *
La prensa conservadora publicó recientemente un artículo que catalogó al viceministro de Economía Axel Kicillof de dogmático y marxista. Interesa el artículo por los conceptos de fondo que deja traslucir sobre los funcionarios, el Estado y la economía, ya que refleja la perspectiva de un influyente sector social en el país.
...El artículo lo explica: la Presidenta ha puesto “aspectos centrales de la relación con las empresas en manos de Kicillof, quien no renuncia a la lucha de clases como categoría explicativa de la vida pública”. ¿Qué proyectos marxistas, dogmáticos y embebidos de lucha de clases tiene entre manos el viceministro de Economía? El artículo lo aclara: “Desde su panel de control, el nuevo numen imagina una política más planificada, que estimule a tal o cual sector a través de tipos de cambio múltiples, diseñados con subsidios y protecciones oficiales”.
La derecha argentina no se enteró de que en todo el mundo desarrollado se realizan planificaciones a largo plazo en los sectores relevantes de la economía.
Ningún país soberano del planeta deja de proyectar escenarios y realizar programas de largo aliento para garantizarse un lugar privilegiado en la división internacional del trabajo.
...Hoy puede que molesten el “marxista” Kicillof o el “nacionalista” Moreno.
Pero podría ser un liberal que se tome en serio el liberalismo y ataque a los monopolios o destruya los privilegios empresarios obtenidos mediante la captura del Estado. También ese émulo de Adam Smith sería denostado por “dogmático”, de-subicado y falto de trato con “el mundo material”.
Claro que en la Argentina tales especímenes liberales “dogmáticos” nunca existieron: existió el liberalismo de la dictadura militar y del menemismo, que favorecía las ganancias de ciertos grupos a costa del resto de la sociedad. Esa gente sí que era “pragmática”.
Demasiado tiempo de personal político subordinado a los sectores dominantes, “maleable” a los mandatos corporativos, los ha llevado a reaccionar con furia cuando aparecen figuras con convicciones sólidas, lo que en el manual neoliberal se denomina “dogmatismo”.
La satanización de funcionarios con ideas propias confirma que para la derecha local el Estado es un espacio de disputa, en el cual cada cabeza colonizada es una victoria propia
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