Mensajepor jose enrique » Mié Jun 09, 2021 2:59 pm
......." Carlos Pagni La Nacion
.......Hay un detalle más en todo esto. La operación Edenor, por la cual Pampa Holding, de Marcelo Mindlin, le vende a Manzano, Vila y Mauricio Filiberti -que es el gran proveedor de cloro de Aguas Argentinas, la empresa que conduce Malena Galmarini, la esposa de Massa- parece estar detenida. Hay distintas hipótesis de por qué se frenó. Hace ya seis meses que se realizó la venta. Tendría que tener la autorización del Ente Regulador de la Energía, que lo maneja alguien que es la mano derecha de Basualdo, es decir, gente del corazón de La Cámpora y del corazón de Cristina Kirchner.
¿Por qué no le dan la aprobación? Hay quienes dicen que a Cristina nunca le gustó que, en un gobierno que ella tutela, dos deudores como Manzano y Vila en Mendoza, se terminen quedando con otra empresa, de las mayores compañías de distribución eléctrica que hay en el país. Hay quienes piensan, más maquiavélicamente, que Cristina va a esperar a darle la autorización a Manzano y Vila porque, como todos sabemos, manejan un grupo de medios relevante que es el Grupo América. En plena campaña electoral, puede ser que políticamente le sirva al kirchnerismo esa zanahoria para darles la aprobación de la empresa con la que ellos quieren quedarse, después de las elecciones.
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Hay una tercera explicación. Y es que Filiberti se dio cuenta de que era un pésimo negocio meterse en Edenor. Mucha gente le dijo que viene haciendo un negocio espectacular como proveedor de cloro de una empresa del Estado gracias a la aquiescencia de quien parece casi su socio. Habría que investigar un día cómo es toda esa relación con el sindicalista José Luis Lingeri, de fortuna incalculable. A Filiberti mucha gente le dijo, amigos y no amigos: ‘Mauricio, a vos nadie te conocía, estás haciendo negocios con Lingeri hace treinta años sin que nadie se haga una pregunta; de pronto te juntás con Vila y Manzano, aparecés como candidato a quedarte con Edenor y surge que tenés un barco de setenta metros de eslora en el Mediterráneo, que vivís aquí y allá, relaciones familiares, de pareja, sos tapa de revista, de diarios… ¿pensaste bien en todo esto?’. Esto le dicen a Filiberti: “Es muy probable que el día que haya un corte de luz el que va a dar la cara vas a ser vos”. ¿Todo esto hizo que Filiberti reflexionara? Algunos se preguntan si está Filiberti detrás de que se caiga la operación. Finalmente, cuánto perderá, cuánto puso en esto. De la plata que había que poner, la mayor parte la puso él.
Además, hay otro problema: se juntan los socios, Manzano, Vila y Filiberti; y reparten la gerencia de operaciones, la gerencia financiera, la gerencia de legales. Supongamos: en un momento Filiberti sugiere a un gerente de la que va a ser su empresa. Y los otros le dicen, ‘está bárbaro, pero Máximo Kirchner lo vetó’. Obviamente, Máximo no está enterado. Son picardías, pormenores simpáticos, cosas de las que se puede aprender muchísimo, de la viveza de esta gente, que demuestran el tipo de capitalismo que le gusta a Alberto Fernández, cuando le dice a Putin: ‘El capitalismo no funcionó’.
Lo que se planteó en el sector eléctrico, se traslada de peor manera a otros sectores, como el de la salud, en el que, en plena pandemia, las empresas que financian al sistema de salud, que son las prepagas, también tienen la tarifa congelada. Pero con una diferencia: no tienen subsidio. El Estado no pregunta por sus costos; sí los puede cubrir la tarifa. Eso quiere decir que ese ajuste lo van a trasladar a los trabajadores de la salud. Porque no va a haber paritaria entre las empresas de salud y el sindicato. Esto va a llevar a un conflicto en el sector sanitario que está muy ajustado por los sobrecostos de la pandemia. Y los sobrecostos que tiene la Argentina. No es un problema solamente de lo que consume una clínica en términos de material médico o de instalaciones, respiradores, oxígeno, barbijos, camisolines y todo lo que tuvieron que comprar para hacer frente a la peste. Todos los precios que suben por la inflación terminan recayendo sobre una clínica: combustible, salarios, comida. En plena pandemia, el Gobierno mira al sector de la salud y no resuelve este problema. Lo va procrastinando. Y corremos el riesgo de que, cuando el sistema está más exigido que nunca termine habiendo una huelga del personal médico y demás operadores de la salud.
Ni hablar del sistema de telecomunicaciones. El Gobierno convierte el precio en tarifa, y las empresas obtienen cautelares. Hoy el Gobierno mueve la tarifa y eso no significa nada porque las empresas de internet, de cable y de telefonía celular están cubiertas por las cautelares. T