Afinar la sintonía
Eduardo Aliverti
...Por algo habrá sido, dicen, que a ella se la ve más simpática, menos
tensa, distendida, no tan provocadora. Acerca de esto último sería atinado si se ponen
de acuerdo porque, justamente, se viene de una tapa revisteril que exhibe a la
Presidenta en gestualidad orgásmica por su relación con las masas.
La saltan de
deprimida a bipolar, de bipolar a furiosa, de furiosa a autista y del autismo a la felicidad
masturbatoria. ¿Eso es todo lo que se les ocurre como cuestionamiento político?
Convengamos que semejante pobreza argumentativa refleja mucho, o todo, sobre cuál
es el verdadero equipaje de la oposición. ¿Creen, honestamente, que la muchedumbre
caceroleante, y la gran mayoría de quienes se quedaron en sus casas pero aprobando
el repudio, salió a la calle porque está inflada de cadenas nacionales, de la re-re, de
que no haya conferencias de prensa, de la sonrisa de Boudou? ¿De la “inseguridad”?
Este aspecto sí puede ser incluido en el pésimo humor de los manifestantes, pero se
desarma al contrastarlo con el tipo de salida que propondrían y aun si dejara de
considerarse que cualquier estadística demuestra que no hay un incremento del delito
violento.
¿Qué significa protestar contra la inseguridad en términos de solución? ¿Salir a
pura bala, matar a como venga, institucionalizar el gatillo fácil? Sí. Pero no pueden
decirlo. Por fortuna o militancia, el asentamiento de la democracia le puso una raya,
grande, a que se tome como natural poder vomitar cualquier afirmación de anclaje
facho, so pena de exposición absurda o maloliente.
Se puede en el anonimato de los
llamados sueltos a las radios, en las redes sociales o en las estrofas y carteles de una
manifestación cada tanto. Pero no en forma generalizada. Es por esa misma autopista
que circula lo auténticamente representativo, el caracú, de la irritabilidad del teflón.
Es
el dólar, estúpido. El cepo cambiario sobresalta a las porciones acomodadas de la
sociedad. Y al imaginario de clase media: por obra de factores culturales históricos,
estimulados hasta el hartazgo por los medios de comunicación, se termina convencido
de que la cotización o acceso a la divisa norteamericana son determinantes para
sentirse libres o en prisión. Pero eso tampoco pueden manifestarlo de manera
consignista, porque es vergonzante. Y el Gobierno comete el enorme error de no
ajustar su alocución, y sus disposiciones, a desflecar ese espíritu convocante del dólar.
...Cristina es una plebeya, linda, de temperamento jodido, frentera, capaz de
haberse sobrepuesto a tragedias personales, con accionar reparador de las necesidades
mayoritarias aunque nunca deje de recordar que no es el Che Guevara.
Eso es
insoportable para las señoras y señores que viven del goce a través de que haya los
situados aplastadamente abajo, para encontrarle sentido a sus vidas patéticas. No tiene
arreglo.
Sí entre alguna burguesía dirigencial que comprende la necesidad de contar
con liderazgo y reglas claras, así deba apartar fastidios o repelencias gorilas. No entre
tilinguería mediáticamente comandada, que sesenta años después reproduce el festejo
por el cáncer de Eva y por más que su comodidad dineraria no esté afectada.
La nota completa en
http://www.marcaderadio.com.ar/tex/edit ... 22edit.pdf