Mensajepor quique43 » Jue Mar 23, 2017 7:53 pm
Silvia Melgarejo fue maestra de 5º y 7º grado en la Escuela Nº 61 y en la Nº 91 del Barrio San Benito de esta ciudad. Su entorno la señala como alguien muy comprometida con la realidad social y de hecho siempre eligió establecimiento en los barrios más vulnerables. “Era muy proactiva, atenta con las familias y estaba muy cerca de los niños que la amaban”, describió una de sus compañeras. Su solidaridad no solo la demostró con sus compañeros de ADOSAC, sino que también lo hizo con los trabajadores no docentes de ATE, cuando éstos tomaron la escuela del San Benito donde ella se desempeñaba frente al grado y allí permaneció con ellos.
Cuando los docentes llegaron frente a la Legislatura el año pasado, Melgarejo fue una de las manifestantes afectada por el polvo contraincendio que tiraron desde el interior del edificio los encargados de la seguridad, acción ordenada por Pablo González, el Vicegobernador y Presidente de la Cámara de Diputados, quien no quería permitir el ingreso de los docentes a la sesión. Fue ella, también, quien (por decisión propia) se encadenó frente al Consejo Provincial de Educación, en medio de las protestas del año 2016 y concurrió a todas y cada una de las marchas que se hicieron, habiéndose destacado durante la larga lucha que el sector mantuvo en Santa Cruz en el año 2007.
“Era una persona muy presente en todo, una verdadera maestra y una notable compañera”, fue la definición que dieron sus colegas docentes.
Adiós a la Maestra
La noticia se conoció esta mañana, pero el hecho, que aún está bajo investigación, ocurrió anoche en el domicilio de la docente Guadagnini al 300 de Río Gallegos, cuando uno de sus hijos se encontró con el triste y desesperante cuadro de su madre muerta.
Inmediatamente se produjo la reacción en cadena por las redes sociales, que distribuyen las noticias recortadas, exiguas imprecisas e inexactas, como anuncios fatales, sin más explicación ni contexto con lo cual deja a quien la recibe, en medio de la incertidumbre, la ansiedad por saber más y la desesperación por la información que no posee. Inmediatamente comenzaron a sonar los teléfonos y los grupos de Wasap se llenaron de mensajes con signos de preguntas. No había respuestas ciertas. Todas especulaciones. El silencio se apoderó del caso. Solo por algún intersticio de su entorno, dejaron trascender que Silvia Melgarejo se suicidó, ahorcándose. Cuando quisimos ahondar en este punto, recibimos la misma respuesta: “no sabemos nada, sabemos que falleció, pero no sabemos cómo y por respeto a la familia no queremos aparecer dando precisiones”. Silvia hacía un tiempo que no trabajaba, estaba de carpeta psiquiátrica y a pesar de ser una concurrente con asistencia perfecta a todas las asambleas docentes, en la última del martes anterior, no estuvo presente.