Mustayan escribió:el kelper nos odia por que sabe en el fondo que esta frito, tarde o temprano ese territorio volverá a ser Argentino.
Coincido aunqeu los ingleses no soltarán el hueso más cuando ellos también perdietron mmuchas vidas y vieron deshonrado su honor ante un país de segundo órden que hizo zozobrar su célebre flota.
Si mirás la población actual, creció muy poca frente a la que habia en el 82 a pesar del nivel de ingresos. En el 82, los kelpers eran parias en materia económica.
Para un inglés promedio, es un lugar recóndito para irse a vivir, frío, desolado y dónde no tenés con quién socializar. La mayoría de los jóvenes emigra de las islas, sólo quedan los niños y los viejos. Y chilenos que van a hacer la temporada. Prefieren la mundanidad londinense ganando un poco menos de dinero a la depresión y las borracheras en el único pub y puticlub de la isla.
Ya la ONU le quitó legitimidad al referendum. Hoy siguen siendo una carga para el erario británico, que debe mantener una base militar para proteger a unos pocos hombres aburridos, cuya economía, aún con las licencias de pesca no llegan a pagar el coste de la base. Y la obligación argentina es encarecerles aún más y por todo el tiempo que sea necesario el mantenimiento, hasta que nos la devuelvan. Rearmando a las FFAA, poniendo buques a navegar cerca de la zona de exclusión, dónde sin llegar al a provocación, marque la presencia latente y molesta de su vecino.
Reino Unido no escapa a la dinámica europea, de japonización en materia económica y la bomba previsional.
El petróleo del mar es caro de extraer y cualquier compañía que se aventure sabe que se expone a demandas argentinas ante tribunales internacionales.
También el ideario del Ser inglés está cambiando. Las nuevas generaciones, con impronta paquistaní no llevan la carga histórica británica.
En algún momento, ni se si estaré vivo para verlo, se sentarán a negociar. Las islas serán devueltas con una especie de Leasing o Alquiler que pagaremos durante 50 o 100 años hasta la restitución total de la soberanía y con ciertos resguardos o privilegios para los kelpers.
No es tan difícil pero requiere mucha paciencia, tragar saliva y trabajar incansablemente, en materia diplomática y político-militar para forzarlos a negociar.
En simultáneo, poblar la Antártida, ya que el Tratado Antártico no lo prohibe y reforzar así nuestro reclamo soberano.