maxkalzone escribió:Sigo con el offtopic (favor de ignorar si no interesa el hilo de conversación):
No quiero generalizar a partir de una situación particular, ni me creo ejemplo de nada, pero les cuento mi caso personal. Terminé el secundario en el 87 y arranqué el UBA XXI en el 88. Fue una época turbulenta, donde a Alfonsín le hicieron trizas la gobernabilidad a fuerza de paros, desinformación (no existían las redes sociales) y boicots legislativos. Cuestión que yo quería estudiar ingeniería, venía con una pésima base del secundario y me tocó cursar el UBA XXI durante una huelga docente que duró como tres meses.
Sin clases en la universidad pública, decidí probar con una privada. Era carísima. Unos 400 y pico de dólares de aquel entonces. Impagable, para mí y para mi familia (mi viejo se había fundido con el Plan Austral y se tuvo que poner de chofer de taxi). Me puse a laburar de barman en una disco los fines de semana. Con ese ingreso, unos 150 dólares, y algo más que me arrimaba mi viejo, pedí un "préstamo de honor" en la universidad. Me prestaron entre 50% y 75% del arancel (valuado en "créditos académicos", una especie de UVA de la educación que refleja el costo de la hora-cátedra) durante varios años.
El compromiso de honor era comenzar a devolver el subsidio al recibirme y conseguir trabajo. Y así lo hice. Tardé unos 8 años en pagarlo, en cómodas cuotas que se debitaron de mi tarjeta de crédito todos los meses. No se como hubiese sido si hubiese persistido con la UBA, pero bueno, lo único que puedo decir es que fue una experiencia muy positiva que la universidad confiara en mi y me financiara. Hizo que todo el esfuerzo valga la pena.
Mirá, y fué acá en Argentina, sin ir tan lejos como Australia donde esto es moneda corriente, casi todos son profesionales, casi no existe delincuencia y pobreza.
A la buena estructura tanto de quien otorga y quien recibe esa ayuda, hay que sumarle tu actitud de querer/poder.
Poder se puede, pienso que hay que empezar a dejar de quejarse y pedir, hay que hacer. Quizá no veamos los resultados inmediatamente y de una vez por todas dejar el egoísmo de lado y dejar de pensar primero en nosotros y empezar a pensar en nuestros hijos y los que vengan, en el largo plazo. El esfuerzo hay que hacerlo si o si.
La producción de electricidad tiene su costo y beneficio y se cobra. Antes que bajar esa tarifa deberíamos reclamar por la baja de muchos otros impuestos como Las ganancias que figuran en los trabajadores.
Y si consideramos que luz, gas y agua son una necesidad, me recuerdo que vivienda también es una necesidad básica, y no vale una factura por mes, vale el esfuerzo de toda una vida, y nadie la subsidia.