paisano escribió: ↑
No le da y no le da, me da pena este muchacho, no entiende nada.
Ese muchacho, y otros clones, está claro que ya no vienen a expresar una opinión, un comentario o exponer una idea opuesta con sus argumentos que seria respetable. El ataque es directo al otro usuario, en este, y otros foros. El foco de la discusión lo ponen en atacar al otro, al mensajero, no la idea, pero de la forma más burda y soez.
Ya no tienen con qué defender de este modelo y se les acabaron las palabras, solo vienen a pegar, se los ve alterados. No hay que darles pelota.
DON’T FEED THE TROLL
https://www.area.com.mx/estrategica/la- ... -troll.php
Hace poco tuve la oportunidad de observar de cerca a un troll durante un par de meses desde su surgimiento. Vi cómo empezó a endurecer sus ataques poco antes de empezar a languidecer y cómo desapareció finalmente.
Este es un proceso en la conducta humana que los psicólogos llaman extinción. Debo anotar aquí que yo no soy psicólogo, pero me gusta mucho observar el comportamiento de los humanos.
Cuando una conducta no obtiene la respuesta deseada, la conducta se intensifica y luego se extingue. Le llaman a esto un “estallido causado por la extinción”. Por ejemplo, cuando un niño llora más fuerte para llamar la atención y los padres no le hacen caso, es probable que esté en proceso de extinción la conducta de llorar para llamar la atención. El error que cometen los padres es hacerle caso al niño cuando ha intensificado su griterío.
Otro ejemplo de estallido por extinción es cuando no funciona un interruptor o el botón del elevador. Si parece no responder, lo que hacemos es presionar muchas veces el botón, en forma rápida y con fuerza.
Como sabes, los trolls en internet son sujetos sin mucho brillo ni trascendencia, que conviven en círculos muy reducidos, que molestan sólo por molestar y con quienes el diálogo es imposible. Lo que necesitan es llamar la atención.
Cuando atacan, lo hacen en principio en forma pausada. Si no se les hace caso generalmente se retiran. Y en unos casos tal vez puenan arreciar sus ataques. En ocasiones sus blancos de ataque caen en el error de hacerles caso, y con ello le dan al troll lo que busca, que es llamar la atención. Es decir, les refuerzan su conducta y la continúan por más tiempo.
Aquí es donde se aplica el sabio consejo: “don’t feed the troll” o “no alimentes al troll”. En esencia, lo más simple es ignorarlo, aunque exista la probabilidad de que arrecien los ataques. Conviene ignorarlo debido a que lo que sigue a la intensificación de esta mala saña es el fin de su conducta.
Lo malo es que puede ser que tú no le hagas caso, pero otros sí lo hagan. Algunos de tus amigos indignados, por ejemplo, que sin querer estarán reforzando la conducta del troll.
Para ilustrar la universalidad de este proceso te dejo un ejemplo de este proceso de extinción de la conducta, aplicado en perros.