Re: Actualidad y política
Publicado: Mar Oct 02, 2018 6:56 pm
Hoja 3. El tuerto y la tuerta se divertìan con todos nosotros, y sobre todo, con los nabos de ellos, tocaban el bombo, y los Kerner los pelaban.
recaudado en billetes físicos en Buenos Aires’”, agregó Uberti en su ampliación de indagatoria.
A fines de julio del 2006, Chávez arribó al aeroparque metropolitano y Uberti le transmitió cara a cara el pedido de Kirchner. Con naturalidad, el presidente venezolano, entre una multitud de funcionarios, llamó a Merentes y le dijo que se reuniera con Uberti para arreglar “el asunto”. Se encontraron en el Sheraton y le solicitó enviar los “billetes a Buenos Aires”. Sorprendido, Merentes contestó que le parecía “imposible” y que él no sabía cómo instrumentar una operación de este tipo.
Al transmitirle a Kirchner esa respuesta, recibió como contestación un insulto: “Pedazo de pelo****, yo me encargo”.
Días después, Kirchner le ordenó que volviera a Caracas, donde se reunió con el ministro de Energía y titular de PDVSA, Ramírez Carreño, quien le dijo que tenía instrucciones de instrumentar el “envío de 25 millones de dólares al sur”, a través de la petrolera estatal. Ramírez Carreño precisó que la gestión la iba a realizar Diego Uzcategui -presidente de la sucursal argentina de PDVSA- y que por teléfono iban a hablar de la coima como “la refinería”. Días después el titular de PDVSA lo llamó para avisarle que iba un avión de su empresa con “11 técnicos de la refinería”, en alusión a la coima.
Junto con el secretario privado de De Vido, José María Olazagasti, fue al sector militar del aeroparque metropolitano a recibir a los funcionarios venezolanos que venían en el avión. Olazagasti “se encargó de los trámites y el control”. En el hall, Uzcategui “separa tres o cuatro valijas” del resto y le dijo a Uberti: “Estas son tuyas, confirmando que tenían 25 millones de dólares”. Desde el aeroparque se trasladó hasta el departamento de los Kirchner de Juncal y Uruguay donde le entregó las valijas con el dinero al secretario privado, Daniel Muñoz.
En abril de 2007 durante una reunión cumbre de presidentes sudamericanos realizada en la Isla Margarita, Kirchner lo llamó a su habitación y le ordenó que les exigiera a los venezolanos que “carguen en el avión presidencial el resto del dinero por la operación”.
Le trasladó el pedido a Ramírez Carreño y éste le contestó que “era imposible, puesto que había en la isla más de 15 presidentes con sus delegaciones y su correspondiente personal de seguridad”.
Ante esta situación, Kirchner le ordenó que transmita a los venezolanos un mensaje sin vueltas: “Si no me cargan la guita en el avión, mañana no voy a la ceremonia de cierre de la cumbre”. Sin embargo, Ramírez Carrero insistió en que era “imposible”.
En el vuelo de regreso a Buenos Aires, Muñoz le advirtió que no se durmiera que Kirchner iba a llamarlo en cualquier momento. Viajaban en un Jumbo alquilado a Aerolíneas Argentinas. A mitad del viaje, el presidente lo convocó y le lanzó todo tipo de insultos por su “inoperancia”.
“Pedazo de pelo****, inútil, nos volvemos con las manos vacías. Al final sos más empleado de los venezolanos que mío. Los venezolanos te agarraron de forro”, le lanzó. Y lo mandó a la parte de abajo del avión, como escarmiento. Al llegar a Buenos Aires, renunció a su cargo en medio del escándalo por la valija de Antonini
recaudado en billetes físicos en Buenos Aires’”, agregó Uberti en su ampliación de indagatoria.
A fines de julio del 2006, Chávez arribó al aeroparque metropolitano y Uberti le transmitió cara a cara el pedido de Kirchner. Con naturalidad, el presidente venezolano, entre una multitud de funcionarios, llamó a Merentes y le dijo que se reuniera con Uberti para arreglar “el asunto”. Se encontraron en el Sheraton y le solicitó enviar los “billetes a Buenos Aires”. Sorprendido, Merentes contestó que le parecía “imposible” y que él no sabía cómo instrumentar una operación de este tipo.
Al transmitirle a Kirchner esa respuesta, recibió como contestación un insulto: “Pedazo de pelo****, yo me encargo”.
Días después, Kirchner le ordenó que volviera a Caracas, donde se reunió con el ministro de Energía y titular de PDVSA, Ramírez Carreño, quien le dijo que tenía instrucciones de instrumentar el “envío de 25 millones de dólares al sur”, a través de la petrolera estatal. Ramírez Carreño precisó que la gestión la iba a realizar Diego Uzcategui -presidente de la sucursal argentina de PDVSA- y que por teléfono iban a hablar de la coima como “la refinería”. Días después el titular de PDVSA lo llamó para avisarle que iba un avión de su empresa con “11 técnicos de la refinería”, en alusión a la coima.
Junto con el secretario privado de De Vido, José María Olazagasti, fue al sector militar del aeroparque metropolitano a recibir a los funcionarios venezolanos que venían en el avión. Olazagasti “se encargó de los trámites y el control”. En el hall, Uzcategui “separa tres o cuatro valijas” del resto y le dijo a Uberti: “Estas son tuyas, confirmando que tenían 25 millones de dólares”. Desde el aeroparque se trasladó hasta el departamento de los Kirchner de Juncal y Uruguay donde le entregó las valijas con el dinero al secretario privado, Daniel Muñoz.
En abril de 2007 durante una reunión cumbre de presidentes sudamericanos realizada en la Isla Margarita, Kirchner lo llamó a su habitación y le ordenó que les exigiera a los venezolanos que “carguen en el avión presidencial el resto del dinero por la operación”.
Le trasladó el pedido a Ramírez Carreño y éste le contestó que “era imposible, puesto que había en la isla más de 15 presidentes con sus delegaciones y su correspondiente personal de seguridad”.
Ante esta situación, Kirchner le ordenó que transmita a los venezolanos un mensaje sin vueltas: “Si no me cargan la guita en el avión, mañana no voy a la ceremonia de cierre de la cumbre”. Sin embargo, Ramírez Carrero insistió en que era “imposible”.
En el vuelo de regreso a Buenos Aires, Muñoz le advirtió que no se durmiera que Kirchner iba a llamarlo en cualquier momento. Viajaban en un Jumbo alquilado a Aerolíneas Argentinas. A mitad del viaje, el presidente lo convocó y le lanzó todo tipo de insultos por su “inoperancia”.
“Pedazo de pelo****, inútil, nos volvemos con las manos vacías. Al final sos más empleado de los venezolanos que mío. Los venezolanos te agarraron de forro”, le lanzó. Y lo mandó a la parte de abajo del avión, como escarmiento. Al llegar a Buenos Aires, renunció a su cargo en medio del escándalo por la valija de Antonini