No conozco los motivos por los cuales muchos cubanos han emprendido la huida. Pero dudo que hayan primado cuestiones ideológicas, a no ser que consideremos que las persecuciones, la escasez de alimentos y medicinas, así como la absoluta falta de libertad y de oportunidades sean cuestiones ideológicas. Confieso que no he estado en Cuba y que mi inquina hacia su régimen deriva de la lectura artículos periodísticos serios, en The Economist, por derecha, o en The Nation, por izquierda. Y de algunos libros, como el que escribiera quien fue embajador de Salvador Allende, el entonces socialista Jorge Edwards: "Persona non Grata". O "Nuestros años verde oliva" de Roberto Ampuero, un transfugado de la DDR, Cuba y el socialismo.
Supongo que la cuestión de la superpoblación es tan urgente como complicada, porque se mezclan cuestiones racionales y emocionales muy profundas. Para actuar "racionalmente" se requiere un proceso de deshumanización que ningún liberal de
verdad aceptaría. El capitalismo, como la democracia, comparten orígenes y objetivos con el pensamiento liberal. Y cuando se apartan de éste, involucionan hacia el despotismo. Usted parece pensar que el capitalismo es un sistema económico que supone la existencia de amos y esclavos, en el que los primeros usufructúan de él y los segundos cumplen el papel de animales o máquinas. Lo que requiere el capitalismo, a lo que yo sé, es de individuos que son simultáneamente productores y consumidores. Esa es la teoría. Luego aparecen los individuos con apetencias especiales que la deforman, pero no "milito" entre ellos.
Volviendo a la superpoblación, recomiendo "Collapse" de Jared Diamond, o "The Population Explosion", de los Ehrlich, ya que no soy más que un viejo preocupado por el futuro de mis nietos, y mis opiniones al respecto son prestadas.