El fracaso de las PASO
12-08-13 00:00
Félix Lonigro Profesorde Derecho Constitucional
Han transcurrido las segundas internas abiertas, simultáneas y obligatorias desde que, en diciembre del año 2009, el Congreso de la Nación sancionó la ley 26.571 (conocida como ley de reforma política), cuyo principal objetivo fue modificar sustancialmente el sistema de internas de las agrupaciones políticas.
Hasta ese momento cada partido político designaba a sus candidatos para ocupar cargos públicos nacionales del modo que lo establecieran sus estatutos; desde entonces están obligados a utilizar el sistema de internas abiertas, obligatorias y simultáneas, denominadas primarias (PASO).
Más allá de las intenciones que haya tenido el legislador al sancionar esta reforma, la corta experiencia de este sistema para llevar a la práctica las internas partidarias, va reflejando su estrepitoso fracaso.
En efecto, la dirigencia política nos ha demostrado que no tiene ningún interés en competir internamente (salvo escasísimas excepciones, como por ejemplo las pre-candidaturas de la alianza UNEN).
Quedó claro que, en función de las dos experiencias vividas y de lo dispuesto por el artículo 45 de la ley 26.571, el único sentido que conllevan estas elecciones internas
es lograr que cada lista de precandidatos obtenga el 1,5% de los votos para poder presentarse en octubre.
Si realmente cada agrupación presentara más de una lista y efectivamente hubiera competencia interna, ese 1,5% debería ser alcanzado entre todas las listas de precandidatos de una misma agrupación
Y por otra parte este tipo de internas tampoco suscita interés en el electorado, que mayoritariamente no entiende para qué se desarrollan, y percibe que se lo convoca a votar dos veces lo mismo.
Esto hace que este método de celebración de elecciones primarias sean una verdadera farsa que confunde al votante (sobre todo al menos instruido), y convierte a las primarias en una suerte de prueba o encuesta, que nada le agrega a la democracia, y al contrario, genera gastos innecesarios que bien podrían derivarse a solventar otras necesidades sociales.
Si la experiencia demostró y demuestra una marcada falta de voluntad de la dirigencia política en competir internamente, podría decirse que el sistema pergeñado por la ley de reforma política ha fracasado rotundamente, motivo por el cual es necesario replantearse si no conviene volver al sistema en el cual cada partido político dirimía sus cuestiones internas del modo que lo establecieran sus propios estatutos.
Teniendo en cuenta que las decisiones en materia de partidos políticos han sido asignadas, por la Constitución Nacional, al Congreso de la Nación, será necesario exigir a quienes se han ganado el derecho de ser candidatos para ocupar bancas en ese órgano, para las próximas elecciones generales del 27 de Octubre, que manifiesten concretamente si tienen proyectos legislativos para mantener las PASO, modificarlas o dejarlas sin efecto.
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