Mensajepor puma.ar » Lun Jul 18, 2011 11:37 am
Asi comenta una especialista, la actitud de provocar desagrado en los otros. Lo cual hace, que transcribir, no sea un OT, pues la acttitud desagradable se repite a cada momento por aquí.
Sin embargo, se me ocurre otro mal
que me preocupa aún más que esta
enfermedad. Es la afección del desagrado.
La mayoría de los criminales
seguramente padezcan un deseo
enfermizo y anómalo de contrariar
a sus víctimas. Tanto es así,
que me pregunto por qué los abogados
y los doctores no han recurrido
a esto para reducir, también, sus
condenas.
Este mal no sólo afecta a los que
han cometido un delito grave. También
es común entre los periodistas
y los escritores que parecen adictos
a hacer enojar a otros. V.S. Naipaul,
que ha dicho recientemente que
ninguna escritora podía igualarse a
él, seguramente sea un caso clásico.
La afección está aún más extendida
entre los adolescentes, que en la casi
totalidad de los casos son peligrosamente
adictos a contrariar a sus
padres. El resultado es trágico, y se
mide en portazos, borracheras y
embarazos de menores.
Digamos que es mantener una afección de la adolesencia... reflejo de inmadurez que se patentiza al asumir un personaje troll. Jorobar, para reafirmarse en su pasado de juveniles arrebatos.