Pero, en el caso particular de la soja, existen factores que continuarán acentuando la fortaleza de su demanda, en particular la proveniente de China.
En ese país, que es el principal consumidor mundial, diez millones de habitantes migran del campo a la ciudad cada año, lo que está generando un crecimiento incesante de una clase media que posee cada vez mayor capacidad de consumo.
Ello provoca un cambio en la dieta hacia alimentos con mayor valor proteico, con un notable avance en el consumo de carne vacuna, si bien se mantiene el liderazgo de la carne de cerdo.
Es precisamente este cambio de hábito el principal aliado para sostener el precio de esta oleaginosa, ya que es el principal alimento del ganado vacuno y porcino.
Por lo tanto, la fortaleza estructural de la demanda de soja para alimento humano y animal, sumado a la baja del 2% de la producción global, son señales favorables para la oleaginosa.
"Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, como cualquier commodity, es volátil", acotó el analista de Puente.