Actualidad y política
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Re: Actualidad y política
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Re: Actualidad y política
mr_osiris escribió:que suerte para el gran espert, que este drapie "no acompaña" ..
porque con las ansias de poder que tiene, se le podia convertir en una especie de "lilita carrio" en unos años ....![]()
https://www.infobae.com/circulo-rojo/20 ... -a-espert/
SI NIELSEN NO ACOMPAÑA A ESPERT, aumentan las posibilidades del PERGAMINENSE.



Re: Actualidad y política
Sí timbero, es muy bueno lo que posteó inge.
Disculpen, pero este foro se presta más para la joda, que para otra cosa.
Es la lucha eterna. La gran pregunta es cómo siguen llegando al poder por medio de los votos? Por supuesto que hay respuestas, pero no deja de sorprender.
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Disculpen, pero este foro se presta más para la joda, que para otra cosa.
Es la lucha eterna. La gran pregunta es cómo siguen llegando al poder por medio de los votos? Por supuesto que hay respuestas, pero no deja de sorprender.
timbero escribió:[Que lastima que un post de este nivel quede perdidos contando votos en blanco quote="inge"]Lo que hicieron los abuelos de quienes nos gobiernan:
El pogrom como deporte de las clases pudientes
Por Juan Forn
Miren esos cuatro ataúdes abandonados sin enterrar en las puertas del cementerio de la Chacarita. Miren los balazos que llueven desde lo alto de las paredes del cementerio y la desbandada de la multitud que venía marchando desde la Boca a enterrar a esos cuatro obreros muertos por la policía y los rompehuelgas dos días antes. Miren la iglesia quemada por algunos de los que huyen, miren a otros asaltar una armería para tener con qué defenderse en el accidentado retorno a sus casas, miren la orden que dan a los niños: “Rompan a pedradas todos los faroles de la calle, que van a venir por nosotros”. Enero de 1919 en Buenos Aires, acaba de empezar la Semana Trágica. Conserven en su memoria ese “van a venir por nosotros” y sigamos.
La Semana Trágica fue una toma pacífica de los talleres Vasena que desembocó en cuatro muertos, una huelga general convocada para llorar a esos muertos, que al poder le pareció que era la mecha de la revolución social y actuó en consecuencia: a sangre y fuego. Aquello que supuestamente más temían de aquella supuesta revolución. ¿Quién pensaba que se venía la maroma? Procedamos por descarte. Es el día siguiente al que policía y rompehuelgas entraron a bala en los talleres Vasena: en el Congreso, hasta el diputado Pinedo reconoce que algo hay que ceder a los reclamos obreros (por supuesto, su argumento es: que algo cambie para que nada cambie). En Casa de Gobierno, Yrigoyen convoca a los dueños de los talleres tomados (los Vasena, que van acompañados del embajador inglés) y logra que acepten a regañadientes las “desmedidas” exigencias de sus empleados (reducción de la jornada laboral de once a ocho horas y un franco semanal). En las calles hay veinte mil efectivos del ejército, además de las fuerzas de policía y bomberos. Tantos soldaditos ha traído el gobierno a la ciudad, que los notables de vacaciones en sus mansiones de Mar del Plata se aterran cuando la guarnición naval del puerto es convocada a Buenos Aires: “¿Y a nosotros quién va a defendernos si la revolución llega hasta acá?”.
Pero es más importante lo que sucede a continuación, el rumor que corre como pólvora por los barrios residenciales de Buenos Aires: no se puede confiar en el ejército, no se puede confiar en la policía, sus efectivos pertenecen a la misma clase social que aquellos a quienes deben atacar.
Ups, dije atacar. Supuestamente había que defender nomás. Pero no se puede confiar la defensa en alguien que está más cerca del otro que de uno. A esta altura ya es 11 de enero, y el ministro del interior (comisario general, para la época) Luis Dellepiane, hombre de confianza de Yrigoyen, asegura que la ciudad está pacificada. El Congreso también, a su lábil manera. La Federación Obrera ha aceptado levantar la huelga. Pero en el Centro Naval, en una reunión convocada de urgencia, presidida por el contraalmirante Domecq García, a la que asisten representantes del obispado, del Jockey Club, del Círculo de Armas, el Club del Progreso, las Damas Patricias, el Yacht Club y el Círculo Militar, se decide conformar la autodenominada Guardia Cívica, que entrega armas a voluntarios “confiables”, señoritos bien que habrán de garantizar que los sectores acomodados de la ciudad estén defendidos día y noche de los vándalos. Repito: la ciudad estaba pacificada, pero en el Centro Naval daban armas a civiles para defender a los suyos. Uno de ellos grita: “¡Y si los agitadores no vienen por nosotros, vayamos por ellos!”. “¡Sí!”, contestan otros. Y lo que empezó como una supuesta defensa muta en ataque.
También la búsqueda de agitadores muta lombrosianamente en cuestión de minutos. Primero se trata de salir a buscar a cualquier inmigrante: catalán, italiano, eslavo, son todos bolcheviques. Pero enseguida se simplifica la cuestión: se sale a cazar judíos, lisa y llanamente. El pogrom como deporte de las clases pudientes. Coto de caza: de Once a Villa Crespo, zona liberada. En los cuatro días siguientes habrá más de setecientos muertos en las calles (algunos dicen mil trescientos). El nacionalista Juan Carulla, insospechable del menor filosemitismo, escribe en sus memorias: “Oí decir que los liguistas estaban incendiando el barrio judío y dirigí mis pasos hacia esas calles. Al llegar por Viamonte, vi en medio de la calle piras ardientes de libros y sillas y mesas. El ruido de muebles y cajones arrojados a la calle se mezclaba con los aullidos de viejos barbudos y mujeres desgreñadas, arrastrados de los pelos por mozalbetes”. El irrepetible Soiza Reilly, maestro de la crónica callejera, agrega: “Se los obligaba a golpes a cantar el Himno Nacional, y a quienes no lo sabían se les orinaba en la boca”. Poco después escribirá que nunca se practicaron tantos abortos en el Once y Villa Crespo como en los tres meses siguientes a la Semana Trágica, por las innumerables víctimas que hubo de violación. El embajador de Francia, en un despacho privado a su gobierno, comenta que un civil se ha ufanado delante de él de haber matado en un solo día cuarenta judíos. El embajador norteamericano contacta al comisario Romariz para chequear si es cierta la cifra de 1300 muertes; el comisario contesta que es una exageración pero que igual es imposible de precisar, porque los muertos eran incinerados a medida que llegaban a los lugares de concentración, sin controlar su número.
Nadie sabe hasta el día de hoy cuántas víctimas hubo realmente en la Semana Trágica. El 15 de enero el Poder Ejecutivo dio orden de empezar a liberar los innumerables detenidos que abarrotaban las comisarías: a más de la mitad se les aplicó la Ley de Residencia y fueron expulsados del país. Ese mismo día tienen lugar dos reuniones en Buenos Aires. En una de ellas, a instancias del Episcopado y bajo el lema “Por la paz social”, se convoca a una gran colecta nacional para “un plan de obras, ateneos, servicios sociales e institutos de enseñanza para la clase obrera” (léase para que la clase obrera aprenda a entender su lugar en la sociedad: por ejemplo, se crea la Casa de la Empleada, que proporcionará mucamas durante años a las clases altas). La otra reunión es en el Centro Naval, con las mismas fuerzas vivas que se habían reunido cuatro días antes, quienes evalúan tan positivamente “el heroico comportamiento” de las guardias cívicas de Domecq García, que deciden constituir formalmente la Liga Patriótica como institución y le ofrecen la presidencia.
Domecq García declina el honor; él es marino. Será, en cambio, almirante, y después ministro de guerra de MT De Alvear, y después apoyará a Justo en el golpe que interrumpió la segunda presidencia de Yrigoyen, y cuando Uriburu triunfe en la interna de ese golpe y se quede con la presidencia de la Nación, el almirante se retirará de la vida pública, mascará bilis con Perón hasta quedar afásico y morirá en enero de 1951, sin tener “la satisfacción” de ver muerta a Evita. El almirante Domecq García era mi bisabuelo. He contado la historia en mi libro María Domecq. En mi familia se recitan las proezas, los servicios a la Patria del almirante, sus novelescas aventuras (¡huérfano en la Guerra del Paraguay! ¡ahijado de Roca! ¡condecorado por el Emperador después de la Guerra Ruso-Japonesa! ¡a él le debe la Marina sus primeros submarinos! ¡dejó un hijo en Japón! ¡Puccini se basó en él para el Pinkerton de Madame Butterfly!), pero de la Semana Trágica no se habla. Yo me desayuné de la historia vergonzosamente tarde, cuando con treintilargos entré a trabajar en este diario donde Osvaldo Bayer, cada 7 de enero, escribía sobre la matanza. Así supe cómo era recordado el almirante en la versión de la historia argentina a la que yo le creo más.
Sé que no soy el único argentino en ignorar esos pliegues de su historia familiar que pertenecen a la historia nacional. Quizás allí radique una de las taras de nuestro país: que escondamos las vergüenzas nacionales tal como se silencia una vergüenza familiar. Quizás en todos los países hacen lo mismo, y seguirá siendo así hasta que la hagiografía sea destronada del canon escolar y deje lugar a una historia veraz de las infamias nacionales. Sospecho que hay más chances de amar al propio país si nos enseñan desde chicos las vilezas a las que fue sometido. Se aprende de las desgracias, es casi la única manera de aprender, pero a cien años de la Semana Trágica no se sabe todavía cuántos murieron ni importa quién los mató.
[/quote]
Re: Actualidad y política
que suerte para el gran espert, que este drapie "no acompaña" ..
porque con las ansias de poder que tiene, se le podia convertir en una especie de "lilita carrio" en unos años ....
https://www.infobae.com/circulo-rojo/20 ... -a-espert/
porque con las ansias de poder que tiene, se le podia convertir en una especie de "lilita carrio" en unos años ....

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Re: Actualidad y política
"Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes"
Albert Einstein
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Re: Actualidad y política
Shibuya escribió:No necesito leer los diarios y notas pedorras que lee danyfacho, de periodistas que no deben saber ni dividir.
Solo voy a expresar dos verdades absolutas. No porque las diga yo, sino porque es matemática.
1- Es imposible saber a quién beneficia el voto en blanco, sin saber qué partido pierde esos votos y en qué cantidad.
2- Si se quisiera hacer una suposición o simulación más o menos seria, y no una burrada como danyfacho (antes Globerto), el voto en blanco no influye en absoluto, y todas las fuerzas conservarían el mismo porcentaje.
Te das cuenta que sos un pelo.tudo no?..el voto en blanco es un descreimiento a toda la clase dirigente, no reconoce ninguna opción estúpido, ni eso podes entender?
Vamos de vuelta oligo, a ver si esta vez te la hago más fácil que la anterior, exagero más el ejemplo y la entendes tarado
Opción 1 sin votos en blanco, universo de 100 votantes
50 partido A = 50 %
30 partido B = 30 %
20 partido C = 20 %
Ahora aparece la opción de "voto en blanco" por que no cierra con la expectativa del votante en ninguno de los 3 partidos, A-B y C supongamos que de cada partido hay una migración de 5 votos al voto en blanco
45 partido A = 45 %
25 partido B = 25 %
15 partido C = 15 %
15 votos en blanco = 15 %
la migración la hago sobre valores absolutos, por que se supone que la militancia dura es la que no se mueve, y solo una pequeña cantidad de esos votos van al voto en blanco.
Ahora como el voto valido es el emitido afirmativamente, el universo de votos positivos que define se redujo a 85 y los votos sacados por cada partido se contabilizan sobre un total de 85, ya que los 15 en blanco no se contabilizan para determinar los porcentajes obtenidos por cada partido..quedaría así, fácil para que lo entiendas, estúpido
45 votos del partido A corresponden al 53 % sobre un total de votos afirmativos que son 85
Como verás, estúpido tenes que hacer así sucesivamente con los otros votos, y el ejemplo es exagerado y en términos absolutos de migración de votos ya que los votos duros de la militancia y fanáticos no se mueven
Bueno me canse, si no lo entendes con esto ya no puedo hacer más nada con vos
Re: Actualidad y política
[Que lastima que un post de este nivel quede perdidos contando votos en blanco quote="inge"]Lo que hicieron los abuelos de quienes nos gobiernan:
El pogrom como deporte de las clases pudientes
Por Juan Forn
Miren esos cuatro ataúdes abandonados sin enterrar en las puertas del cementerio de la Chacarita. Miren los balazos que llueven desde lo alto de las paredes del cementerio y la desbandada de la multitud que venía marchando desde la Boca a enterrar a esos cuatro obreros muertos por la policía y los rompehuelgas dos días antes. Miren la iglesia quemada por algunos de los que huyen, miren a otros asaltar una armería para tener con qué defenderse en el accidentado retorno a sus casas, miren la orden que dan a los niños: “Rompan a pedradas todos los faroles de la calle, que van a venir por nosotros”. Enero de 1919 en Buenos Aires, acaba de empezar la Semana Trágica. Conserven en su memoria ese “van a venir por nosotros” y sigamos.
La Semana Trágica fue una toma pacífica de los talleres Vasena que desembocó en cuatro muertos, una huelga general convocada para llorar a esos muertos, que al poder le pareció que era la mecha de la revolución social y actuó en consecuencia: a sangre y fuego. Aquello que supuestamente más temían de aquella supuesta revolución. ¿Quién pensaba que se venía la maroma? Procedamos por descarte. Es el día siguiente al que policía y rompehuelgas entraron a bala en los talleres Vasena: en el Congreso, hasta el diputado Pinedo reconoce que algo hay que ceder a los reclamos obreros (por supuesto, su argumento es: que algo cambie para que nada cambie). En Casa de Gobierno, Yrigoyen convoca a los dueños de los talleres tomados (los Vasena, que van acompañados del embajador inglés) y logra que acepten a regañadientes las “desmedidas” exigencias de sus empleados (reducción de la jornada laboral de once a ocho horas y un franco semanal). En las calles hay veinte mil efectivos del ejército, además de las fuerzas de policía y bomberos. Tantos soldaditos ha traído el gobierno a la ciudad, que los notables de vacaciones en sus mansiones de Mar del Plata se aterran cuando la guarnición naval del puerto es convocada a Buenos Aires: “¿Y a nosotros quién va a defendernos si la revolución llega hasta acá?”.
Pero es más importante lo que sucede a continuación, el rumor que corre como pólvora por los barrios residenciales de Buenos Aires: no se puede confiar en el ejército, no se puede confiar en la policía, sus efectivos pertenecen a la misma clase social que aquellos a quienes deben atacar.
Ups, dije atacar. Supuestamente había que defender nomás. Pero no se puede confiar la defensa en alguien que está más cerca del otro que de uno. A esta altura ya es 11 de enero, y el ministro del interior (comisario general, para la época) Luis Dellepiane, hombre de confianza de Yrigoyen, asegura que la ciudad está pacificada. El Congreso también, a su lábil manera. La Federación Obrera ha aceptado levantar la huelga. Pero en el Centro Naval, en una reunión convocada de urgencia, presidida por el contraalmirante Domecq García, a la que asisten representantes del obispado, del Jockey Club, del Círculo de Armas, el Club del Progreso, las Damas Patricias, el Yacht Club y el Círculo Militar, se decide conformar la autodenominada Guardia Cívica, que entrega armas a voluntarios “confiables”, señoritos bien que habrán de garantizar que los sectores acomodados de la ciudad estén defendidos día y noche de los vándalos. Repito: la ciudad estaba pacificada, pero en el Centro Naval daban armas a civiles para defender a los suyos. Uno de ellos grita: “¡Y si los agitadores no vienen por nosotros, vayamos por ellos!”. “¡Sí!”, contestan otros. Y lo que empezó como una supuesta defensa muta en ataque.
También la búsqueda de agitadores muta lombrosianamente en cuestión de minutos. Primero se trata de salir a buscar a cualquier inmigrante: catalán, italiano, eslavo, son todos bolcheviques. Pero enseguida se simplifica la cuestión: se sale a cazar judíos, lisa y llanamente. El pogrom como deporte de las clases pudientes. Coto de caza: de Once a Villa Crespo, zona liberada. En los cuatro días siguientes habrá más de setecientos muertos en las calles (algunos dicen mil trescientos). El nacionalista Juan Carulla, insospechable del menor filosemitismo, escribe en sus memorias: “Oí decir que los liguistas estaban incendiando el barrio judío y dirigí mis pasos hacia esas calles. Al llegar por Viamonte, vi en medio de la calle piras ardientes de libros y sillas y mesas. El ruido de muebles y cajones arrojados a la calle se mezclaba con los aullidos de viejos barbudos y mujeres desgreñadas, arrastrados de los pelos por mozalbetes”. El irrepetible Soiza Reilly, maestro de la crónica callejera, agrega: “Se los obligaba a golpes a cantar el Himno Nacional, y a quienes no lo sabían se les orinaba en la boca”. Poco después escribirá que nunca se practicaron tantos abortos en el Once y Villa Crespo como en los tres meses siguientes a la Semana Trágica, por las innumerables víctimas que hubo de violación. El embajador de Francia, en un despacho privado a su gobierno, comenta que un civil se ha ufanado delante de él de haber matado en un solo día cuarenta judíos. El embajador norteamericano contacta al comisario Romariz para chequear si es cierta la cifra de 1300 muertes; el comisario contesta que es una exageración pero que igual es imposible de precisar, porque los muertos eran incinerados a medida que llegaban a los lugares de concentración, sin controlar su número.
Nadie sabe hasta el día de hoy cuántas víctimas hubo realmente en la Semana Trágica. El 15 de enero el Poder Ejecutivo dio orden de empezar a liberar los innumerables detenidos que abarrotaban las comisarías: a más de la mitad se les aplicó la Ley de Residencia y fueron expulsados del país. Ese mismo día tienen lugar dos reuniones en Buenos Aires. En una de ellas, a instancias del Episcopado y bajo el lema “Por la paz social”, se convoca a una gran colecta nacional para “un plan de obras, ateneos, servicios sociales e institutos de enseñanza para la clase obrera” (léase para que la clase obrera aprenda a entender su lugar en la sociedad: por ejemplo, se crea la Casa de la Empleada, que proporcionará mucamas durante años a las clases altas). La otra reunión es en el Centro Naval, con las mismas fuerzas vivas que se habían reunido cuatro días antes, quienes evalúan tan positivamente “el heroico comportamiento” de las guardias cívicas de Domecq García, que deciden constituir formalmente la Liga Patriótica como institución y le ofrecen la presidencia.
Domecq García declina el honor; él es marino. Será, en cambio, almirante, y después ministro de guerra de MT De Alvear, y después apoyará a Justo en el golpe que interrumpió la segunda presidencia de Yrigoyen, y cuando Uriburu triunfe en la interna de ese golpe y se quede con la presidencia de la Nación, el almirante se retirará de la vida pública, mascará bilis con Perón hasta quedar afásico y morirá en enero de 1951, sin tener “la satisfacción” de ver muerta a Evita. El almirante Domecq García era mi bisabuelo. He contado la historia en mi libro María Domecq. En mi familia se recitan las proezas, los servicios a la Patria del almirante, sus novelescas aventuras (¡huérfano en la Guerra del Paraguay! ¡ahijado de Roca! ¡condecorado por el Emperador después de la Guerra Ruso-Japonesa! ¡a él le debe la Marina sus primeros submarinos! ¡dejó un hijo en Japón! ¡Puccini se basó en él para el Pinkerton de Madame Butterfly!), pero de la Semana Trágica no se habla. Yo me desayuné de la historia vergonzosamente tarde, cuando con treintilargos entré a trabajar en este diario donde Osvaldo Bayer, cada 7 de enero, escribía sobre la matanza. Así supe cómo era recordado el almirante en la versión de la historia argentina a la que yo le creo más.
Sé que no soy el único argentino en ignorar esos pliegues de su historia familiar que pertenecen a la historia nacional. Quizás allí radique una de las taras de nuestro país: que escondamos las vergüenzas nacionales tal como se silencia una vergüenza familiar. Quizás en todos los países hacen lo mismo, y seguirá siendo así hasta que la hagiografía sea destronada del canon escolar y deje lugar a una historia veraz de las infamias nacionales. Sospecho que hay más chances de amar al propio país si nos enseñan desde chicos las vilezas a las que fue sometido. Se aprende de las desgracias, es casi la única manera de aprender, pero a cien años de la Semana Trágica no se sabe todavía cuántos murieron ni importa quién los mató.[/quote]
El pogrom como deporte de las clases pudientes
Por Juan Forn
Miren esos cuatro ataúdes abandonados sin enterrar en las puertas del cementerio de la Chacarita. Miren los balazos que llueven desde lo alto de las paredes del cementerio y la desbandada de la multitud que venía marchando desde la Boca a enterrar a esos cuatro obreros muertos por la policía y los rompehuelgas dos días antes. Miren la iglesia quemada por algunos de los que huyen, miren a otros asaltar una armería para tener con qué defenderse en el accidentado retorno a sus casas, miren la orden que dan a los niños: “Rompan a pedradas todos los faroles de la calle, que van a venir por nosotros”. Enero de 1919 en Buenos Aires, acaba de empezar la Semana Trágica. Conserven en su memoria ese “van a venir por nosotros” y sigamos.
La Semana Trágica fue una toma pacífica de los talleres Vasena que desembocó en cuatro muertos, una huelga general convocada para llorar a esos muertos, que al poder le pareció que era la mecha de la revolución social y actuó en consecuencia: a sangre y fuego. Aquello que supuestamente más temían de aquella supuesta revolución. ¿Quién pensaba que se venía la maroma? Procedamos por descarte. Es el día siguiente al que policía y rompehuelgas entraron a bala en los talleres Vasena: en el Congreso, hasta el diputado Pinedo reconoce que algo hay que ceder a los reclamos obreros (por supuesto, su argumento es: que algo cambie para que nada cambie). En Casa de Gobierno, Yrigoyen convoca a los dueños de los talleres tomados (los Vasena, que van acompañados del embajador inglés) y logra que acepten a regañadientes las “desmedidas” exigencias de sus empleados (reducción de la jornada laboral de once a ocho horas y un franco semanal). En las calles hay veinte mil efectivos del ejército, además de las fuerzas de policía y bomberos. Tantos soldaditos ha traído el gobierno a la ciudad, que los notables de vacaciones en sus mansiones de Mar del Plata se aterran cuando la guarnición naval del puerto es convocada a Buenos Aires: “¿Y a nosotros quién va a defendernos si la revolución llega hasta acá?”.
Pero es más importante lo que sucede a continuación, el rumor que corre como pólvora por los barrios residenciales de Buenos Aires: no se puede confiar en el ejército, no se puede confiar en la policía, sus efectivos pertenecen a la misma clase social que aquellos a quienes deben atacar.
Ups, dije atacar. Supuestamente había que defender nomás. Pero no se puede confiar la defensa en alguien que está más cerca del otro que de uno. A esta altura ya es 11 de enero, y el ministro del interior (comisario general, para la época) Luis Dellepiane, hombre de confianza de Yrigoyen, asegura que la ciudad está pacificada. El Congreso también, a su lábil manera. La Federación Obrera ha aceptado levantar la huelga. Pero en el Centro Naval, en una reunión convocada de urgencia, presidida por el contraalmirante Domecq García, a la que asisten representantes del obispado, del Jockey Club, del Círculo de Armas, el Club del Progreso, las Damas Patricias, el Yacht Club y el Círculo Militar, se decide conformar la autodenominada Guardia Cívica, que entrega armas a voluntarios “confiables”, señoritos bien que habrán de garantizar que los sectores acomodados de la ciudad estén defendidos día y noche de los vándalos. Repito: la ciudad estaba pacificada, pero en el Centro Naval daban armas a civiles para defender a los suyos. Uno de ellos grita: “¡Y si los agitadores no vienen por nosotros, vayamos por ellos!”. “¡Sí!”, contestan otros. Y lo que empezó como una supuesta defensa muta en ataque.
También la búsqueda de agitadores muta lombrosianamente en cuestión de minutos. Primero se trata de salir a buscar a cualquier inmigrante: catalán, italiano, eslavo, son todos bolcheviques. Pero enseguida se simplifica la cuestión: se sale a cazar judíos, lisa y llanamente. El pogrom como deporte de las clases pudientes. Coto de caza: de Once a Villa Crespo, zona liberada. En los cuatro días siguientes habrá más de setecientos muertos en las calles (algunos dicen mil trescientos). El nacionalista Juan Carulla, insospechable del menor filosemitismo, escribe en sus memorias: “Oí decir que los liguistas estaban incendiando el barrio judío y dirigí mis pasos hacia esas calles. Al llegar por Viamonte, vi en medio de la calle piras ardientes de libros y sillas y mesas. El ruido de muebles y cajones arrojados a la calle se mezclaba con los aullidos de viejos barbudos y mujeres desgreñadas, arrastrados de los pelos por mozalbetes”. El irrepetible Soiza Reilly, maestro de la crónica callejera, agrega: “Se los obligaba a golpes a cantar el Himno Nacional, y a quienes no lo sabían se les orinaba en la boca”. Poco después escribirá que nunca se practicaron tantos abortos en el Once y Villa Crespo como en los tres meses siguientes a la Semana Trágica, por las innumerables víctimas que hubo de violación. El embajador de Francia, en un despacho privado a su gobierno, comenta que un civil se ha ufanado delante de él de haber matado en un solo día cuarenta judíos. El embajador norteamericano contacta al comisario Romariz para chequear si es cierta la cifra de 1300 muertes; el comisario contesta que es una exageración pero que igual es imposible de precisar, porque los muertos eran incinerados a medida que llegaban a los lugares de concentración, sin controlar su número.
Nadie sabe hasta el día de hoy cuántas víctimas hubo realmente en la Semana Trágica. El 15 de enero el Poder Ejecutivo dio orden de empezar a liberar los innumerables detenidos que abarrotaban las comisarías: a más de la mitad se les aplicó la Ley de Residencia y fueron expulsados del país. Ese mismo día tienen lugar dos reuniones en Buenos Aires. En una de ellas, a instancias del Episcopado y bajo el lema “Por la paz social”, se convoca a una gran colecta nacional para “un plan de obras, ateneos, servicios sociales e institutos de enseñanza para la clase obrera” (léase para que la clase obrera aprenda a entender su lugar en la sociedad: por ejemplo, se crea la Casa de la Empleada, que proporcionará mucamas durante años a las clases altas). La otra reunión es en el Centro Naval, con las mismas fuerzas vivas que se habían reunido cuatro días antes, quienes evalúan tan positivamente “el heroico comportamiento” de las guardias cívicas de Domecq García, que deciden constituir formalmente la Liga Patriótica como institución y le ofrecen la presidencia.
Domecq García declina el honor; él es marino. Será, en cambio, almirante, y después ministro de guerra de MT De Alvear, y después apoyará a Justo en el golpe que interrumpió la segunda presidencia de Yrigoyen, y cuando Uriburu triunfe en la interna de ese golpe y se quede con la presidencia de la Nación, el almirante se retirará de la vida pública, mascará bilis con Perón hasta quedar afásico y morirá en enero de 1951, sin tener “la satisfacción” de ver muerta a Evita. El almirante Domecq García era mi bisabuelo. He contado la historia en mi libro María Domecq. En mi familia se recitan las proezas, los servicios a la Patria del almirante, sus novelescas aventuras (¡huérfano en la Guerra del Paraguay! ¡ahijado de Roca! ¡condecorado por el Emperador después de la Guerra Ruso-Japonesa! ¡a él le debe la Marina sus primeros submarinos! ¡dejó un hijo en Japón! ¡Puccini se basó en él para el Pinkerton de Madame Butterfly!), pero de la Semana Trágica no se habla. Yo me desayuné de la historia vergonzosamente tarde, cuando con treintilargos entré a trabajar en este diario donde Osvaldo Bayer, cada 7 de enero, escribía sobre la matanza. Así supe cómo era recordado el almirante en la versión de la historia argentina a la que yo le creo más.
Sé que no soy el único argentino en ignorar esos pliegues de su historia familiar que pertenecen a la historia nacional. Quizás allí radique una de las taras de nuestro país: que escondamos las vergüenzas nacionales tal como se silencia una vergüenza familiar. Quizás en todos los países hacen lo mismo, y seguirá siendo así hasta que la hagiografía sea destronada del canon escolar y deje lugar a una historia veraz de las infamias nacionales. Sospecho que hay más chances de amar al propio país si nos enseñan desde chicos las vilezas a las que fue sometido. Se aprende de las desgracias, es casi la única manera de aprender, pero a cien años de la Semana Trágica no se sabe todavía cuántos murieron ni importa quién los mató.[/quote]
Re: Actualidad y política
se te nota bastante disminuido ..
revisa la concentracion .. o mejor cambia el "delivery" ....
revisa la concentracion .. o mejor cambia el "delivery" ....

danyf escribió:Es lo que discutimos desde un principio, ahora te diste cuenta?...5 páginas diciendo que el voto en blanco favorece, no solo al primero, también al segundo, por que afecta la composición de las cámaras por ejemplo.
Es más fácil decir, no lo entendía, ahora lo entiendo más o menos y cambio el discurso.
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- Registrado: Vie Feb 02, 2018 5:29 pm
Re: Actualidad y política
danyf escribió:Vos no podes explicar nada por que no te da el marote salame, retirate a la unidad básica que es el único lugar donde podes estar.
MIRA COMO ME LA PONEN
Ajajaajajaja
Tan re locos
Re: Actualidad y política
No necesito leer los diarios y notas pedorras que lee danyfacho, de periodistas que no deben saber ni dividir.
Solo voy a expresar dos verdades absolutas. No porque las diga yo, sino porque es matemática.
1- Es imposible saber a quién beneficia el voto en blanco, sin saber qué partido pierde esos votos y en qué cantidad.
2- Si se quisiera hacer una suposición o simulación más o menos seria, y no una burrada como danyfacho (antes Globerto), el voto en blanco no influye en absoluto, y todas las fuerzas conservarían el mismo porcentaje.
Solo voy a expresar dos verdades absolutas. No porque las diga yo, sino porque es matemática.
1- Es imposible saber a quién beneficia el voto en blanco, sin saber qué partido pierde esos votos y en qué cantidad.
2- Si se quisiera hacer una suposición o simulación más o menos seria, y no una burrada como danyfacho (antes Globerto), el voto en blanco no influye en absoluto, y todas las fuerzas conservarían el mismo porcentaje.
Re: Actualidad y política
Shibuya escribió:Danyfacho, el ejemplo que ponés con números y porcentajes no sirve para demostrar nada, porque hay un error muy burdo para alguien que haya pasado por una facultad.
No te voy a decir jamás cual es el error, porque a mi me gusta explicarle a la gente inteligente, y que siendo consciente de sus limitaciones, tiene una actitud de humildad para aprender de quienes saben más.
No es tu caso.
Vos no podes explicar nada por que no te da el marote salame, retirate a la unidad básica que es el único lugar donde podes estar.
Re: Actualidad y política
Danyfacho, el ejemplo que ponés con números y porcentajes no sirve para demostrar nada, porque hay un error muy burdo para alguien que haya pasado por una facultad.
No te voy a decir jamás cual es el error, porque a mi me gusta explicarle a la gente inteligente, y que siendo consciente de sus limitaciones, tiene una actitud de humildad para aprender de quienes saben más.
No es tu caso.
No te voy a decir jamás cual es el error, porque a mi me gusta explicarle a la gente inteligente, y que siendo consciente de sus limitaciones, tiene una actitud de humildad para aprender de quienes saben más.
No es tu caso.
Re: Actualidad y política
mr_osiris escribió:es decir el %4,9 de votos en blanco si afecto la eleccion ..
evito un balotaje ..
y favorecio a la formula "A" !! aumentado su porcetanje individual por arriba del %45 ....
Es lo que discutimos desde un principio, ahora te diste cuenta?...5 páginas diciendo que el voto en blanco favorece, no solo al primero, también al segundo, por que afecta la composición de las cámaras por ejemplo.
Es más fácil decir, no lo entendía, ahora lo entiendo más o menos y cambio el discurso.

Re: Actualidad y política
Estimados no de porque joden con tantos datos. Mauri ya gano.




Re: Actualidad y política
mr_osiris escribió:evidentemente no me estoy explicando ..
el codigo electoral nacional, dice que hay BALOTAJE cuando nadie obtiene mas del %45 de los votos ..
o cuando nadie obtiene el %40 de los votos con una diferencia mayor al %10 DE LOS VOTOS (votos en blanco incluidos) ..
es decir ..
LOS VOTOS EN BLANCO, SI SON VALIDOS, SI SE CUENTAN Y SI SON FUNDAMENTALES PORQUE SON PARTE DE ESA TORTA GIGANTE DEL %100 DE LOS VOTOS ..![]()
por lo tanto los VOTOS EN BLANCO pueden variar el resultado de una eleccion ..
ya que si bien no se contabilizan de forma individual para ninguna de las formulas presidenciales ..
SI SE CUENTAN PARA LOS PORCENTAJES QUE DICTA LA LEY, y para declarar a una formula ganadora o bien un balotaje ....
POR ESO, es que prioritariamente, JUEGAN A FAVOR, DEL OFICIALISMO O DEL MAS VOTADO ..
se entendio alumno julian .... ?
Desde ayer que estamos con esto y todavía no se entiende?


danyf escribió:Es un mazazo que recibiríamos nosotros, le das una ponderación fortísima a la militancia, esos sí votan, tienen otros intereses, y dejas a los independientes en manos del que todo siga...el cálculo es muy sencillo..supongamos como ejemplo solo para demostrar que el voto en blanco es más peligroso que elegir la opción menos peor, por ponerle un nombre.
Vamos al ejemplo, suponiendo que hay 100 votantes y los votos representan a los duros, es decir la militancia y/o fanáticos.
30 a un partido A = 30 %
25 a un partido B = 25 %
20 a un partido C = 20 %
20 a otros partidos = 20 %
5 % Alguno nuevo. = 5 %
Ahora vamos a suponer que el voto en blanco es del 25 %, y un pequeño porcentaje de cada partido migra a voto en blanco. Como queda la ecuación?
25 a un partido A = 33 %
20 a un partido B = 27 %
15 a un partido C = 20 %
15 a otros partidos = 20 %
25 en blanco = es el 25 % del universo total de votantes, pero a los fines del porcentaje de los otros partidos estos no se contabilizan, solo se contabilizan y se sacan los porcentajes sobre los votos afirmativos, que en este caso se redujo a 75 en total.
Claramente el voto en blanco beneficia al 1º y al 2º , fundamentalmente al primero.
Como después siguió sin entender le puse esto:
danyf escribió:Te das cuenta que sos un ignorante, no?..no podes interpretar algo tan básico como los números que puse, sí ya se, sumaste los porcentajes de la columna donde puse los votos en blanco y te da más de 100, NO?.
Escuchame oligofrénico, vos a lo único que podes aspirar es a la militancia, no te queda otra...los porcentajes en el segundo ejemplo están sacados sobre el universo de votos afirmativos, los votos en blanco no se contabilizan, y al solo efecto de llegar a 25 votos en blanco, saque 5 votos de cada partido.
Hace la cuenta sobre un universo de 75 votantes que porcentaje le corresponde a cada opción...estúpido.
[b]Además es muy ridículo interpretar esto como una opción de militancia, cualquiera que esté primero, sea Macri, Cristina o Massa se beneficiaría con los votos en blanco[/b]
Veo que no da para más este foro, cualquier análisis que haga, no tiene que tener algo de complejidad, por que hacen agua por todos lados.
Acá les dejo algo para que se entretengan, lo peor de la soberbia del ignorante es que no le permite aprender ya que se siente muy cómodo en la ignorancia.
Elecciones: por qué el voto en blanco favorece al primero y puede evitar un ballottage
El voto en blanco es válido pero no afirmativo; puede definir los comicios cuando es muy ajustada la diferencia entre los dos candidatos más elegidos
https://www.lanacion.com.ar/1826666-ele ... ballottage
La verdad, cansa tanta ignorancia, remontate desde que estamos discutiendo esto hace 5 páginas atrás y podes ver todo el desarrollo, una de esas podes llegar a entender algo, aunque lo dudo ya a esta altura.
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