tux escribió:...Creo que, si bien el CER puede no ser la inflación que percibís o la que considerás correcta, es una aproximación o un porcentaje de ésta.
Si el CER representa por ejemplo un 60% de la inflación "real" (en mi caso llega al 90%) se está protegido de la inflación en ese porcentaje.
Eso tiene un costo, en general mayor al CER porque disminuye volatilidades en poder de compra. Osea, si el CER es en promedio un 10% anual y esperás un CER de 10% anual, tranquilamente podés pagar un 11% por un ajuste por CER.
El dólar no garantiza poder adquisitivo, es por eso que prefiero tener pesos+inflación que dólares. Los bonos en dólares, en particular los de tasa fija (algunos van con LIBOR), no tienen cobertura frente a una remoto aunque también inminente proceso inflacionario en EEUU (ojo que lo que se va a ver en los próximos años es realmente un proceso inflacionario, un aumento casi parejo de todos los precios que lo que significa en realidad es la devaluación del dólar, sólo hay que esperar a que China acceda a revaluar).
Además, y creo que se debe agregar, los títulos emitidos en moneda nacional siempre tienen menor riesgo (de pago) que los emitidos en moneda extranjera.
En mis análisis, yo utilizo: Tasa dólares = Tasa pesos con CER + 1%
El CER es una tasa variable que se agrega a la tasa del bono. La tasa nominal resultante de (1 + TIR) x (1 + CER) puede uno intentar convertirla en tasa real tras dividirla por (1 + X), donde X es la variación de precios que cada uno considere (sueldo promedio, precio de la canasta individual, del dólar, petróleo, oro, m2, acción de Tenaris, etc).
Es cierto que el dólar no garantiza poder adquisitivo. También es cierto que ningún precio de activo lo hace, pues ninguno refleja el consumo personal, no lo hace el peso, no lo hace el CER (que en teoría debería hacerlo).
Respecto al futuro del dólar, no hace falta que haya inflación para que las tasas suban. Creo que estas subirán por expectativa de depreciación del dólar respecto a otras monedas y activos.
Pero las consecuencias de una depreciación del dólar son mundiales, mientras que las de una depreciación del peso son locales. Y un país con una moneda confiable como el dólar tiene mucho para perder si su moneda pierde esa confianza, más aún si su preponderancia mundial ya está en duda. Por el contrario, nuestro país lo que puede perder por falta de confianza en su moneda en parte ya lo ha perdido: ni hay ahorro ni hay crédito en pesos.
Entonces, si es verdad que “mientras menos ajustados sigan estando los precios locales al valor de la moneda local, más efectiva puede ser la política cambiaria”, el tipo de cambio no seguirá tanto al tipo de cambio real sino a la tasa de inflación, volviendo a una revaluación de la moneda más indeseable cuanto mayor sea el gasto público y más dependa su sostenibilidad de la balanza comercial.
Por último, la constante 1 + CER / 1 + inflación personal = 0,90 lleva a preguntar por qué fue así en el pasado. Y más aún por qué seguiría siendo así en el futuro.
Uno de sus supuestos implícitos es que la composición del consumo personal no cambiará o que, de hacerlo, no cambiará de precio. Pero esto implicaría que la relación de los precios relativos en verdad la refleja el CER en una proporción que es constante de la inflación real. Sin embargo, como nadie sabe cuánto es la inflación real, esta poco probable casualidad es inverificable.