COPLERO DEL MENTALISTA
Al día 10 de Diciembre
sin pompa ni protocolo
lo decreto San Apolo,
santo inversor y profeta,
que compartió su receta
pudiendo comerla solo.
Ninguno podrá negar
que el tipo tuvo visión,
lo iluminó la razón
y un vidente mentalista
que puso un dedo en la lista
sobre el ticker del cupón.
Con un timming de envidiar
comunicó su jugada,
sorprendió a la muchachada
que andaba dulce en los bonos
y el foro subió de tono
con un duelo de payadas.
Se recuerdan los debates
como leyendas paganas,
comenzaban de mañana
y aún seguían por la noche,
en saludable derroche
de argumentos y chicanas.
Y muchos gauchos vinieron
para copar la parada.
¡ Ahijuna que no dejaban
de propinarle mandobles!
Pero Apolo, gaucho noble,
paraba las andanadas.
¡ Si hasta Martín al principio
era un hereje confeso!
Se devanaba los sesos
para arbitrar a su gusto,
buscando el momento justo
con olfato de sabueso.
Pero ninguno lo emparda
al renegau Atrevido,
que luego fue convertido
en la Fé de los cupones
a fuerza de machucones
por los golpes recibidos.
Yo lo seguí con coraje
y enseguida pedí pista.
Me convenció El Mentalista
con su agradable videncia
de un futuro de opulencia
de cuponero y rentista.
Apolo, va mi homenaje,
humilde pero sentido,
es mucho lo que he aprendido
a lo largo de este viaje.
¡ Valió pagar el pasaje
y hoy te estoy agradecido!
Saludos, Roque Feler
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