Re: TVPP TVPA TVPY Cupones Vinculados al PBI
Publicado: Lun Jun 24, 2013 6:21 pm
SEGUNDO SEMESTRE
El sector externo agregará más restricciones a la economía local
El menor crecimiento de Brasil, la nueva política monetaria de la Fed y la cosecha de la soja impactan en la economía argentina.
Por ANNABELLA QUIROGA AQUIROGA@CLARIN.COM
EEUU. Las medidas de la Fed impactan sobre los emergentes.
En el segundo semestre, el mundo le aportará a la Argentina más puntos en contra que a favor. El frente externo aparece dominado por tres elementos: la dinámica de la economía brasileña, los cambios en la política monetaria de la Reserva Federal norteamericana y la comercialización de la cosecha de la soja.
Bajo la batuta de Ben Bernanke, la Fed da señales cada vez más claras de que la época del dinero barato está llegando a su fin. A medida que se consolide la recuperación de los Estados Unidos, el organismo irá reduciendo los estímulos monetarios que derramó sobre el mercado en los últimos cuatro años. Según el IERAL, “la expectativa de una suba de tasas en Estados Unidos ha provocado un vuelo hacia la calidad, con salida de capitales de las economías emergentes y de los activos de riesgo en general. Esto generó un impacto negativo sobre los mercados bursátiles de los países y la depreciación de sus monedas”.
Brasil puede dar fe de esto. El Bovespa cayó 13% desde fines de mayo y 22,5% desde que arrancó el año. El dato pega sobre una economía que de por sí no muestra hasta ahora el vigor que venía prometiendo. El aumento interanual del PBI del primer trimestre fue sólo 1,9%, menor que el 2,3% esperado. “Brasil resultó algo peor de lo que estimábamos. Hoy el consenso del mercado es que va hacia un crecimiento anual de 2,5%, cuando esperábamos 4%”, dice Belén Olaiz, analista de abeceb.com. El escenario de menor crecimiento se complica con la inflación en alza, que ronda el 6,5% anual –un nivel bajo comparado con el recalentamiento que enfrentan los bolsillos argentinos, pero que en los hechos duplica los niveles de suba de precios previstos por el gobierno de Dilma Rousseff–. Esto llevó al Banco Central de ese país a aumentar la tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, lo que contribuye a retraer el crecimiento. En este contexto, el real se sigue depreciando y llegó a 2,22 reales por dólar, un valor inédito en los últimos 4 años.
“En los últimos años, la economía brasileña ha perdido competitividad debido al aumento de los salarios, a la apreciación del tipo de cambio y al escaso nivel de inversión en infraestructura básica”, indica Economía y Regiones. La consultora estima que el crecimiento del PBI en ese país debería acelerarse hasta 3% en 2013 y 4% en 2014. Pero indican que aun con una expansión magra, “Brasil empieza a impactar positivamente en la industria argentina en general y, especialmente, en la producción y exportación de vehículos”. Las ventas de autos argentinos a ese país subieron 15% en el primer cuatrimestre. Sin embargo, señala que “Brasil no alcanza para que nuestra economía vuelva a crecer fuertemente y se generen nuevos puestos de trabajo”.
Desde Econométrica, Ramiro Castiñeiras apunta que la Argentina pierde competitividad con relación a Brasil por dos efectos: la devaluación del real y la inflación local.
Al evaluar cómo impacta el escenario externo, desde el Banco Ciudad apuntan que “sólo los commodities resisten medianamente el embate, sostenidos por sus propios fundamentals , con la soja en torno a los US$560 la tonelada y el barril de petróleo en US$95”.
Si bien el precio de la oleaginosa ha conocido épocas mejores, los analistas sostienen que la expansión de China al 8% anual les pone un piso alto a los valores de la oleaginosa, aunque exista volatilidad. Pero Olaiz indica que hay que mirar de cerca cómo impacta la apreciación del dólar. “Si se empiezan a retirar los estímulos monetarios, esto impactará negativamente en los commodities. Pero eso se va a ver más claramente en 2014, a medida que se consolide la recuperación norteamericana”, señala.
Sin embargo, al medir el impacto de la soja sobre la economía argentina, hay que ver más allá del volumen de la cosecha y de las precios internacionales. A partir de la profundización del cepo cambiario empieza a jugar otro factor: la decisión de los productores de retener parte de los porotos a la espera de un tipo de cambio que los favorezca más.
La cosecha actual llega a 48 millones de toneladas, menor que los 55 millones esperados. Según los cálculos de abeceb.com, los productores podrían guardar hasta 8 millones de toneladas a la espera de mejores condiciones. “Si esto se llega a cumplir, estaríamos en niveles similares a los de la cosecha pasada, con 40 millones de toneladas y un menor derrame sobre la economía doméstica”, agrega Olaiz. Con estos elementos externos metiendo presión, la consultora corrigió la proyección de crecimiento de la Argentina para este año de 2,5 a 2,1%.
Para Analytica, los precios de los commodities ya no brillan como antes. Frente a lo que podría ser el comienzo de un cambio de tendencia, la consultora indica que el ciclo alcista fue parcialmente aprovechado por la Argentina. “Si bien en la última década el valor de las exportaciones se triplicó, la mayor parte de este incremento lo aportó la suba en los precios, mientras que las cantidades exportadas crecieron sólo 25%, a pesar de la gran contribución del complejo sojero”.
Según el Ciudad, “se encienden las primeras luces de alerta. Nuestra propia historia nos indica que un aumento en el costo del dinero, un dólar fuerte y cierta debilidad en los precios de los commodities, son siempre malas noticias para una pequeña economía abierta como la argentina”.
El sector externo agregará más restricciones a la economía local
El menor crecimiento de Brasil, la nueva política monetaria de la Fed y la cosecha de la soja impactan en la economía argentina.
Por ANNABELLA QUIROGA AQUIROGA@CLARIN.COM
EEUU. Las medidas de la Fed impactan sobre los emergentes.
En el segundo semestre, el mundo le aportará a la Argentina más puntos en contra que a favor. El frente externo aparece dominado por tres elementos: la dinámica de la economía brasileña, los cambios en la política monetaria de la Reserva Federal norteamericana y la comercialización de la cosecha de la soja.
Bajo la batuta de Ben Bernanke, la Fed da señales cada vez más claras de que la época del dinero barato está llegando a su fin. A medida que se consolide la recuperación de los Estados Unidos, el organismo irá reduciendo los estímulos monetarios que derramó sobre el mercado en los últimos cuatro años. Según el IERAL, “la expectativa de una suba de tasas en Estados Unidos ha provocado un vuelo hacia la calidad, con salida de capitales de las economías emergentes y de los activos de riesgo en general. Esto generó un impacto negativo sobre los mercados bursátiles de los países y la depreciación de sus monedas”.
Brasil puede dar fe de esto. El Bovespa cayó 13% desde fines de mayo y 22,5% desde que arrancó el año. El dato pega sobre una economía que de por sí no muestra hasta ahora el vigor que venía prometiendo. El aumento interanual del PBI del primer trimestre fue sólo 1,9%, menor que el 2,3% esperado. “Brasil resultó algo peor de lo que estimábamos. Hoy el consenso del mercado es que va hacia un crecimiento anual de 2,5%, cuando esperábamos 4%”, dice Belén Olaiz, analista de abeceb.com. El escenario de menor crecimiento se complica con la inflación en alza, que ronda el 6,5% anual –un nivel bajo comparado con el recalentamiento que enfrentan los bolsillos argentinos, pero que en los hechos duplica los niveles de suba de precios previstos por el gobierno de Dilma Rousseff–. Esto llevó al Banco Central de ese país a aumentar la tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, lo que contribuye a retraer el crecimiento. En este contexto, el real se sigue depreciando y llegó a 2,22 reales por dólar, un valor inédito en los últimos 4 años.
“En los últimos años, la economía brasileña ha perdido competitividad debido al aumento de los salarios, a la apreciación del tipo de cambio y al escaso nivel de inversión en infraestructura básica”, indica Economía y Regiones. La consultora estima que el crecimiento del PBI en ese país debería acelerarse hasta 3% en 2013 y 4% en 2014. Pero indican que aun con una expansión magra, “Brasil empieza a impactar positivamente en la industria argentina en general y, especialmente, en la producción y exportación de vehículos”. Las ventas de autos argentinos a ese país subieron 15% en el primer cuatrimestre. Sin embargo, señala que “Brasil no alcanza para que nuestra economía vuelva a crecer fuertemente y se generen nuevos puestos de trabajo”.
Desde Econométrica, Ramiro Castiñeiras apunta que la Argentina pierde competitividad con relación a Brasil por dos efectos: la devaluación del real y la inflación local.
Al evaluar cómo impacta el escenario externo, desde el Banco Ciudad apuntan que “sólo los commodities resisten medianamente el embate, sostenidos por sus propios fundamentals , con la soja en torno a los US$560 la tonelada y el barril de petróleo en US$95”.
Si bien el precio de la oleaginosa ha conocido épocas mejores, los analistas sostienen que la expansión de China al 8% anual les pone un piso alto a los valores de la oleaginosa, aunque exista volatilidad. Pero Olaiz indica que hay que mirar de cerca cómo impacta la apreciación del dólar. “Si se empiezan a retirar los estímulos monetarios, esto impactará negativamente en los commodities. Pero eso se va a ver más claramente en 2014, a medida que se consolide la recuperación norteamericana”, señala.
Sin embargo, al medir el impacto de la soja sobre la economía argentina, hay que ver más allá del volumen de la cosecha y de las precios internacionales. A partir de la profundización del cepo cambiario empieza a jugar otro factor: la decisión de los productores de retener parte de los porotos a la espera de un tipo de cambio que los favorezca más.
La cosecha actual llega a 48 millones de toneladas, menor que los 55 millones esperados. Según los cálculos de abeceb.com, los productores podrían guardar hasta 8 millones de toneladas a la espera de mejores condiciones. “Si esto se llega a cumplir, estaríamos en niveles similares a los de la cosecha pasada, con 40 millones de toneladas y un menor derrame sobre la economía doméstica”, agrega Olaiz. Con estos elementos externos metiendo presión, la consultora corrigió la proyección de crecimiento de la Argentina para este año de 2,5 a 2,1%.
Para Analytica, los precios de los commodities ya no brillan como antes. Frente a lo que podría ser el comienzo de un cambio de tendencia, la consultora indica que el ciclo alcista fue parcialmente aprovechado por la Argentina. “Si bien en la última década el valor de las exportaciones se triplicó, la mayor parte de este incremento lo aportó la suba en los precios, mientras que las cantidades exportadas crecieron sólo 25%, a pesar de la gran contribución del complejo sojero”.
Según el Ciudad, “se encienden las primeras luces de alerta. Nuestra propia historia nos indica que un aumento en el costo del dinero, un dólar fuerte y cierta debilidad en los precios de los commodities, son siempre malas noticias para una pequeña economía abierta como la argentina”.