En Australia
Una mujer de 93 años se doctoró en Ciencias Económicas
Lis Kirkby en el Campus de la Universidad (FOTO: Gentileza handelsblatt).
Lis Kirkby, una mujer de 93 años, se convirtió en la estudiante con más edad en Australia que obtuvo un doctorado en Ciencias Económicas. La anciana aseguró que este es, tal vez, el mayor logro de su vida y contó que lo hizo porque queda fascinada con cada descubrimiento que realiza.
La tesis de doctorado, que presentó en la Universidad de Sydney, compara y contrasta las políticas gubernamentales tras la crisis financiera global de 2008 y la Gran Depresión de la década de 1930. Lo especial es que Kirkby es la única entre los 50.000 estudiantes de la universidad más renombrada de Australia que vivió personalmente ambas crisis económicas.
En su trabajo concluye que los políticos actuales no aprendieron nada del pasado. "Las medidas de ahorro afectan en mayor medida a los jubilados, a los discapacitados y a los más necesitados. Los grandes se salvan".
La graduación fue sólo uno de los desafíos a los que Kirkby se enfrentó en su agitada vida.
Nacida en 1921 en Reino Unido, a los 17 años abandonó la escuela para ocuparse de su padre y de su hermano cuando su madre enfermó.
La familia del norte de Inglaterra había sido dueña de una fábrica, pero a raíz del derrumbe de Wall Street de 1929 perdió todo su patrimonio.
Kirkby trabajó como actriz y, tras la Segunda Guerra Mundial, siguió a su esposo, un médico, a Malasia. Allí fue conductora de radio.
En 1965, la pareja se mudó a Australia. Aquí, Kirkby volvió a la actuación.
En la década de 1970 hasta se hizo famosa con su participación en una serie de televisión. La telenovela "Number 96" abordó temas como la desnudez y la homosexualidad, que con frecuencia perturbaron a los televidentes.
Luego, Kirkby se dedicó a la política. De 1981 a 1998 fue legisladora en el Parlamento regional de Nueva Gales del Sur por el partido de centroizquierda AD. Posteriormente administró una granja ovina.
"Les digo a las personas que deben tener realmente entusiasmo, una pasión por hacer algo", dijo Kirkby. Esa es su máxima. "No puede ser que una vez que uno se jubila sólo juega al golf, al bowling o se reúne sin hacer nada con amigos. Uno siempre tiene algo que hacer".
"Sin embargo, empezar una carrera con 85 fue duro. En la escuela escribía sobre pizarras, pero en la universidad debía usar la computadora. Yo me dije: voy a vencer esta maldita cosa, no me dejo doblegar", recalcó.
Admitió que los primeros borradores de su investigación los escribió a mano. "Mi cerebro funciona mejor con lápiz y papel", indicó. En la universidad, donde compartía las clases con estudiantes que podían ser sus nietos, Kirby sufrió también rechazo y burlas.
"¿Por qué haces esto? A tu edad nunca conseguirás un trabajo como universitaria", le preguntaron algunos compañeros, a lo que ella respondió: "Lo hago porque estoy fascinada por lo que descubro". Ahora, que obtuvo el título de doctora, sus hijos la quieren alentar para que se enfrente a otro desafío: escribir sus memorias.
