Cristina Kirchner
El gobierno de Cristina Kirchner tuvo dos blanqueos. El primero se aprobó a través de la ley 26.476 en 2008 y se efectivizó en 2009. Fue el "Régimen de regularización impositiva, promoción y protección del empleo registrado, exteriorización y repatriación de capitales".
La alícuota para blanquear fondos era del 8% y si se traían al país se reducía a 6%. Igual que la medida que lanzó el Menemismo, el objetivo era que el capital se invierta localmente, por eso si se usaba el dinero para adquirir bienes públicos la alícuota bajaba a 3%.
En este primer blanqueo se exteriorizaron 4300 millones de dólares. Luego, en 2013 llegó la "Exteriorización voluntaria de la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior" impulsada por la ley 26.860.
En ese momento el Estado proyectó que los argentinos tenían bienes y dinero sin declarar fuera del país por más de u$s 160.000 millones.
La medida tuvo como objetivo vincular los fondos con el mercado inmobiliario. Por eso los protagonistas fueron los Certificados de Depósito para la Inversión Inmobiliaria (Cedin). Una herramienta para usar los fondos en la compra y venta de viviendas.
"Se compraba un título Cedin y con eso uno podía adquirir un inmueble. Toda la plata del blanqueo estaba bendecida para comprar propiedades", precisó el tributarista de Litvin, Lisicki & Asociados, y agregó: "fue un fracaso por la falta de confianza, ingresaron solo 900 millones de dólares".