Mensajepor diego0708 » Vie Ago 19, 2011 2:57 pm
Proyectos obturados. Valijas
Por la inspiración de su pituitaria, trasciende que Cristina, en su camino ideal hacia el bronce, supo obturar tres grandes proyectos. Requerían fondos habituales de la Anses. Entidad que reclama, a los gritos, atenciones periodísticas. Sobre todo parlamentarias.
En principio, tuvo destino de lona, según nuestras fuentes, cierto avance de Electroingeniería. Es la “empresa del comisario”. Procede de Córdoba. Su nombre se asocia al apasionante anecdotario de Gerardo Luis Ferreyra. Es otro crédito consagrado por el Portal. Aunque Electroingeniería es, en realidad, de Acosta, el santiagueño que hacia -mientras comía empanadas- tableros eléctricos. En alguna década, con la tutela estratégicamente “revolucionaria” de Ferreyra, iba a registrar un formidable despliegue económico. Lo lleva a tratar a Aldito Roggio, incluso, como un par. Para los perversos, el crecimiento de Electroingeniería obedece a la excelente relación de Ferreyra con otro militante romántico de los setenta. Carlitos Zanini. Ambos compartieron la mazmorra de Córdoba. Cuentan que Zanini le abrió, a Ferreyra, la puerta de la gloria. Para pasar al patrocinio de Julio De Vido. Pero Zanini siempre estuvo presente en la dulzura de las evocaciones de Ferreyra.
Sin embargo ni Zanini ni De Vido pudieron conseguir que Cristina les autorizara el aporte extraordinario de capital. Desde el Anses, la institución que les pertenece, supuestamente, a los jubilados.
Por si no bastara, en el repentino bronce de Cristina, supo naufragar la barca de una poderosa empresa española. Isolux tampoco tuvo suerte, según nuestras fuentes, con el invento eólico.
Para finalizar, Cristina hizo capotar también un proyecto de Emgasud. Es la empresa energética de los Ivanisevich. Apellido histórico del peronismo. Alude a un momento no precisamente brillante del historial.
La tesis emocionante del bronce es complementada por diálogos posiblemente inventados. Se toman como ciertos, aunque son razonablemente indemostrables. De cuando un furtivo colaborador le acercó a Cristina una valija rebosante de energía espiritual. Las Gargantas confirman que el contenido, de la marroquinería política, era técnicamente mensual. Y que el extinto lo recibía. Pero Cristina le cortó el rostro al valijero.
“Se terminó. Que sea la última vez que se me aparece con algo así”.