Shibuya escribió:Pensé que me iba a enterar por qué está mal que el Estado sea empleador cuando falta empleo privado, pero nada.
Como siempre, cero argumentacion, aires de superados, mensajes vacíos. No entienden un sorongo. Por eso no pudieron ser felices en los mejores doce años de la Argentina.
Voy a tratar de ponerlo un poco a tu nivel, a ver si te enterás de algunas cuestiones.
El Estado no es empleador
per se, su función no es contratar empleados (como tampoco es la de los privados). El Estado tiene una serie de responsabilidades indelegables y debe cumplir ciertas funciones para las cuales necesita funcionarios, empleados. Las empresas/emprendedores privados tampoco están para dar empleo, sino para ganar dinero. Ocurre que para ganar dinero, necesitan contratar gente, gente que trabaje y no ñoquis. Eso les permite crecer, y contratar más gente. Y si el mercado es el Mundo, la cosa se pone mucho más interesante.
Claro, ningún privado quiere tener gente al pe**, porque el dueño, los accionistas o quien carajo fuere, no quiere regalar gentilmente su guita.
Ustedes, básicamente una secta parasitaria, inútil y voraz lo que buscan es apropiarse de la renta, de los emprendedores, empresarios -grandes o más modestos- para generar recursos que hagan posible que "la gente" sienta que les debe su trabajo, que depende de ustedes. Es decir, un cliente. Por esotanto interés en el "estado empleador".
Hay una relación muy estrecha entre la falta de trabajo genuino -la del privado, la del que genera riqueza- y el cáncer militante que hace del Estado un botín de guerra tendiente a esquilmar al que produce, porque lo parasita. Por eso la inversión desaparece, porque ustedes apestan a muchas leguas y ya los junan ... y entonces nadie pone la tarasca y no hay generación de empleo. Claro, el privado paga los sueldos de su bolsillo; las alimañas como ustedes, con nuestros impuestos, con inflación o con Deuda (en sus distintas variantes; ustedes fueron especialistas en descapitalización, por ejemplo: gas, petroleo, vacas, infraestructura, rutas, etc.).
Todo esto es un esquema extremadamente simplista, pero en esencia, es así. Como para que no te compliques mucho, digo.
Bueno, la historia sigue y es larga y ahora me tengo que ir; tal vez, con el tiempo, el melón te vaya madurando.
Besis, kumpa.