Galaico escribió:La verdad indescriptible, lo que le han hecho en córdoba a tantos comerciantes pequeños y casas particulares, los delincuentes de mie*** apañados por los hijo de mil pu** de los policías corruptos cordobeses y autoridades provinciales, los dejaron indefensos e impotentes frente a ver como les destruían el trabajo de años.
Soretes narcos de lo peor, indignante como se han cagado en la gente.
Como esos tipo se van a recomponer??? la verdad que estoy sobrepasado de bronca y encima les dan aumento convirtiéndose en rehenes, deberían trabajar horas extras para reparar el daño que hicieron esos soretes.
Pero no te ollvides Gala, que el gobierno nacional fomentò èste tipo de actitudes por parte de mucha gente, que se ha acostumbrado a no respetar la ley, pero ademàs a robar, dañar, cortar calles, usurpar, y cometer todo tipo de delitos, en lugar de haber generado polìticas que sancionen realmente al delincuente y que sirva esa sanciòn como ejemplo para los demàs, se ha permitido todo, y como hay impunidad el delito avanza en todos los frentes. El gobierno nacional tiene el poder suficiente para generar las leyes y las sanciones para frenar todo esto, pero que ha hecho, nada, ha dejado hacer, ahora las consecuencias.
La polìticas nacionales, irradian hacia todo el paìs, el gobierno nacional debe dar el ejemplo, y hacer lo que deba hacer para parar el delito.
Aca en capital, me comentan que CABA, pone los carros para la basura, a los pocos dìas de noche se los roban, les sacan las ruedas, las tapas, se afanan los carros, tambièn de noche, de roban las manijas de bronce, tambièn en las bocas de agua de las veredas se roban las vàlvulas de bronce, queda esa boca perdiendo agua, hasta que la reemplazan por una de plàstico.
Parecen pirañas, se afanan todo, el delito està permitido, mientras no le pongan freno, lamentablemente seguirà pasando.
Los derechos humanos en èstos años han sido para los terroristas, y los chorros, la gente comùn laburadora, no tiene garantìas, y lo acabamos de ver en Còrdoba, y tambièn en Wilde, donde mataron a palos al chino dueño del negocio, y le robaron todo, y de paso le incendiaron el negocio.