DE INTERÉS PARA TODOS Y TODAS
No hay plata y preparan una emisión de $ 120.000 millones
Periódicamente, la exitosa abogada, eventual arquitecta egipcia, realiza notables aportes al mundo de la ciencia y el arte. Por ejemplo, el martes 12/03 ella explicó la estructura socioeconómica inherente a la enfermedad conocida como diabetes. Ahora, el estudio de econometría y política Massot & Monteverde explica otra contribución de Cristina Fernández de Kirchner, en este caso a la teoría sobre Administración del Estado: Los Déficits Trillizos, camino inevitable hacia una inflación futura más elevada
CIUDAD DE BUENOS AIRES (InC.) El resultado fiscal de 2012 se informó con un mes y medio de demora respecto al calendario original, dando lugar a las lógicas dudas sobre los enjuagues contables a los que habría sido sometido.
• Las cuentas fiscales registraron en 2012 un déficit final de $ 55.565 millones, lo que equivale a casi 3% del PBI.
• Esto significó un salto de 81% respecto al resultado también negativo del año anterior.
• Este resultado es consistente con nuestras advertencias originales aunque muy diferente de lo esperado por la media de otros analistas; los economistas que participan en la encuesta de expectativas del Banco Central esperaban un superávit de $ 1.250 millones, según la mediana de las respuestas.
• Si no se computaran los auxilios financieros de la ANSES, el Banco Central, el PAMI y los organismos descentralizados hubiera llegado a $ 84.322 millones.
> El Tesoro tuvo un auxilio adicional de casi $ 9.500 millones en concepto de supuestas utilidades del Banco Central (aquí no se computan las reservas utilizadas ni los adelantos transitorios) y $ 17.500 millones de la ANSeS.
> También se recibieron $ 1.633 millones del PAMI y $ 153 millones de organismos descentralizados.
• El déficit fiscal de 2012 se financió principalmente con emisión monetaria.
> Las transferencias del Banco Central al Tesoro ascendieron a $ 55.000 millones, lo que no deja lugar a dudas sobre el papel protagónico de la emisión.
> La expansión monetaria provocó inflación y una devaluación del peso de 44% en el mercado libre (auténtico, no el amordazado MULC) de cambios.
• En la ley de Presupuesto Nacional de 2013 se había contemplado un déficit final de $ 33.000 millones.
> Los gastos ascendieron a $ 55.7423 millones, más de 10% por encima de lo autorizado en el Presupuesto.
> Sólo en subsidios a la energía y el transporte se gastaron unos $ 20.000 millones más que lo proyectado originalmente.
> El déficit fue 10 veces superior a los ingresos extras que registraron las arcas públicas.
• El gobierno reconoció un déficit primario de $ 4.375 millones, el primero de los últimos 16 años, revirtiendo el excedente de $ 4.920 millones con que había cerrado el año previo.
• Los superávits gemelos —externo y fiscal— habían sido hasta hace unos años los dos pilares de la economía argentina.
• Primero se perdió el superávit financiero.
• Luego —y tal como habíamos anticipado— se esfumó el externo, lo que derivó en la implantación del funesto cepo cambiario.
• Ahora, de la mano del desmadre del gasto clientelar, hemos perdido también el superávit primario (es decir, antes de computar los pagos de la deuda).
• La situación fiscal se está complicando seriamente, con la recaudación creciendo muy por debajo que el gasto público.
• En 2012 los ingresos corrientes crecieron 26,5% interanual mientras que los gastos corrientes treparon 32,1%.
• Con seguridad estos números se agravarán en 2013, al compás de un año electoral crucial.
• Para estimar la evolución en los próximos meses, es importante observar la dinámica particular de los diferentes componentes de los ingresos y de los gastos.
• En el primer caso, son los ingresos de carácter extraordinario se vieron rezagados, con una participación menor a la de años anteriores.
> Los recursos tributarios, corazón de los ingresos, apenas se expandieron 24,8% interanual, quedando levemente por detrás de la inflación del año (27%).
> Los recursos apropiados a la seguridad social siguen constituyendo el principal impulsor de los ingresos ordinarios, con un alza de 30,5%.
> Las rentas de la propiedad, rubro que engloba las utilidades (ficticias) transferidas al Tesoro por el BCRA y por el Fondo de Sustentabilidad de la Seguridad Social, aumentaron 22,9% nominal, lo que implica una caída en términos reales.
• En el caso de las erogaciones, son precisamente las de carácter ordinario — por definición, más difíciles de eliminar o reducir— las que crecen con virulencia.
> Los gastos de capital crecieron apenas 15,5% nominal, lo que evidencia una caída en términos reales (claro que, a diferencia de éste, se trataba de un año sin comicios).
> Las remuneraciones al personal estatal aumentaron en cambio 29,3%; la ventaja sobre la inflación obedece al incremento de la plantilla.
> Los intereses abonados por la deuda treparon 44%.
> Las prestaciones de la seguridad social escalaron 39,1%.
> El parte oficial de la Secretaría de Hacienda precisó que el déficit de las empresas públicas ascendió a $ 6.583 millones, pero un examen minucioso podría elevar largamente ese abultado quebranto.
• La cuenta Otros Gastos Corrientes es otro recoveco donde esconder la creciente carga de las ahora ruinosas empresas privatizadas; sumó nada menos que $ 21.500 millones, más que duplicando lo erogado por ese concepto un año antes.
• Cabe considerar de la misma forma lo contabilizado como Otras Transferencias de Capital, que se devoraron otros $ 6.452 millones y fue el rubro que más creció entre los gastos de capital —casi 10 puntos porcentuales por encima del resto.
• A la vista de las serias dificultades que atraviesan las empresas estatizadas y los manifiestos desatinos en la administración de las mismas, nada hace pensar que se revierta la creciente sucesión de quebrantos.
> Los subsidios, tanto al sector público como al privado, constituyen los únicos renglones de gasto corriente que muestran una desaceleración notoria.
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Las transferencias a los gobernadores colapsaron en términos reales: su incremento nominal fue un irrisorio 3%, lo que deja en descubierto la asfixia a la que los somete la Casa Rosada.
• Los subsidios a empresas privadas aumentaron 15,3%, lo que supone una contracción significativa en términos reales.
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En diciembre el rojo financiero trepó 48,3% y se ubicó en $ 33.149 millones.
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El último mes del año fue el responsable de más de tres quintas partes del déficit final del ejercicio, evidenciando el fuerte impacto del pago del cupón PBI.
• El resultado primario —antes de computar los vencimientos de la deuda— arrojó un déficit de $ 11.046 millones, lo que es 36 % mayor al desequilibrio al mismo mes de 2011.
• En el último mes del año, a pesar de haberse suspendido transferencias corrientes y pagos correspondientes al consumo y operación del estado, el crecimiento de los gastos aventajó en algo más de siete puntos porcentuales al aumento de los ingresos totales.
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Los rubros relacionados con el sostenimiento de las empresas estatales aceleraron su crecimiento a tasas que van entre 126% y 189% interanual.
• En diciembre se notó una reapertura del calendario electoral, con las obras públicas nacionales saltando 64% interanual; en el acumulado de los once meses previos habían experimentado un aumento de apenas 18,5% interanual.
• El deterioro progresivo de la situación fiscal está impactando en el manejo monetario: en lo que va del año el Tesoro ha debido vender dólares que tenía acreditados en una cuenta en el Banco Central para pagar sus gastos.
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La venta de los dólares a la entidad monetaria implicó una expansión de la base monetaria de $ 1.823 millones en febrero —casi la mitad del aumento de la cantidad de dinero del mes— y de $ 129 millones en enero.
• El 1er. bimestre del año suele ser contractivo para la emisión de dinero; tal vez por esa razón el gobierno prefirió disimular la captación de esos fondos vendiendo divisas y así no recurrir a los habituales adelantos transitorios y de utilidades del año.
• Pero el aumento vertiginoso del gasto público y su financiamiento mediante la emisión monetaria hacen prever más presión sobre la tasa de inflación y la de devaluación.
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Este año la expansión monetaria podría superar los $ 120.000 millones.
• La suerte del poder adquisitivo y cambiario del peso dependerá de cómo evolucione la demanda de dinero frente a la explosión de la oferta.
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SEGUIMOS GANANDO !!!