DIARIO LA NACION DE HOY... SUPLEMENTO "DE AUTOS"
Volkswagen Amarok
Nace una estrella
Manejamos la primera pickup de VW. Se fabrica en la Argentina, es robusta, confortable y potente. Se destaca por su comportamiento dinámico.
CORDOBA.- La propuesta por parte de Volkswagen Argentina fue concreta: "Los invitamos a manejar la nueva Amarok. Es la última prueba que se va a realizar con los modelos de preserie. Aunque quedan los últimos ajustes, ya están las unidades listas para rodar".
Y llegamos a esta provincia para ponernos al volante del modelo que VW fabrica en la Argentina.
Además es la primera pickup en la historia producida por un fabricante europeo.
Llegará a los mercados internacionales para pelear, mano a mano, con las marcas japonesas y americanas.
Antes de subirnos a los vehículos supimos que los usuarios podrán elegir entre dos motores turbodiésel, ambos de cuatro cilindros en línea y dos litros de cilindrada.
El más potente tiene 163 CV, inyección directa common rail y está sobrealimentado por dos turbocompresores en serie con un torque de 40,8 kgm a 1500 rpm.
El otro motor, con bloque similar, tiene un solo turbo de geometría variable, 122 CV de potencia máxima y desarrolla un par máximo de 34,7 kgm a partir de 2000 rpm.
Ambas versiones de motorización utilizan una caja de velocidades manual de 6 marchas con reductora.
Los datos de consumo proporcionados por VW sorprenden: en su versión 4x4 de 122 CV, el consumo promedio es de tan sólo 7,6 litros cada 100 kilómetros y su tasa de emisiones de CO2 es de 199 g/km.
En el caso del TDI biturbo de 163 CV, los valores de consumo son de 7,8 litros cada 100 kilómetros y 206 g/km de CO2. Esas cifras, combinadas con un tanque de 80 litros, le dan una autonomía superior a los 1000 kilómetros.
El comportamiento
Antes de comentar las impresiones de manejo hay que decir que las unidades eran de preserie. Llegamos a esta provincia para acompañar a los equipos técnicos de VW que trabajaban en la puesta a punto de los últimos detalles. A primera vista sorprende con un diseño limpio y rubusto.
Pero es aún más impactante su interior, porque a diferencia de la mayoría de las pickups da la sensación de que uno está en un automóvil. El volante de tres rayos; el tablero, y fundamentalmente la consola central, con una selectora de cambios corta y los interruptores de los distintos controles a ambos lados, nos hacen sentir a bordo de una berlina de alta gama y no de una camioneta. El trayecto ideado para la prueba no podía ser peor, dada la complejidad tanto del recorrido como de la superficie. Piedras, ripio, caminos serranos de todo tipo, fueron el escenario apropiado para comprobar sus virtudes.
El motor biturbo acompañado por una caja manual de seis marchas forman un conjunto excelente.
Una vez en marcha, la Amarok es sumamente ágil y estable, con un gran confort de marcha ayudado por una excelente insonorización del habitáculo y la ausencia de vibraciones. Los múltiples sistemas de control en la versión que manejamos (ver recuadro) la ponen a la altura de los mejores autos.
Para evitar los saltos del tren posterior, llevamos una carga de 200 kg en la caja. En ningún momento se fue de cola, a pesar de tener varias curvas complicadas en el camino. La manejamos con el control de estabilidad ESP puesto, y también lo desconectamos para ver cómo respondía sin ayuda; aun así, la estabilidad fue sobresaliente.
La dirección tiene un asistencia perfecta; los comandos están bien ubicados, y el instrumental es completo y de lectura sencilla, aunque el indicador de combustible es digital y no llega a ser tan claro como el clásico de agujas.
El embrague fue uno de los puntos débiles (en maniobras off-road el motor se detuvo más de una vez), pero como se dijo, son unidades de preserie.
Excelente posición de manejo y muy buen espacio para los pasajeros traseros son otros aspectos destacados de este modelo que llegará dentro de pocas semanas a los concesionarios, para pelear, cara a cara, nada menos que con la Toyota Hilux.
Y sin duda la Amarok tiene muy buenos argumentos.
Jorge Pandini
LA NACION