Mensajepor adxrsi » Lun Ago 22, 2016 10:28 am
"Mis adversarios, al no poder demoler al peronismo y a su política social, iniciaron una verdadera campaña de escándalo, que, contra su voluntad y más que nada por su poca inteligencia, terminó por irritar a todos, incluso a aquellos que, al principio, y más que nada por afán de curiosidad, habían llegado a interesar."
"En diez teatros de Buenos Aires pusieron en escena revistas en las que se me sometía a burlas, y con recursos de baja ley, se hacía la historia de la revolución de septiembre (por el golpe de Estado de 1955). La libertad argentina terminó en los escenarios de varieté, los espectáculos no hicieron presa en la gente de buen sentido. Incluso disgustaron al público, que no podía entender que se satirizara en esa forma, dado que nada de cuanto acababa de suceder en el país podía prestarse a interpretaciones cómicas."
"Estamos delante de una tragedia que el pueblo vive día por día, y se pretende que el pueblo ría. La vida se torna imposible, las cárceles están llenas de gente, acusadas solamente de haber defendido un ideal, los obreros han vuelto a quedar sumergidos, con lo poco que ganan no están en condiciones de afrontar las necesidades del día y a quienes sufren, como diversión, se les ofrece un espectáculo trivial y penoso."
"En lo que respecta a mi persona, esta campaña de desprestigio tuvo el efecto del agua que corre a lo largo de una barca: pasa y no deja trazos y, como es sabido en materia de calumnias, todo aquello que no es creído termina por favorecer al atacado. El almirante (Isaac) Rojas y sus compinches, que en materia de espíritu de venganza son de una tenacidad insospechada, no contentos con los infundios publicados en las revistas y diarios que controlan severamente con el título de interventores comisarios del gobierno casi todos los oficiales de la Marina, pensaron en un momento dado en presentar al pueblo a un Perón ladrón, acaparador de joyas y de objetos preciosos."
"Entraron como patrones en la residencia en que yo había habitado hasta el día en que dejé el gobierno, se dieron a hurgar los cofres y, con alegría de triunfadores, anunciaron haber encontrado montañas de dinero. Y dieron como cifra cuarenta millones de dólares en moneda contante, toneladas de perlas y kilos de diamantes. Si hubiese sido un ladrón, como pretendían hacer creer, no hubiera dejado en su lugar las joyas de mi mujer, cuidadosamente inventariadas cuando murió y regaladas a los obreros a título de garantía para préstamos que los Bancos concedían para construir viviendas."
"En vez de algunas camisas en la pequeña valija que llevé conmigo hasta la embajada del Paraguay y luego en la cañonera, hubiera podido poner unas pulseras de brillantes y algún collar, así, en el exilio, no hubiera tenido problema alguno."
"Del poder al exilio. Cómo y quiénes me derrocaron", Juan Perón.
Como para que se acuerden como terminó aquello después..