Mensajepor quique43 » Jue Jul 22, 2021 11:25 am
La Nota de La Nación.
La nota de Nicolini, que se envió con copia a la ministra Carla Vizzotti y a su secretario de Gestión Administrativa, Mauricio Monsalvo, comienza con una confesión angustiante: “Como le mencioné hoy, estamos en una situación muy crítica. Nosotros teníamos la esperanza de que, después de la conversación que tuvimos tú, Carla, Kirill y yo un par de semanas atrás, las cosas iban a mejorar. Pero han empeorado”. La funcionaria explica que no llega el componente 2, que es el que se aplica en la segunda dosis. Y reclama el envío, aunque más no sea, de un millón de unidades para inocular a los mayores durante el fin de semana. Es decir, el 10 o el 11. No tuvo suerte: recién el 13 llegaron 550.000.
Más allá de las dificultades para conseguir el componente 2, todo el contrato con el RDIF y con Human Vaccine, una empresa creada por ese fondo para vender la Sputnik V, está al borde de naufragar. Nicolini se lo dice en estos términos a Braverman: “…Todavía necesitamos recibir las dosis pendientes del Componente 1. Tal como lo indica el contrato, todavía tenemos pendientes de recibir 18.734.185 dosis (5,5 millones C1 + 13,1 millones C2). Aún estamos esperando el cronograma de entrega de Julio que Usted también acordó enviarnos en esa llamada. Pero no lo recibimos. En algún punto, podríamos pensar en recibir más componente 1 que 2, o pensar nuevas estrategias, pero urgentemente necesitamos algo del componente 2. A estas alturas todo el contrato está en riesgo de ser públicamente cancelado. Nosotros entendemos el faltante y las dificultades de producción de algunos meses atrás. Pero ahora, siete meses después, todavía estamos muy atrás, mientras estamos empezando a recibir dosis de otros proveedores en forma regular, con cronogramas que se cumplen”.
El párrafo siguiente tiene un matiz enternecedor: Nicolini intenta sensibilizar, tal vez presionar, al hombre de Vladimir Putin al informarle: “Recientemente emitimos un decreto presidencial que nos permite firmar contratos con empresas americanas y recibir donaciones de los Estados Unidos. Las propuestas y entregas son para este año y también incluyen vacunas pediátricas, lo que es otra ventaja. Le pedimos a su equipo que comparta un protocolo para uso pediátrico que nos permita ejecutar un estudio aquí, pero todavía no recibimos nada”. El pasaje sugiere algo así como “si nos siguen ignorando nos vamos con los Estados Unidos”. Una insinuación significativa, que confirma lo que se sabe: la estrategia de vacunación está guiada por criterios geopolíticos, acaso más que sanitarios. Un aspecto que ilumina de nuevo la resistencia a comprar vacunas norteamericanas, sobre todo la del laboratorio Pfizer, única autorizada para uso pediátrico.
La contracara de esa reticencia es la franqueza con que Nicolini explica a Braverman que el Gobierno ya no puede hacer más cosas para beneficiar al fondo ruso y al laboratorio Richmond, de Marcelo Figueiras, con el que ese fondo contrató la elaboración local de la Sputnik V. La transparencia de la asesora es sorprendente: “Finalmente, la producción local fue un gran paso para todos nosotros. Nuestro Presidente participó del evento de lanzamiento, incluso esperando por más de 2 horas. Nosotros estamos muy felices y con gran apoyo a Richmond. Solo le pedimos que tenga los primeros resultados antes del 9 de julio, ya que es una fecha muy importante para nosotros, el Día de la Independencia, lo que es muy significativo. Richmond envió las primeras dosis (sigue).