Mensajepor quique43 » Lun Feb 06, 2023 12:35 pm
Acá otro ejemplo del control de precios, está claro que la ignorancia es mayúscula, y sobre todo en los lugares mas altos del poder, por consiguiente nos llevan al fracaso, lo interesante es que se mandan la macana y ellos nunca pagan, al contrario encima cobran.
8 - La URSS
El sitial en que la historia colocó a Stalin como uno de los líderes más despiadados de todos los tiempos se debió, en parte, a las medidas que él tomara a fin de regular la economía. Dado que la economía de la Unión Soviética se planifica en su totalidad, los objetivos políticos no pueden ser otros que los establecidos por los planificadores, ya que en última instancia el poder el Estado es siempre suficiente y posee los medios para transgredir cualquier derecho individual y para infligir la coerción necesaria sobre los ciudadanos, con el propósito de asegurar el cumplimiento del plan central. Si se considera que en la planificación soviética existen diez millones de precios distintos, resulta posible tener una idea de la naturaleza de la tarea de regulación en la economía soviética.
En una edición de Inflation, Michael Jefferson observa que el costo de vida del trabajador urbano-industrial soviético parece haber aumentado un 65 por ciento entre 1927 y 1937, en tanto sus ingresos reales bajaron un 50 por ciento. Tales incrementos en los precios tuvieron lugar a pesar de las caídas de precios prometidas en varios y sucesivos Planes Quinquenales; aparentemente fueron el resultado de un gran incremento en los créditos a corto plazo y al dinero otorgados por el Banco Estatal en la década del treinta. En el período comprendido entre 1929-1941 el circulante se incrementó casi ocho veces.
9 - EEUU en la Segunda Guerra
A partir del momento en que los Estados Unidos comenzaran a prepararse para la II Guerra Mundial, el Gobierno de Roosevelt se demoró casi dos años en imponer los controles de precios y salarios. Un ejemplo dado por Alemania e Italia bien pudo haber estimulado esta renuencia; las restricciones a la libertad individual no eran del todo bienvenidas en medio de una guerra resuelta a defender la libertad. Desde enero de 1941 hasta octubre de 1942, el gobierno intentó contener los inevitables aumentos originados tanto en los precios como en los salarios por medio de controles voluntarios y persuasión moral.
Al examinar los resultados de los controles impuestos durante el curso de la guerra, Milton Friedman destacó este fenómeno al señalar que, en realidad, los cambios en los precios y salarios, verificados individualmente, no pudieron evitarse:
En su mayor parte, las modificaciones en los precios se disimulan simplemente a través de cambios en los descuentos, servicios y calidad, y las modificaciones en los jornales se observan en las horas extras de trabajo, gratificaciones y otros cambios. Ni siquiera 60.000 burócratas que contaban con el respaldo de 300.000 voluntarios, además del alto grado de patriotismo durante la Segunda Guerra Mundial, fueron capaces de superar el ingenio de millones de personas que encontraron mecanismos para evitar los controles de precios y salarios que se oponían a su sentido personal de la justicia.
Pero a medida que ceden los controles y la demanda por la calidad tradicional se reafirma, los precios inevitablemente suben una vez más. Finalizada la guerra, la inflación contenida se desbordó y los controles se quebraron por completo. Desde agosto de 1945 hasta noviembre de 1946, los precios mayoristas subieron más del 32 por ciento y los precios al consumidor casi un 18.6 por ciento.