Buenas noches. Esto es lo que escribí en el post que usted citó, y aparentemente se le ha pasado por alto, porque coincide con lo que he destacado en color de su post:
"Por otra parte, para hablar de la ciencia es necesario anular toda referencia metafísica o política, porque la ciencia está libre de esos factores. Para que no haya confusión: la ciencia, no los científicos".
Efectivamente, el lugar que ocupaba la Religión como enemigo mortal de la ciencia, durante el Renacimiento; ese mismo lugar fue ocupado por la Política en la Edad Contemporánea.
Esto es la política:
cuando los revolucionarios franceses anunciaron la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, omitieron cuidadosamente expresar que Hombre, para ellos, era blanco, europeo y propietario; y aniquilaron la primera Nación negra del mundo (Haití), que por entonces competía con USA por el primer puesto en la Economía de América.
El liberalismo norteamericano se refiere exclusivamente a la libertad de mercado para que países WASP (blanco, anglosajón y protestante) puedan hacer los negocios que los beneficien: no existe un liberalismo determinado a promover la libertad en el mundo.
El nazismo postula la supremacía de la raza aria, sólo presente en los países germánicos.
La Iglesia que condenó a Galieo Galilei, pretendía arrogarse el monopolio de de la Verdad.
Todos esos casos son, en el fondo, el mismo; operan como enemigos de la ciencia, y buscan la complicidad y el aval del Sentido Común, es decir la opinión masiva.
La ciencia, por su complejidad, y por las deficiencias de los sistemas de educación, no cuenta con esa complicidad y ese aval. No obstante, avanza siempre, produciendo la Ley de Gravedad; la Teoría Calórica del Calor, La Relatividad, y las refutaciones o complementariedades de todo conocimiento equívoco o incompleto.
Normalmente el hombre común está a favor de determinados conceptos científicos A RAIZ de sus simpatías políticas, independientemente de la validez que esos conceptos tengan.
Particularmente creo que cuando uno dispone de los medios intelectuales para ponderar si se produjo un avance científico o no, esos mismos medios lo determinan a una imparcialidad política en su ponderación.
La política y la ciencia no tienen nada en común: no existe cosa más subjetiva e interesada que la política, y no existe cosa más universal y abstracta que la ciencia.
Políticamente usted y yo estamos en veredas opuestas, científicamente, no creo que lo estemos tanto.
Como escribió Bertrand Russell:
"Los juicios de valor no afirman nada ni sobre algún objeto del mundo ni sobre los valores que dicen sostener: sólo expresan ciertas emociones. Al no ser afirmaciones, estos juicios no son ni verdaderos ni falsos.
Los juicios de valor, y más específicamente los juicios morales, no son nada más que expresiones de preferencias, expresiones de actitudes o sentimientos, o deseos. Cuestiones tales como los valores están enteramente fuera del dominio del conocimiento".
Un saludo.
solatorres escribió: ↑
La Ciencia es una cosa y otra los científicos. Éstos suelen padecer las mismas taras que el resto de los humanos, lo que inevitablemente se refleja en su trabajo. La Arische Physik fue el miserable resultado de las personalidades de P.Lenard y J.Stark, dos premios Nobel igualmente perversos. Un par de canallas.
A comienzos de los '50 yo compraba regularmente "Mundo Atómico", una revista cambalache, en la que artículos bien escritos por personas como Fidel Alsina Fuertes se entremezclaban con las más ramplonas chupadas de medias al Líder. Recuerdo un largo exordio, escrito por un “científico” alemán, en el que se "demostraba", con sencillos recursos de física elemental, la inutilidad de la Teoría de la Relatividad para explicar la contracción de Lorentz y otros fenómenos por el estilo. Habían pasado casi 40 años de la publicación de la Teoría General, pero estos “científicos” seguían rechazando la física “judía”. El articulito en cuestión me convenció (yo debía cursar segundo o tercer año de la secundaria) de que Einstein había complicado innecesariamente las cosas. Pasaron varios años antes de que yo pudiera entender mejor lo que pasaba.
Los políticos suelen apoyarse en “científicos” con labia fácil. Hitler tuvo a los dos citados, que le hicieron difícil la vida a Heisenberg (el weisser Jude), Perón a Richter y algunos otros, Stalin a Lysenko…quienes con su mala leche obstruyeron el desarrollo de la Ciencia.
Creo que las malas personas hacen mala ciencia. Que la honestidad intelectual es más importante que unos puntitos extra de IQ. Y la disposición a reconocer los propios errores, fundamental. Por todo eso, Houssay fue un verdadero hombre de ciencia. Y un buen tipo.
