edición impresa Financial Times 07.01.15 | 00:00
Extremistas políticos de izquierda pueden ser los salvadores de la eurozona
Financial Times
El partido griego Syriza y el español Podemos, que lideran las encuestas electorales, plantean un default negociado de sus deudas, a pesar de que el riesgo político es alto
por WOLFGANG MÜNCHAU
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En este año, a la eurozona le llegará la hora de la verdad. Tres elecciones programadas -en Grecia, Portugal y España- nos dirán si el tratamiento de la Unión Europea de la resolución de la crisis funciona en términos políticos o no. La probabilidad de, al menos, un revés político es muy alta, por cierto. Tanto en Grecia como en España, partidos de extrema izquierda lideran las encuestas.
En Grecia, la opción política está entre el status quo de la austeridad fiscal y una alternativa de default de deuda negociado. El argumento económico para el segundo curso de acción es imperioso. La deuda griega alcanza el 175% del PBI. El país no necesita cancelar toda esa deuda ahora mismo. Grecia no deberá pagar intereses por la deuda "oficial" con la Unión Europa hasta 2023. Pero para eso solo faltan ocho años... un plazo que queda dentro del horizonte de cualquier inversor a largo plazo.
La política oficial de la UE en relación con Grecia se la describe mejor como tolerancia de deuda: reconoce un problema de deuda y demora lo inevitable. También esta es la política de Antonis Samaras, el primer ministro griego. Es una versión de "prorrogar y simular": prorrogar los préstamos y simular solvencia. La historia de las crisis internacionales de deuda nos dice que estas estrategias siempre se intentan y siempre fallan.
Ahora hay que agregar deflación a este combo. A partir de este mes, las tasas de inflación global de la eurozona podrían pasar a ser negativas debido a la última caída de los precios del petróleo. La deflación pone de manifiesto el valor de la deuda y podría llevar a Grecia al límite.
Desafortunadamente, el único partido que hace un planteo convincente de una reestructuración de deuda es Syriza, un partido de izquierda radical. Si bien Syriza tiene razón en este sentido, no es sincero cuando descarta una salida de la eurozona. Cuando se es partidario de la reestructuración de deuda, es necesario responder la pregunta de qué se haría en caso de que las negociaciones fracasen. En ese caso, las opciones serían volver al status quo -en cuyo caso no tendría sentido votar al partido Syriza- o irse de la eurozona y caer unilateralmente en default en contra de acreedores extranjeros. Pero esto es justamente lo que Syriza descartó. Syriza tiene los instintos correctos, pero quizás no tenga las políticas correctas.
España parece más fuerte vista desde fuera, pero políticamente es igual de vulnerable. El PBI de España creció a una tasa anual en torno al 2% en el segundo y tercer trimestre de 2014. Sospecho que se debe a que España ha aplicado menos austeridad que otros países de la periferia. Pero hay que poner esas cifras recientes en perspectiva: el PBI real de España ha caído de 1,1 billones de euros en 2007 a 1 billón en 2013. Incluso el PBI nominal aún no ha recuperado los niveles de 2007.
La deuda es lo que frena
el crecimiento griego y español. El sector privado español necesita una reestructuración de la deuda tanto como el sector público griego. Al igual que en Grecia, sólo un partido político de la izquierda extrema -Podemos-propone una política de reestructuración de la deuda. En ambos países, ahora la opinión pública se da cuenta de que, sin una reestructuración de la deuda no puede haber una recuperación de la producción y el empleo. Esa es la razón por la que los partidos radicales están teniendo éxito