El canje de la deuda ya suma 10.500 millones de dólares en títulos en default, poco más del 57% del total.
Esta información fue suministrada ayer por el Barclays a los funcionarios de la Secretaría de Finanzas a cargo de Hernán Lorenzino. El cierre de la transacción está previsto para el martes 22, por lo que el Gobierno tiene un cómodo margen para superar ese 60%.
De todas maneras, surgieron algunas amenazas inesperadas para la operación, puntualmente de los fondos buitre que operan en Estados Unidos.
Trascendió que uno de ellos, que sería Elliot, estuvo motorizando la aprobación de una ley en el estado de Nueva York que aplique un gravamen a las emisiones de deuda que surjan de reestructuraciones. Una ley con nombre y apellido: República Argentina. Con la sanción de la misma se apuntaba a bloquear indirectamente la transacción, dado que el impuesto hacía inviable financieramente el cierre de la misma.
Durante toda la semana pasada se desató una guerra de lobbies en el Parlamento del estado de Nueva York por este proyecto.
La iniciativa, según reconoció una fuente oficial, ya estaría detenida. Incluso se hablaba de que ya no tenía margen, por cuestiones relativas al calendario legislativo en este estado y las modificaciones a su presupuesto 2010. Lo que quedó claro para los funcionarios argentinos es que los legisladores son permeables en todas las latitudes.
Para los 12 días que restan para el cierre del canje de la deuda, el equipo económico tiene previsto lanzar una operación final de seducción a los pequeños bonistas, la mayoría de ellos concentrados en Italia y Alemania. Trascendió que está prevista una fuerte campaña en medios en esos dos países, puntualmente TV, radio y diarios.
Con esta jugada, y contando a favor con el ritmo que se está evidenciando diariamente de adhesiones (neto de errores de imputaciones en la confección de las 13 hojas que se deben entregar a los bancos), la expectativa oficial es llegar a 12.000 millones de dólares en bonos en default ingresando al canje. Ello representaría el 65%. Claro que por razones políticas -y hasta de cábala- Boudou seguramente se guarda esa baraja a jugar en el momento del anuncio oficial de adhesión: ese día apuntaría a sorprender con un número muy superior al mínimo vital y móvil del 60%.
http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=526927
Parece que los buitres gastan pólvora en chimangos.
